El Gobierno se ha lanzado al vacío al forzar la dimisión de Juan Manuel Pérez Tornero y ahora el lío político para nombrar un nuevo presidente de RTVE está garantizado. Tanto que hay voces dentro del PSOE y del Gobierno que admiten su sorpresa porque se le haya dejado caer sin tener una alternativa clara a un año de las elecciones.

Se ha tenido que optar por la única salida posible: el nombramiento como sustituta de la veterana periodista de RTVE, Elena Sánchez, miembro del consejo de Administración a propuesta de los socialistas. Como presidenta interina, Sánchez apenas podrá influir en el día a día de RTVE porque no hereda las competencias del expresidente, nombrado por el Congreso. Es una salida transitoria, sin poder ejecutivo, probablemente con un mandato limitado hasta las generales de finales del año que viene, lo que siembra aún más dudas sobre los beneficios de prescindir de Tornero.

La realidad es que la disconformidad de Moncloa con su gestión y la permanente presión de Podemos pidiendo su salida le han dejado sin ningún respaldo. Fuentes cercanas aseguran que el expresidente ve en la formación morada la principal causa de su defenestración porque hace año y medio, nada más llegar, decidió prescindir del programa de Jesús Cintora y Podemos no se lo ha perdonado. Su sensación es que incluso han puesto su cabeza como condición en la negociación de los Presupuestos, un extremo que desde este partido se niega.

Ha caído, apuntan desde Podemos, "por los socialistas", porque ha resultado "un fiasco", argumentan. Que este pueda ser el motivo real no ha impedido que Pablo Iglesias celebrara en La Ser su marcha: "Es una magnífica noticia que este facha esté fuera".

El entorno de Tornero sostiene que se han producido una serie de circunstancias que han llevado a Pedro Sánchez a considerar que resultaba prescindible. Podemos, pero también la incomprensión de Moncloa porque su proyecto no mostrara más afinidad al Gobierno. "Tienen un gran desconocimiento del funcionamiento de RTVE, que es una casa muy compleja, una empresa privada pero sometida a Derecho público".

A sus prisas se ha unido otro elemento sobre el que estas fuentes consideran que deben hacer "autocrítica" y es la incapacidad del ya expresidente de la corporación para granjearse el apoyo del consejo de administración. Ni él ni su jefe de gabinete han sabido escuchar a los consejeros, ni han sido proclives a sus reclamaciones, sostienen. Y "no han medido" las consecuencias de ello. Tornero parecía estar convencido de que su mandato era para seis años y de que Moncloa le daba tiempo para desarrollar su proyecto. De hecho, la impresión de su equipo es que contaban con margen para que se notaran los cambios hasta las elecciones generales, pero la verdad es que los nervios se han desatado "por las autonómicas y municipales" de mayo de 2023.

Con Moncloa inquieta porque no había avances, los consejeros del PSOE y Podemos le han retirado su respaldo. A este clima se ha sumado que han existido peticiones sobre "contenidos" con los que Tornero "no ha querido tragar" y un malestar creciente de las productoras de la órbita del Gobierno, a las que no les estaban llegando proyectos. RTVE, aseguran, está dando aún salida a las últimas decisiones de Rosa María Mateo.

Atasco

Con su marcha el atasco está servido y las vías para designar un nuevo presidente están cegadas. La ley exige una mayoría de dos tercios y eso obliga a que el PP vote a favor en el Congreso del nuevo nombre que PSOE y Unidas Podemos pongan sobre la mesa. Eso está descartado en un clima ya de campaña electoral, a un año de las elecciones y con el Consejo General del Poder Judicial a punto de estallar y sin acuerdo político. 

Nadie del Gobierno ni del PSOE contactó este martes con el PP, que se quedó esperando una llamada para sondear qué salida planeaba Moncloa a la crisis del ente público. Tornero sí contó con el apoyo de PSOE y PP tras un acuerdo de Félix Bolaños y Teodoro García Egea, que rápidamente Podemos consideró una traición y que llevó una paz muy efímera a la corporación de RTVE. Ahora el Gobierno da por hecho con un acuerdo con el PP es imposible y desde las filas populares esperan ese contacto pero admiten que un pacto es más que difícil. Los tres consejeros del PP votaron este martes en contra de la propuesta de la nueva presidenta, la veterana periodista de RTVE, Elena Sánchez. Fuentes de Génova dan por hecho que no habrá una oferta seria de negociación.

La opción de volver a nombrar, por decreto-ley, la figura de un administrador único, como se hizo con Rosa María Mateo tampoco ha estado sobre la mesa del Gobierno. El Tribunal Constitucional determinó que esa fórmula no tenía encaje y vulneraba principios fundamentales. Retorcer de nuevo la situación contraviniendo al Constitucional era demasiado, admiten fuentes socialistas. La única salida entonces era la designación de esa presidencia interina que desempeñará Elena Sánchez. Una figura que no podrá tener poderes ejecutivos.

El embrollo es máximo con la plantilla de nuevo desbordada. El Consejo de Informativos de TVE emitió un comunicado en el que recuerda al Parlamento y a los partidos políticos que su misión es procurar “las mejores condiciones para ejercer un servicio público de calidad, independiente y bien financiado” y no elaborar “el guion de los telediarios”. La situación es “límite otra vez”, lamentan los profesionales de la cadena, que recriminan a PSOE y PP que no hayan resistido “la tentación de atar en corto a RTVE”.

Un informe de los servicios jurídicos del Congreso de 2011 ya limitó el poder ejecutivo de la presidencia interina de la RTVE. Señaló con claridad que el Consejo de Administración no puede asumir las mismas competencias de las que disponen los presidentes de la Corporación nombrados por el Parlamento. El informe fue solicitado en su momento por el presidente de la Cámara Baja, José Bono, después de que el Consejo de Administración pretendiera tener acceso al sistema informático desde el que se elaboraban los telediarios.

való una presidencia rotatoria y mensual, que no es contraria a la ley, pero matizó: “Las competencias del presidente de la Corporación, al ser propias del mismo, sin más, no son susceptibles de ser atribuidas al Consejo de Administración”. Todo esto ocurrió en una situación similar a la actual, con un presidente dimitido, en su caso Alberto Oliart, que empujó al Consejo a asumir el liderazgo y que quiso marcar el paso a los informativos.

Esto supone que el Gobierno tiene en parte las manos atadas para gestionar RTVE porque el día a día recae en el equipo de Tornero salvo que este decida dimitir. Una de las primeras salidas que podría buscar es nombrar a un consejero para tener mayoría en el consejo de Administración, algo para lo que no necesita el concurso del PP, sólo una mayoría absoluta con sus socios parlamentarios. Pero lo que no puede conseguir es que este nuevo consejero sea presidente de la corporación porque para ello sí requiere el voto del PP. La única opción del Ejecutivo es gobernar RTVE con los directivos afines que tenga dentro.