Elecciones autonómicas

El relevo en la Diputación de Sevilla pone punto final a los restos del ‘susanismo’ en el PSOE

El líder de los socialistas sevillanos, Javier Fernández, asume ese cargo y emerge como uno de los políticos con más peso y mejor expediente en un partido que busca referentes en caso de debacle electoral

El líder del PSOE de Sevilla y alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, será el nuevo presidente de la Diputación.

El líder del PSOE de Sevilla y alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, será el nuevo presidente de la Diputación. / JOAQUÍN CORCHERO /EPE

Isabel Morillo

La presidencia de la Diputación de Sevilla seguirá en manos del PSOE pero cambiará de titular después de 19 años. Durante los últimos años se impulsaron varias operaciones desde Ferraz para descabalgar a Fernando Rodríguez Villalobos, el “tito” de Susana Díaz, como ella siempre lo mencionaba de manera cariñosa, uno de sus guardianes y padrinos políticos. La salida de Rodríguez Villalobos, que ha cumplido ya los 71 años, era un deseo de los afines a Pedro Sánchez en Andalucía y una manera de debilitar el poder de la anterior secretaria general. Nunca se ejecutó el plan para forzar su dimisión y Ferraz nunca logró cobrarse esa pieza clave del tablero socialista andaluz.

Será ahora, a su ritmo, cuando el actual secretario general del PSOE de Sevilla y alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, llegue a la presidencia de esa organización supramunicipal con más presupuesto de todas las diputaciones andaluzas, 543,13 millones de euros en 2023, el 25% (135,2 millones) en sueldos y personal. Una Diputación que es sinónimo de poder aunque en esta ocasión deberá pactarse con IU y Podemos, ya que el PSOE ha perdido la mayoría absoluta. Con la salida de Villalobos, los afines a Susana Díaz desaparecen de cualquier puesto de responsabilidad cuando se especula con movimientos internos de la expresidenta de la Junta, que tras participar en mítines en pequeños pueblos durante la campaña permanece en un silencio total.

Una líder al alza

El cambio en la presidencia de la Diputación de Sevilla es todo un símbolo que encierra muchas lecturas. La salida de Rodríguez Villalobos se consuma sin lucha de poder ni cuchillos, los empujones se han dado con suavidad e indicándole durante años la puerta de salida. En 2019, Susana Díaz y Pedro Sánchez sellaron un primer tratado de paz donde se blindó a Villalobos en la Diputación aunque desde Ferraz dijeron que era solo por un año. Han sido cuatro. La salida ha sido cocinada a fuego lento por quien será su sucesor, Javier Fernández, y dice también mucho de su talante político. En un partido de tribus y guerras fratricidas como es el PSOE sevillano el alcalde más votado en Andalucía en municipios de más de 20.000 habitantes se jacta de ser un hombre de acuerdos. “El alcalde de la unión”, es su marca, como artífice de la integración en su localidad de los dos núcleos principales de población, San José y La Rinconada.

Para muchos Fernández es ahora mismo “el Formula 1” del PSOE andaluz y con la Diputación de Sevilla gana galones en su currículum político. Emerge como una figura de referencia política cuando se da por hecho que una debacle el 23 de julio en las generales sacudirá al PSOE con un terremoto de intensidad que forzará también cambios en Andalucía. En el ánimo del líder de los socialistas sevillanos no hay nada más lejos que abrir una pugna con el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, con quien tiene "una relación estrecha, habla a diario y comparte estrategias", avisan en el partido. Sin embargo, junto a la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, el alcalde de La Rinconada entra en la terna de líderes a los que se mirará con seguridad si los socialistas optan por la renovación en las filas andaluzas.

Cinco mayorías absolutas

El valor al alza del PSOE andaluz es un político “con gran capacidad de análisis” y capacidad para formar equipos. “Tiene importantes habilidades directivas”, aseguran quienes trabajan con él codo a codo desde hace años. Fernández llegó a la alcaldía de La Rinconada (Sevilla, 38.406 habitantes) en 2007 y desde entonces ha cosechado cinco mayorías absolutas en el cargo. Con 50 años, su trayectoria política en el PSOE se remonta a 1995 y aunque su trabajo ha estado siempre más vinculado a áreas económicas, quienes lo conocen ponen en valor que tiene “una gran capacidad de análisis” y la virtud de trabajar siempre con estrategias “que miran al corto pero también al medio y largo plazo”. Fernández suele utilizar un concepto, el de “la doble G”, gestión y gobierno, y con esa idea aterriza en una institución que ha sido tradicionalmente un centro neurálgico de poder del PSOE sevillano, por la cantidad de puestos de trabajo y presupuesto que reparte, pero que él se ha comprometido a “modernizar” y convertir en una Diputación totalmente diferente.

El pasado domingo, en una reunión del Comité provincial del PSOE de Sevilla previa al mitin con el que Pedro Sánchez dio comienzo a la precampaña en Dos Hermanas, el alcalde de esta ciudad sevillana se encargó de anunciar que Fernández había sido elegido para presidir la Diputación de Sevilla por unanimidad y aclamación. El triángulo de La Rinconada, Dos Hermanas (133.168 habitantes) y Alcalá de Guadaira (75.256 habitantes), los tres grandes municipios sevillanos con mayoría socialista, es ahora mismo uno de los más poderosos en un PSOE andaluz que ha perdido mucho poder institucional municipal a favor del PP, que gobierna las ocho capitales de provincia y seis Diputaciones. Todas salvo Sevilla y Jaén, las dos únicas provincias donde los socialistas resisten el 'efecto Moreno' aunque con un importantísimo mordisco en alcaldías y votos. Ese día Fernández ya contó que había recibido “más de 200 'sms' de voluntarios para ser asesor en la Diputación” dejando claro que él iba a hacer las cosas de forma “muy diferente”. “Esa etapa se acabó”, reseñan que ha expuesto en el partido.