El Govern retomará en enero los contactos con los estados de la UE para la oficialidad del catalán

A pesar de que a partir del mes de enero el España ya no ostentará la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, el Govern de la Generalitat se ha comprometido a seguir presionando para que el catalán se convierta en lengua oficial de las instituciones comunitarias. Con este objetivo, la consejera de Exteriores, Meritxell Serret se ha reunido este jueves con el embajador de Bélgica en Madrid, ya que este país será quien ostentará la presidencia de la UE los próximos seis meses. A la salida de la reunión, Serret ha anunciado que a partir de enero el Govern retomará la ronda de contactos con los distintos estados de la UE para convencerlos de la propuesta.

Un trabajo que ha asegurado que ya se ha hecho los últimos meses, con hasta "7 viajes, 30 reuniones de alto nivel y decenas de contactos informales más", pero que a partir de enero se "reiniciará" en el que la consellera ha calificado de "principal campaña diplomática" de Cataluña. En su viaje a Madrid también ha aprovechado para verse con el ministro de Exteriores, José Luís Albares, a quién ha exigido de nuevo "máxima exigencia" y que "no baje la guardia".

En declaraciones a la prensa desde el Centre Cultural Blanquerna -la sede de la delegación del Govern en Madrid- Serret se ha mostrado convencida de que la reunión de este jueves ha supuesto un "paso más" en la campaña de la Generalitat para que el catalán consiga este estatus en la UE y la ha tachado de "declaración de intenciones" para 2024. Un año en el que, según la consellera, servirá para conseguir que sea "definitivamente una realidad".

Así, aunque ha evitado hablar de calendarios o de plazos, Serret se ha mostrado esperanzada con la presidenica belga y ha asegurado que ya han trasladado al embajador "los ritmos de trabajo" y las "dinámicas de intercambio de información" que se han empleado hasta ahora, durante la presidencia española. Con todo, ha pedido que se apruebe "lo más rápido posible" y ha exigido "no perder el tiempo" para no dejar pasar la "oportunidad histórica" que supone que, tras años de demandas, finalmente la cuestión se haya puesto encima de la mesa del Consejo de la Unión Europea.