Sánchez se coordina con Noruega e Irlanda para reconocer pronto al Estado palestino: "Estamos preparados"

España y Noruega sumaron esfuerzos este viernes para impulsar el reconocimiento del Estado palestino. Durante una reunión de alto contenido simbólico, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro del país nórdico, Jonas Gahr Støre, anunciaron en Oslo que estaban “preparados” para dar el paso. Horas más tarde, en un nuevo encuentro en Dublín, el jefe del Ejecutivo mostró también su sintonía en este campo con su homólogo Simon Harris. Pero esta alianza ya se daba por hecha. Sánchez firmó hace dos semanas con Irlanda, además de con Eslovenia y Malta, un compromiso para el aval a Palestina. Noruega, un país que tradicionalmente ha ejercido de mediador en el conflicto de Oriente Próximo, no había dado el paso hasta ahora.

“Estamos de acuerdo en que la implementación de la solución de los dos estados, en la que israelís y palestinos vivan codo con codo en paz y seguridad, es crucial para la paz y la estabilidad en la región. También coincidimos en que el Estado palestino supone un requisito para esta solución”, señala el documento firmado por los gobiernos de España y Noruega. “Hemos hablado de que estamos preparados para reconocer a Palestina como Estado y apoyar su incorporación a la ONU como miembro de pleno derecho”, continúa.

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Pero el comunicado, que condena los atentados “terroristas” de Hamás del pasado 7 de octubre, reclama la liberación sin condiciones de los rehenes israelís y defiende la necesidad de un “alto el fuego inmediato” y de aumentar la ayuda humanitaria a Gaza ante el “inminente” peligro de hambruna, evita poner fecha al reconocimiento. “Lo haremos cuando pueda traer consigo una contribución auténtica y positiva al proceso político hacia la paz entre Israel y Palestina”, dice el texto, muy crítico con el Estado hebreo por su “indiscriminado y desmesurado uso de la fuerza”. 

Sánchez anunció la semana pasada que daría el paso diplomático antes de julio. Frente a las tesis de otros integrantes de la UE, que consideran que el reconocimiento del Estado palestino tiene que ser consecuencia de un proceso de paz previo, el presidente sostiene que debe darse antes, porque ejercerá de catalizador de la propia paz. Støre comparte este enfoque, pero Noruega no se ha comprometido con ningún plazo para el gesto diplomático. El pasado noviembre su Parlamento instó al Gobierno del país nórdico a impulsar el reconocimiento, en una iniciativa similar a la que aprobó por unanimidad el Congreso de los Diputados en 2014. 

Durante su comparecencia conjunta en Oslo, en cualquier caso, Støre no descartó dar el paso diplomático junto a España, mientras Sánchez abogó por hacerlo "lo antes posible" para "pasar de las palabras a los hechos". Horas más tarde, Harris dijo algo muy similar en Dublín. "Queremos avanzar de la mano en este sentido. España e Irlanda tienen que ocupar su papel como naciones. Lo queremos hacer con cuantos más aliados mejor", explicó. 

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La minigira

Fue la primera jornada de los viajes que protagonizará Sánchez para recabar apoyos ante su inminente aval al Estado palestino. El jefe del Ejecutivo quiere ejercer de vanguardia en este campo, un rol que según sus colaboradores ha venido llevando a cabo desde que estalló la guerra en Gaza. “El presidente siempre ha ido un paso por delante. Fue el primero en pedir un alto el fuego a Israel y que no se suspendieran las contribuciones a la UNRWA [la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina]. Ahora está ocurriendo lo mismo con el reconocimiento”, explican fuentes de la Moncloa. 

Poco a poco, el aval al Estado palestino se va abriendo paso en Europa. Con distintos matices, la posición española es compartida por los gobiernos de Noruega, Irlanda, Portugal, Eslovenia y Bélgica, con cuyos primeros ministros Sánchez se reunirá entre esta semana y la que viene.

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El objetivo de esta iniciativa es coordinar esfuerzos, empujar a que otros estados se sumen a esta posición y buscar el momento más oportuno para el reconocimiento, que en el caso de España ya habrá tenido lugar cuando comience el verano. Pero la fecha concreta está aún por determinar. Será, explican en el círculo del jefe del Ejecutivo, que este viernes también viajará a Dublín, cuando el gesto diplomático pueda contribuir en mayor medida a la paz en Oriente Próximo. 

El simbolismo

El encuentro entre Sánchez y Støre, celebrado en la residencia del primer ministro, con unas 30 personas concentradas frente al edificio para apoyar los esfuerzos en este campo del presidente español (“¡viva Palestina, viva Pedro Sánchez!”, coreaban), tuvo una gran trascendencia simbólica. Madrid y Oslo personifican el proceso de paz de principios de los 90 entre Israel y Palestina, como ambos mandatarios se encargaron de recordar. La capital española acogió en 1991 una trascendental cumbre. La noruega da nombre a los frustrados Acuerdos de Oslo, firmados en 1993 para ofrecer una solución permanente al conflicto en Oriente Próximo.  

Pero al reconocimiento del Estado palestino aún le queda mucho por recorrer. Sin referirse directamente a Sánchez, EEUU dijo este jueves con claridad que no compartía su enfoque. “Cada país debe tomar sus propias decisiones con respecto a cuándo y dónde hace reconocimientos de este tipo”, señaló un portavoz del Departamento de Estado, que aun así insistió en que su país apoyaba “firmemente” la creación de un Estado palestino. Pero esa meta, añadió, “se logra mejor a través del diálogo y la negociación entre las dos partes y con otros países de la región”. 

Fuentes de la Moncloa no otorgan especial importancia a este pronunciamiento (“es la posición tradicional estadounidense”, dicen) y subrayan que todo este complejo asunto se encuentra ahora en “efervescencia”. En este sentido, es probable que el jueves de la semana que viene se vote en el Consejo de Seguridad una resolución, en principio presentada por Argelia, que defiende la incorporación de Palestina a Naciones Unidas como miembro de pleno derecho. Pero se da por supuesto que EEUU ejercerá aquí su derecho de veto para que no salga adelante.