Veinte años esperando justicia

"He abierto la primera puerta pero vendrán más porque somos muchos. Tengo confianza en que la sentencia sirva para mejorar las cosas e impulsar los derechos humanos de los que siempre he sido defensor". Era la valoración que Agustín Moreno Carmona hacía tras conocer la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estraburgo que condena a España a indemnizarle con 22.500 euros por los 22 meses que pasó en la cárcel sin pruebas que le implicaran en el atraco a una sucursal de Banesto en Madrid, en enero de 1985, y los 13 años que se pasó esperando un juicio donde se demostrara su inocencia que nunca se celebró.

Una situación que él achaca a una conspiración policial con trasfondo político en la que se vio envuelto y en la que estaban implicados "policías y gente importante". Motivo por el que dice que "tiraron de archivo para buscar culpables y alargaron el proceso para que no saliera la verdad; en aquella época el estamento judicial estaba muy influido por el franquismo y o eras rico o no tenías nada que hacer".

Achaca su detención a la implicación de antiguos miembros del denominado COPEL, una asociación de presos en lucha por la igualdad, lo que provocó lo que él llama "responsabilidad colectiva". Aclara que estuvo preso durante la dictadura por delitos comunes pero "no me considero culpable porque eran confesiones forzadas y ya he podido demostrar que hubo estafas sumariales y procesales".

Atraco manipulado

Un atraco que dice estuvo orquestado por dos inspectores de policía y el aristócrata Jaime Mesía para quedarse con el botín, y que incluso un joyero de Santander declaró contra ellos por tratarles de vender parte de las joyas robadas de las cajas de seguridad y que fueron posteriormente identificadas por sus propietarios. Incluso habla de unos papeles robados de la caja de Adolfo Suárez.

Agustín Moreno salió de la cárcel el 22 de diciembre de 1986. Recuerda que fue el último, cuando su familia pudo reunir el dinero para pagar la fianza que luego con los años les devolvieron. "Salieron todos, los autores confesos, los policías corruptos y los inocentes, y yo fui el último porque no tenía para pagar". Su estancia en la cárcel la califica de secuestro. Asegura que estuvo "secuestrado durante 22 meses por una mafia judicial y política, con un sumario corrupto en el que establecieron la responsabilidad colectiva, como Hitler".

Para este vecino de Santa Amalia lo que más le interesa es el reconocimiento que le llega con la sentencia porque considera que con él hubo "juego sucio". Repecto al dinero, cree que su estancia en la cárcel no se puede pagar, por lo que los 22.500 euros por 22 meses de prisión le parecen "ridículo aunque ya sabía que este tribunal era un poco tacaño". Confiesa que en su actual situación de desempleo, la indemnización le vendrá bien aunque también recuerda que es dinero que ya había gastado en el proceso.

Sobre su estancia en la cárcel, recuerda que "estábamos especialmente vigilados y no podía hacer una vida ordinaria lo que se añadía a todas las privaciones de estar encerrado.".

El peregrinaje judicial

Esta sentencia acaba con más de 20 años de peregrinaje por distintos tribunales que comenzó al conocer que no se iba a celebrar juicio. "Fue una sorpresa. No entendía que los 22 meses que pasé injustamente en prisión se iban a quedar impunes, sin más".

Entonces comenzó su lucha acompañado por el letrado José Galán Martín. Reclamaron sin éxito 120.000 euros al Ministerio de Justicia, pero no tuvieron éxito; lo mismo que con la Audiencia Nacional y el Constitucional. Hasta que decidieron acudir a Estrasburgo hace dos años, sabiendo que el 97% de las demandas que reciben son desestimadas; en esta ocasión con el letrado José Luis Mazón, experto en Derecho Internacional. Para ambos Moreno sólo tiene palabras de agradecimiento. La vía judicial ha finalizado, pero no su denuncia. "Buscaré los sumarios, investigaré y lo publicaré porque es también historia, como los 3 libros que he escrito y espero publicar".