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Millones de toneladas de CO2 retiradas de la atmósfera

La dehesa contribuye a luchar contra el cambio climático

Alcornoques y encinas son la mejor arma que tiene la región para luchar contra el cambio climático. Al igual que el resto de plantas, los árboles absorben el CO2, quedándose con la parte de carbono de esta molécula. Este es empleado luego en sus procesos metabólicos para ir creciendo, quedando fijado así en sus troncos, ramas y raíces. De esta forma, se ayuda a retirar CO2 de la atmósfera aunque, eso sí, volverá a ella si, por ejemplo, al árbol arde o se descompone.

Según datos facilitados por el proferor Felipe Leco, de la Uex, cada año se retiran de la atmófera una media de 1,57 millones de toneladas de CO2 gracias a las dehesas extremeñas. Esto supone que las especies del género quercus (más el acebuche) de las dehesas de la región captan un 17% de las emisiones de CO2 totales de la comunidad autónoma (9,3 millones de toneladas en el 2008).

Si lo que se considera es el conjunto de las frondosas (formen o no espacios adehesados), la cantidad media de CO2 fijado anualmente se eleva a 4,77 millones de toneladas, de manera que las especies del género quercus en espacios adehesados significarían el 33% de la fijación de CO2.

"Lo más importante que puede hacer la región para soportar y luchar contra el cambio climático es conservar y regenerar las dehesas", asegura Jesús Valiente, portavoz de Adenex.

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