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OPOSICION DE LOS PARTIDOS ANTE LA VENTA DEL INMUEBLE ANUNCIADA POR EL GOBIERNO REGIONAL

Mérida estaría dispuesta a comprar la residencia oficial del presidente

Acedo dice que "no se puede vender" y que "el ayuntamiento iría a comprarla". El PP recuerda que solo 4 autonomías tienen residencias para sus presidentes

Mérida estaría dispuesta a comprar la residencia oficial del presidente

El alcalde de Mérida, Pedro Acedo, mostró ayer su rechazo a que la residencia de los presidentes autonómicos en la capital extremeña se ponga a la venta, tal y como anunció el jueves el presidente del Gobierno regional, José Antonio Monago, y como último recurso, aseguró que la compraría el ayuntamiento.

"No se puede vender esta casa y si el Gobierno de Extremadura por cualquier circunstancia no quita el cartel de venta, el ayuntamiento iría a comprarla", señaló el regidor municipal. "Ni el ayuntamiento, ni yo como alcalde, en nombre de todos los emeritenses, queremos que se venda", aseguró Acedo, que se reunirá la semana que viene con Monago para hablar del asunto.

Acedo reconoció que "no sabía nada de este anuncio hasta que lo leyó en la prensa", pero que "desde el segundo uno entendió que los emeritenses no querrían que se vendiera". No obstante, se mostró de acuerdo con el discurso de Monago en cuanto a la austeridad, que "respeta y respalda", porque le parece "un exceso disparatado que se tenga una bodega de vinos, un jamonero para catorce piezas y una piscina en la vivienda del presidente".

Por su parte, el Gobierno regional mostró su respeto ante el rechazo de Acedo sobre la venta de la residencia, aunque añadió que el mantenimiento de "este inmueble de lujo", en desuso desde hace más de tres años, no cabe en la política de austeridad y ejemplaridad. Fuentes del Ejecutivo extremeño aseguraron a Efe que "el pueblo extremeño no entendería, ni tampoco los emeritenses", que con los objetivos de austeridad y ejemplaridad pública marcados desde hace tres años "mantengamos" un inmueble que ha costado en esta última legislatura "casi un millón de euros". Por ello, las mismas fuentes apuntaron que "es de salud democrática venderlo".

Las reacciones desde la política local emeritense tampoco se han hecho esperar. El candidato del PSOE a la Alcaldía de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, señaló que el anuncio de venta del presidente regional "solo ha sido el último paso conducente a este desmantelamiento sistemático que sufre y padece la capitalidad de Mérida". En esta línea, Izquierda Unida de Mérida afirmó en nota de prensa que el anuncio de Monago "es un insulto hacia la ciudad de Mérida y muestra el menosprecio a la capital autonómica". Asimismo, el concejal de Siex, Antonio Vélez, amenazó con llevar esta propuesta ante el Tribunal Constitucional al considerarla contraria al "derecho consuetudinario", además de considerar la vivienda como "un símbolo".

AMBITO REGIONAL El secretario general del PSOE de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, aseguró ayer que la residencia de los presidentes extremeños "no se va a vender", porque "Mérida no lo va a permitir". Para el dirigente socialista, el anuncio de la venta "trata de distraer la atención", porque Monago "no pudo demostrar lo que quería demostrar". Asimismo, Fernández Vara señaló que "la residencia del presidente es algo más que una vivienda, es un hecho institucional", que recordó, "fue fruto en su día de un amplio consenso y que tiene mucho que ver con el sentimiento de capitalidad". No obstante, "no voy a justificar por qué viví en esa vivienda, porque me parece además ridículo la manera en la que se justifican determinadas cosas", señaló Vara, que añadió que "se vive más cómodo en la casa de uno, lo puedo asegurar".

La portavoz del PP regional, Francisca Rosa, afirmó que "solamente hay cuatro comunidades en toda España" con residencias para los presidentes autonómicos y defendió que la "excepción" es que haya residencias de este tipo, "no es la norma general". Para Rosa, los extremeños "con la que está cayendo no entienden" que al margen de pagar una retribución al presidente, le "tengan que pagar casa, comida, luz o cualquier suministro a él y a su familia, porque para qué tiene entonces ese sueldo". Rosa añadió que en una región como Extremadura una residencia así "no era necesaria".

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