La Asociación Cultural A Nosa Fala (valle de Jálama) y la Asociación Além Guadiana (Olivenza) han exigido hoy que la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa (CELROM) defienda los derechos lingüísticos de la fala y el portugués oliventino.

"Todas las lenguas deben ser protegidas, con independencia del número de hablantes", han subrayado desde ambas entidades. La fala es hablada "como lengua principal" por alrededor de 5.000 personas en varios municipios de la Sierra de Gata, mientras que unos 1.500 vecinos de Olivenza hablan en portugués oliventino.

Ambas asociaciones han presentado esta tarde el Manifiesto para el Cumplimiento de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias en Extremadura, elaborado por representantes de estas dos variedades lingüísticas extremeñas en peligro.

De ahí, según han expuesto, "nuestra llamada para que se hagan efectivos los derechos lingüísticos recogidos en el artículo 7 de la CELROM para todas las lenguas regionales y minoritarias del territorio, sin excepción alguna".

El manifiesto, que se elevará al Consejo Europeo, ha sido leído por miembros de las asociaciones en un acto celebrado en el Complejo Cultural San Francisco de Cáceres.

El acto ha contado con el apoyo de autoridades municipales, como el alcalde de Eljas, Antonio Bellanco, y la alcaldesa de Valverde del Fresno, Ana Cristina Carrasco. Dos municipios de la Sierra de Gata donde un 90 por ciento de su población habla la fala.

El presidente del colectivo oliventino, Eduardo Naharro, ha explicado que en el foro de debate sobre la CELROM celebrado el año pasado en Santiago de Compostela se reunieron por primera vez representantes de todas las lenguas oficiales y no oficiales de las comunidades autónomas, y en el que participaron representantes de la fala y el portugués oliventino.

A pesar de que en este foro "se acordó enviar las conclusiones al Gobierno de España para que las remitiera al Consejo Europeo", el Ejecutivo central "nos ignoró en los informes periódicos sobre el cumplimiento de dicho tratado, elaborados por el Ministerio de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, ya que no aparece reflejada la riqueza lingüística de Extremadura".

"Desconocemos las razones por las que tanto la fala del Val de Xálima", declarada Bien de Interés Cultural (BIC), "como el portugués oliventino, en proceso de reconocimiento BIC, no han sido incluidas a pesar de los diferentes informes", según se desprende del manifiesto.

"Perder la modalidad lingüística de Extremadura es ser más pobres y debilitar nuestro patrimonio inmaterial. El patrimonio lingüístico es un gran aliado para dinamizar nuestros pueblos, amenazados por la despoblación y el desempleo", ha considerado Naharro.

Desde el colectivo serragatino, Tamara Flores ha remarcado que las leguas constituyen la máxima expresión cultural de un pueblo, la cultura que permanece en las personas, y que forma parte de nuestra identidad.

Por todo ello, han realizado este llamamiento "para implicar a las instituciones" de las que dicen que hay "voluntad, pero queremos hechos". Una implicación para que "nuestras lenguas sigan siendo vivas y sigan dando vida a nuestros pueblos".