Alicatar la cocina, arreglar el tejado, cambiar las ventanas o instalar un ascensor. La antigüedad del parque de viviendas y el auge del mercado inmobiliario de segunda mano están animando la contratación de obras de reforma, que han comenzado a remontar a lo largo de 2018, sobre todo en lo relativo a las mejoras de accesibilidad y eficiencia energética de edificios. Un nuevo escenario que ya reflejan las estadísticas pero que sin embargo, no es suficiente para que la construcción remonte y se recupere de los duros años de la crisis: en la mayoría de los casos se trata de obras de pequeña embergadura y en su conjunto apenas suponen el 5% de la actividad del sector.

Según los datos publicados por el Ministerio de Fomento, el año pasado se concedieron en Extremadura un total de 2.587 visados de obra por parte de los colegios de aparejadores y arquitectos técnicos. La mayoría de ellos, 1.439, se destinaron a reformas, tratándose de viviendas en un 80% de los casos. Estos 1.439 visados suponen un crecimiento del 16% respecto al año anterior y en su conjunto, las actuaciones han movido una inversión de 50,3 millones de euros. El aumento respecto al 2017 es de 3,1 millones y parece que la tendencia continuará este año, pues solo en enero se han expedido 88 visados (frente a los 73 del mismo mes del año anterior), con el doble de inversión: 4,02 millones frente a los 2,5 de 2017.

Esta estadística incluye solo aquellos proyectos que necesitan un vistado de dirección de obra por parte de los colegios de arquitectos técnicos y aparejadores, por lo que no aparecen las obras menores, es decir, aquellas que solo requieren liciencia municipal. Y estas también están creciendo. Los últimos datos disponibles en el ministerio, de 2017, arrojan un total de 1.131 permisos concedidos, siendo la mayor parte de ellos (1.295) para obras de rehabilitación. En este caso, el aumento experimentado en el último año es del 3,38%.

Hay varios factores que explican el repunte de las obras de reforma y rehabilitación. El primero es el tirón de la vivienda usada, que se ha convertido en la opción mayoritaria de quienes acuden al mercado inmobiliario a comprar casa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), fueron un total de 6.530 viviendas de segunda mano las que se compraron en la región el año pasado, el 89% de todas las que se vendieron.

Y es que según explica Diego Salas, presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres (Coaat), en la actualidad es más barato comprar un inmueble de segunda mano y reformarlo que adquirir una vivienda nueva porque «el precio del suelo que quedó de la crisis no ha bajado lo suficiente».

ACCESIBILIDAD Y EFICIENCIA/ Salas constata un aumento de la actividad relativa a los visados en el colegio cacereño, sobre todo en el último año, pero reconoce que al contrario de lo que está ocurriendo en otras zonas de España este repunte «no es espectacular». «Aquí el nivel adquisitivo es bajo, tenemos la menor renta per cápita de todo el país y la gente tiene más dificultades para acometer estas inversiones», explica. La actividad del Coaat en este ámbito se está centrando sobre todo en las obras de rehabilitación, ya que las promociones de vivienda nueva tienen una presencia «muy testimonial» en la provincia.

Así, en los colegios oficiales los aparejadores y arquitectos técnicos se visan sobre todo actuaciones relacionadas con la accesibilidad, «un sector en auge en las comunidades de propietarios», y obras de rehabilitación energética, que son las encaminadas a reducir el consumo energético de las viviendas: mejora de la envolvente térmica, sustitución de ventanas y tejados, cambios en los sistemas de calefacción o aire acondicionado, etc.

Según explica Salas, son nuevos campos en los que los profesionales se han estado formando en estos años de menor actividad y a su juicio, es en ellos donde está el futuro de la construcción. «El sector nunca volverá a ser lo que fue en los años del boom, el futuro irá por la sostenibilidad, la accesibilidad y la adecuación del parque de viviendas existente a las leyes y demandas actuales», señala.

EMPUJE INSUFICIENTE / Aunque los números constatan un cambio de escenario que empieza a ser visible a partir del 2014 (en ese ejercicio se concedieron en total 1.616 visados, la cifra más baja de la década, y de ellos 1.064 fueron para obras de rehabilitación), lo cierto es que la región aún está lejos de alcanzar los datos que se manejaban al inicio de la crisis: en 2008, por ejemplo, llegaron a concederse un total de 9.350 visados por parte de los colegios de aparejadores y casi 3.000 liciencias municipales.

Por ello, a día de hoy estas obras aún no tienen empuje suficiente para tirar del sector y hacer que remonte. Antonio Moleón, vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Badajoz (Apdecoba), explica que apenas suponen «el 4% o el 5%» de la actividad total de la construcción. «No vemos recuperación, las cifras mejoran muy poco», lamenta Moleón, que indica que para ello es necesario que se mueva las promociones de obra nueva.

Según explica, el auge de los alquileres y la vivienda usada frenan la demanda de vivienda nueva, lo que paraliza la construcción de grandes promociones de pisos, a lo que se suma la escasa inversión en obra pública. Respecto a estas últimas, desde Apdecoba esperaban que la situación mejorar a las puertas de dos convocatorias de elecciones, pero tampoco ha sido así. «Todo lo que se está moviendo es AVE y lamentablemente las empresas extremeñas no pueden llegar a obras de esa embergadura», afirma.

En este escenario, Moleón tiene sus esperanzas puestas en el nuevo Plan de Vivienda 2018-2021 de la Junta, pues confía en que las nuevas ayudas que introduce a la compra de vivienda nueva y los promotores de pisos animen el mercado y la construcción de pisos de protección oficial (VPO), que al final son los más atractivos para el comprador. No obstante, tanto desde Apdecoba como desde el Coaat hacen un llamamiento a la Administración para que simplifique trámites y agilice estas subvenciones.