El Servicio Extremeño de Salud (SES) realizó 1.088 controles en los 355 comedores escolares de la región el año pasado y 90 de ellos (un 25%) presentaron algún tipo de deficiencia estructural, de trazabilidad o de higiene, si bien en ningún caso entrañaban un peligro de salud pública. En estos casos, la administración sanitaria realizó apercibimientos con unos plazos establecidos para la subsanación de las carencias detectadas y después volvió a visitar los centros para comprobar que se hubieran corregido.

Aunque los comedores escolares llevan un sistema de autocontrol, los veterinarios y farmacéuticos del SES hacen controles periódicos, algunos de ellos con tomas de muestras tanto de comidas preparadas como de materias primas y superficies. Unos controles que se realizan en todos los comedores colectivos de centros educativos y de enseñanzas, incluidos los públicos, privados, concertados y guarderías.

En total, 12.982 alumnos hacen uso de este servicio en Extremadura, 10.380 de ellos con carácter gratuito, según los datos de la Consejería de Educación, que señala que, en lo que va de curso, «los controles han sido satisfactorios».

Cinco empresas adjudicatarias del contrato de cátering de la Junta atienden a más del 90% de los comedores (unos 20 son de gestión directa). La composición de sus menús debe ser «equilibrada, variada y adaptada, en gramaje, a la edad y sexo de los comensales», de forma que lo que aporten sea suficiente para hacer frente a las necesidades de minerales y vitaminas del estrato de edad y sexo.

DOS PLATOS / Deben incluir un primer plato (arroz, pastas, legumbres, patatas, verduras y hortalizas) un segundo con guarnición (carne, pescado o huevo, y en la guarnición se primarán las verduras). También se puede optar por ofrecer un plato único cuando contenga todos los elementos de un primer plato y segundo plato, más ensalada, lácteo y fruta. El pan se suministrará diariamente; la fruta será el postre habitual, de temporada y fresca, y el agua será la única bebida que acompañe a las comidas.

Respecto a la frecuencia de los distintos grupos de alimentos dentro del menú escolar, las instrucciones de Educación fijan arroz y pasta dos veces a la semana, legumbres un mínimo de dos, y consumir a diario las hortalizas, verduras y tubérculos, preferiblemente en crudo en forma de ensaladas. Dos raciones de carne a la semana, y dos o tres de pescado (prohibidos los fritos y rebozados) son otras de las indicaciones a cumplir.

En el caso de la fruta se establecen cinco raciones a la semana, y «no se le dará al escolar la posibilidad de elegir entre esta o postres lácteos».