La expulsión de uno de los miembros de Cs por parte de la dirección nacional del partido, el cual ya ha jurado su acta de diputado, se ha convertido en un problema para la Asamblea de Extremadura. Fernando Rodríguez Enrique ha entrado en el grupo parlamentario al marcharse Cayetano Polo y correr la lista, pero incluso antes de ocupar oficialmente su escaño se alió con otros tres diputados llamados ‘díscolos’ para presentar en la Cámara regional un organigrama en el que dejaban fuera a David Salazar, recién nombrado nuevo coordinador del partido en Extremadura desde Madrid. La acción tuvo como consecuencia la expulsión de la formación. Pero el pasado jueves Rodríguez Enrique juró su cargo y se negó a marcharse al grupo no adscrito.

Ahora la Asamblea estudia qué hacer, cuál es el proceso a seguir después de su petición de ser diputado de Cs, partido al que ya se supone que no pertenece.

Por una parte hay un escrito de tres diputados de Cs (David Salazar, Fernando Baselga y Encarnación Martín) informando a la Asamblea de que Rodríguez Enrique ha sido expulsado del partido; por otra parte existe otro documento en el que el propio Rodríguez Enrique reclama su adscripción a Cs en función de la lista por la que concurrió a las elecciones autonómicas de mayo del 2019.

Será el servicio jurídico de la Asamblea el que emita un informe que aclare cuál será el futuro y la composición de este grupo.

Mientras tanto, en Cs se mantiene abierto un expediente internado a los tres llamados diputados díscolos, Marta Pérez Guillén, Joaquín Prieto y José María Casares. Ha habido amenazas de expulsarlos si «no cambiaban de actitud» pero de momento esta medida no está encima de la mesa, al menos es lo que han señalado distintas fuentes del partido.

Lo cierto es que la división es evidente en el grupo parlamentario de Cs y, curiosamente, ahora son mayoría los diputados rebeldes contra las decisiones que vienen de Madrid.

El trío David Salazar, Fernando Baselga y Encarnación Martín no tiene fuerza suficiente, no suman la mayoría necesaria para poder llevar a cabo una expulsión del grupo parlamentario actual.

Las aguas se agitaron en la formación naranja tras la marcha de Cayetano Polo, exportavoz de la formación, que además de dejar los cargos dentro del partido también renunció a su acta de diputado.