Viviendas espaciosas, con zonas al aire libre, luz abundante, buena ventilación y casi siempre en las afueras. Es el perfil de casa que más se busca actualmente y que se ajusta a la perfección al de una unifamiliar. Un impacto más que ha tenido la pandemia, en este caso en el mercado inmobiliario, es la mayor preferencia por estas construcciones, en un cambio de tendencia al que ya se le puede comenzar a poner cifras. El pasado año, casi tres de cada diez compraventas de casas selladas en la comunidad autónoma se correspondieron con esta tipología de vivienda, de acuerdo a los datos contenidos en la última estadística inmobiliaria publicada por el Colegio de Registradores de España.

El porcentaje exacto fue del 28,55%, el segundo más alto del país después del de Castilla-La Mancha (36,64%), y en el último trimestre llegó a ser del 29,17%. La media extremeña anual queda más de ocho puntos porcentuales por encima de la nacional, que fue del 20,05%, pero que fue suficiente para marcar un nuevo máximo histórico en la serie. Entre octubre y diciembre el peso de las unifamiliares dentro del total de adquisiciones nacionales ascendió hasta el 22,52%, «siendo previsible una continuidad de esta tendencia a lo largo de los próximos trimestres», vaticinan los registradores. «Las características demandadas están cambiando, no radicalmente ya que el mercado inmobiliario no se caracteriza por la presencia de cambios intensos durante un corto espacio de tiempo, dada su naturaleza, pero sí progresivamente», se apunta.

En esta continuidad influirá, se avanza, que el teletrabajo «previsiblemente seguirá en nuestras vidas con una mayor intensidad» de la que tenía antes de la irrupción del coronavirus, y que también permanecerán los efectos derivados de la crisis sanitaria en relación a los requerimientos de los demandantes de vivienda «en cuanto a superficie y espacios abiertos». 

El peso de las unifamiliares en Extremadura queda más de ocho puntos por encima de la media nacional, que el año pasado marcó un nuevo máximo

El confinamiento ha hecho que se pase de una situación en la que «casi todas las terrazas se cerraban porque se querían aprovechar como interiores» a otra en la que las familias dan mucha mayor prioridad a disponer de estos espacios abiertos. «Y si puede ser un patio o un pequeño jardín, pues aún mejor», apunta Francisco Javier Peinado, secretario general de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex). 

Un auge al que también contribuye el que el precio del metro cuadrado de suelo urbano en Extremadura se encuentre entre los más bajos del país (en el último trimestre del 2020 se situó en 109,4 euros frente a los 142,1 de media en España). «Eso permite que, con cierto nivel adquisitivo, aquí sea más fácil tener una vivienda unifamiliar que en otros territorios», arguye Peinado, que está vinculado a la gestión empresarial en el sector de la construcción.

Este interés también se ha traducido en un incremento de las operaciones de transmisión de suelo urbano. En el segundo semestre del año, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana contabilizó 462 transacciones en la región. Es la cifra más elevada en un segundo semestre en la región desde el del 2010.

Más de un 60% de ellas se realizaron en la provincia de Badajoz. Dentro de su capital, una de las zonas en las que más se está percibiendo este avance es en el barrio de Las Vaguadas, «donde se está vendiendo absolutamente todo lo que sale urbanizable. Y es para viviendas unifamiliares. Las promociones que son de adosados o dúplex también son un mercado que está funcionando bastante bien allí», aclara 

Antes de la llegada de la pandemia, resalta el secretario general de la Creex, en la capital pacense había comenzado a reactivarse de nuevo el mercado inmobiliario, «evidentemente no con la alegría de antes del 2008, pero razonablemente bien». La covid cortó esta evolución alcista y trasladó en buena parte la demanda de las construcciones en bloque a las unifamiliares. «Lo que hemos notado es que el mercado está empezando a reactivarse, pero mucho, en las viviendas situadas en el extrarradio o en otras que antes se consideraban como de fin de semana, que es un mercado de segunda mano que está también bastante boyante». En esta misma línea, la demanda de áticos es actualmente «tremenda». «Casi todos los nuevos proyectos» en bloque que están solicitando licencia los incluyen, sostiene.

«El mercado está empezando a reactivarse, pero mucho, en las viviendas situadas en el extrarradio o en otras que antes se consideraban como de fin de semana»

Francisco Javier Peinado - Secretario general de la Creex

Abelardo Martín, presidente de la Asociación de Promotores de la Federación Provincial de Empresarios de la Construcción de Cáceres (Fecons) coincide en que la vivienda unifamiliar «se ha vuelto a revalorizar, es la que más se está demandando». Y para que las promociones en bloque se «puedan vender bien ahora», deben disponer de «unas terrazas que sean amplias, estar muy iluminadas o tener ventilaciones cruzadas». Unas exigencias que no cubría una parte importante de la oferta que había en el mercado inmobiliario tras el confinamiento. «En mi empresa tuvimos que desechar una promoción en una multifamiliar y sacar otra de unifamiliares que se ha vendido muy bien», pone como ejemplo.

Descenso del 6,5% en total compraventas

No obstante, Martín recuerda que el auge en la demanda de unifamiliares hay que situarlo en el marco del acentuado descenso que encajó la actividad inmobiliaria en el 2020, que en las compraventas formalizadas en la región significó un descenso del 6,5% anual, conforme a las estadísticas de los registradores. 

En este sentido, incide en que el aumento de las transacciones de suelo urbano «no implica más actividad» en términos globales para el sector, ya que lo que eleva la estadística es precisamente la venta de solares para proyectos de unifamiliares mientras que hay poco movimiento en los destinados a bloques, que son los que concentran un mayor número de inmuebles.

 Algo a lo que apuntan también los datos del ministerio, que a pesar del aumento en el volumen de operaciones del segundo semestre --y también de la superficie total de los terrenos vendidos-- recogen una disminución del valor total de las transacciones, lo que puede achacarse a la mayor presencia de suelo con menor edificabilidad y también más alejado de los centros urbanos.

«Hay una demanda creciente de unifamiliares, tanto a nivel de promoción como de búsqueda en portales inmobiliarios»

José Luis Iglesias - Gerente de Pymecon

«Hay una demanda creciente de unifamiliares, tanto a nivel de promoción como de búsqueda en portales inmobiliarios», afirma por su parte José Luis Iglesias, gerente de la Federación Regional de la Pequeña y Mediana Empresa de Construcción (Pymecon). En Plasencia, donde esta entidad tiene su sede, «lo que no ha bajado es la autopromoción, fundamentalmente en la zona de Ciudad Jardín, pero se están poniendo en valor otras como pueden ser los Altos de Valcorchero, donde parcelas libres están empezando a tener cierto tirón precisamente porque son espacios propicios para edificar ese tipo de vivienda». Y «al albur» de este interés, esgrime, suelo que había quedado en manos de entidades financieras o de la Sareb a consecuencia de la crisis del 2007, ahora está teniendo más salida en el mercado.  

Terrazas cerradas..., y vueltas a abrir

La 'fiebre' por las unifamiliares no es la única consecuencia que ha tenido más de un año de confinamiento y restricciones sobre la actividad inmobiliaria. También ha animado el mercado de las reformas, en el que «tranquilamente» puede haberse duplicado la actividad, señala Florentino Jiménez Nevado, presidente de la Asociación de Constructores de la Federación Provincial de Empresarios de la Construcción de Cáceres (Fecons). «La gente lo que quiere son espacios más amplios. Rediseñan sus casas, los mismos metros pero más habitables, para evitar agobios», asegura. Es habitual, por ejemplo, unir cocina y comedor en una estancia «tipo ‘loft’» o abrir los cerramientos que se habían hecho en las terrazas, «por si hay que volver a tener que estar recluidos tener un poquito de espacio para respirar», detalla.

Un operario realiza trabajos de reforma de una vivienda en Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Otros encargos que se repiten con frecuencia, añade, son la remodelación de baños, instalar carpinterías nuevas, tanto interiores como exteriores, insonorizar las viviendas y, por supuesto, las piscinas, cuya construcción se disparó tras la pandemia.

«Nosotros hemos reformado una vivienda en San Blas y han ido a verla ya muchísimas personas, y eso que está aún sin terminar. ¿Por qué? Porque tiene un poco de patio, terraza,... que es lo que se quiere ahora».

«La gente se está volviendo loca por pedir presupuesto», afirma Jiménez Nevado. Y esta mayor demanda ha hecho que a Cáceres capital estén viniendo empresas de otras localidades a trabajar en esta actividad. No obstante, incide en la «terrible» escasez que hay de mano de obra cualificada (oficiales) en la construcción. Y con los precios «tan bajos» que hay en Cáceres respecto a otras zonas, arguye, «a los que hay, cuesta mantenerlos».

«La gente lo que quiere son espacios más amplios. Rediseñan sus casas, los mismos metros pero más habitables, para evitar agobios»

Florentino Jiménez Nevado - Presidente de la Asociación de Constructores de Fecons

«Las familias han tenido mucho tiempo para darle vueltas a las carencias que tenían en su casa y a cuáles son sus necesidades y eso ha supuesto un ‘boom’ en el tema de las mejoras relacionadas con la vivienda», asegura igualmente José Luis Iglesias, gerente de Pymecon. «Antes se llevaba ganar zonas cerradas dentro de la propia vivienda. Ahora lo que prima fundamentalmente es la búsqueda de espacios abiertos, que dentro de la propia vivienda haya lugares para estar en contacto con el aire libre», cuenta.

A este repunte de las reformas y de «cierto auge en las promociones de viviendas» también ha contribuido el que se ha incrementado el ahorro de muchas familias ante la imposibilidad de viajar o de gastar en ocio. «Además, las entidades financieras ahora no lo fomentan. Al contrario, comienzan a cobrar por tener el dinero en el banco. Así que se vuelve a inversiones como la del ladrillo, que es un valor refugio», apostilla.