A mediados de febrero los agentes sociales y económicos de la comunidad firmaron el Pacto por la Ciencia y la Tecnología de Extremadura, al que posteriormente se han ido uniendo instituciones y centros extremeños de investigación y que, entre otras cosas, persigue aumentar el gasto en I+D+i hasta el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad. Pero según las últimas estadísticas oficiales, Extremadura solo gastó en investigación y desarrollo (I+D) en el 2019 un 0,67% de su PIB. ¿Cómo se llegará al 2%? ¿Y cuándo? Estas son algunas de las cuestiones que ayer puso sobre la mesa, en la Comisión de Economía, Ciencia y Agenda Digital en la Asamblea de Extremadura, el portavoz del grupo parlamentario Ciudadanos, David Salazar, quien tildó el pacto regional de «papel mojado». Echa en falta actuaciones y compromisos concretos para impulsar el crecimiento de este sector en la comunidad.

Por su parte, el secretario general de Ciencia, Innovación y Universidad, Jesús Lozano, indicó que el pacto es un compromiso de todas las partes firmantes de inversión estable y creciente en I+D+i para alcanzar ese 2%, además de una serie de modificaciones y reformas encaminadas también a aumentar las inversiones en ciencia y tecnología. «Sin tener una bola de cristal, nuestro objetivo sería llegar al 1,43% en el 2027», precisó Lozano. 

¿Qué se necesita para eso? «Que el conjunto de las instituciones, las empresas, las inversiones, los recursos nacionales y europeos que conseguimos y la Junta de Extremadura vayan incrementando una media del 12% hasta el 2027, con eso llegaríamos ese año al 1,43% del PIB». 

Para ello, insistió, la comunidad debe aumentar especialmente el gasto que realiza el sector privado, que actualmente apenas supone el 25% de la inversión total extremeña. «Una de las debilidades que tenemos es el gasto de las empresas; y la otra son los recursos humanos. Estos son los dos grandes elementos en los que tenemos que trabajar si queremos aumentar ese indicador», dijo Jesús Alonso.

Y hay, apuntó, grandes oportunidades para conseguir superar esas debilidades: el marco financiero plurianual 2021-2027, que ha sido reforzado tras la pandemia, y el programa Next Generation, un instrumento de recuperación de la Unión Europea dotado con 750.000 millones de euros para fomentar el crecimiento. «Gestionar bien ambos programas y conseguir el máximo rendimiento de cada uno de ellos es una de las grandes oportunidades que tenemos en la comunidad para dar un salto en el ámbito de la ciencia», aseguró. 

«LA CIENCIA NO PUEDE IR SOLA» / Asimismo, Alonso señaló que el pacto por la ciencia y la tecnología persigue también alcanzar un modelo de desarrollo socioeconómico basado en el conocimiento: «la ciencia no puede ir sola, debe ir ligada a una transformación económica y social». Ahí entra en juego el diseño de un conjunto de políticas públicas, en conexión con las nacionales y europeas, que se deben plasmar en la Estrategia de Investigación en Innovación para la Especialización Inteligente de Extremadura y cristalizarlas en actuaciones concretas que se recojan en el plan regional de I+D+i. «Hay que hacer políticas de largo recorrido, si no, no vamos a ninguna parte».