UNA EXTREMEÑA ENTRE LOS MEJORES PUESTOS DE españa en la FORMACIÓN SANITARIA ESPECIALIZADA

María, la número 3 del PIR: «La atención psicológica no debería ser un privilegio»

Placentina, de 26 años, María Sánchez ha logrado el tercer puesto en el examen de Psicólogo Interno Residente entre más de 4.300 aspirantes de todo el país. Defiende la inclusión de los profesionales de la psicología en la Atención Primaria y que sean accesibles a todos

María Sánchez, licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca, posa para este diario en su ciudad, Plasencia.

María Sánchez, licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca, posa para este diario en su ciudad, Plasencia. / TONI GUDIEL

A la cuarta fue la vencida. María Sánchez Alfonso no se rindió, sabía que su carrera era de fondo y ha llegado a una de sus metas en una destacada posición: es la número tres del examen de Psicólogo Interno Residente (PIR) al que se presentaron el pasado marzo más de 4.300 aspirantes de toda España.

Esta placentina, de 26 años, lleva cuatro años estudiando para conseguir una de las 198 plazas que hay en el país para especializarse en Psicología Clínica en la sanidad pública y será la tercera en elegir. «La verdad es que no me esperaba este resultado; durante todo el año he ido teniendo buenas notas en los simulacros pero no quería confiarme demasiado», cuenta la extremeña licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca.

Sabía que el reto era difícil, pero «siempre me ha gustado mucho la psicología clínica. Hice prácticas en un hospital de día psiquiátrico y la única manera de trabajar en la sanidad pública es vía PIR, así que decidí prepararme. Me advirtieron de que era una oposición que duraba muchos años, que sería difícil sacar plaza porque hay muchos aspirantes y muy pocas plazas, este año había 21 opositores por plaza, pero lo tenía claro». En los tres exámenes PIR anteriores se había quedado cerca del corte, «en el 2020 me quedé a ocho preguntas». ¿Y te desanimaste? «He tenido momentos de duda, es lo normal porque incluso ni los propios profesores de la facultad te alientan mucho a seguir ese camino, pero al final siempre he conseguido animarme, sobre todo me han ayudado mucho mis padres», señala agradecida.

Sabía que estaba cerca de conseguir su reto, así que este último año decidió apretar un poco más: «además de estudiar, estuve trabajando y me pude costear otra academia y comprarme muchos más manuales de autor». 

Sevilla, Madrid o Toledo

¿Qué te propones ahora? «Lo primero quiero poner los pies en la tierra después de tantas emociones y elegir bien dónde hacer la residencia los próximos cuatro años. Mis opciones favoritas ahora mismo son Sevilla, Madrid o Toledo», cuenta. En Extremadura hay cinco plazas de residente en Psicología Clínica, pero no las contempla: «siempre he tenido la ilusión de irme fuera a hacer la residencia, siento que ya tendré tiempo de volver si puedo». Y prosigue con sus retos: «Luego, quiero exprimir al máximo esta experiencia: aprender del sufrimiento humano en los distintos dispositivos sanitarios en los que actúa la psicología, ver problemas de salud mental desde distintos puntos de vista y llegar a ser una buena clínica en la sanidad pública». 

Precisamente, la psicología es una de las especialidades con menos profesionales en el sistema sanitario público. «Tenemos una media de psicólogos bastante baja con respecto a Europa y eso hace que la atención psicológica no sea accesible a todo el mundo y no debería ser un privilegio, porque además también incide en la salud física», reivindica. Muestra de ello son las plazas PIR que se ofertan cada año. «Hace cuatro años había 128 plazas en toda España, ahora es cierto que ha habido un aumento importante hasta las 198 plazas, pero no sé si eso luego esto se traduce también en más plazas en el sistema sanitario». «Esta especialidad se creó a principios de los 90 y se ha demostrado con estudios la eficacia de meter psicólogos clínicos en la Atención Primaria». ¿La pandemia y su incidencia en la salud mental (así lo considera el 79% de los encuestados en el CIS) puede ayudar a darle un empujón a esta especialidad en la sanidad pública? «Puede ser. Lo que está claro es que se está viendo que es necesario tener psicólogos en los centros de salud porque está aumentando el consumo de ansiolíticos y antidepresivos y hay mucha gente que demanda atención en salud mental. La asistencia privada no se la puede costear todo el mundo», cuenta. 

Estrés, ansiedad, depresión

Cuenta, incluso, que su propia médica de familia le decía que cerca del 70% de las consultas que atendía en un día deberían ser atendidas por psicólogos porque son problemas de estrés, de ansiedad, depresión... que, a menudo, se tratan con fármacos, «pero estos son solo un parche que tapa los síntomas y deberían tratarse con atención psicológica. Los propios profesionales lo reconocen y están pidiendo psicólogos». 

Y María no es la única que empezará a trabajar como residente en la sanidad pública en las próximas semanas. Hay otra extremeña que también ha logrado este año una de esas codiciadas 198 plazas de psicología clínica. «Mi compañera Elena, también de Plasencia, ha obtenido el número 96 y ha sido una ayuda y una suerte poder apoyarme en ella», dice María. Más si cabe en estas oposiciones de formación sanitaria especializada en las que aquellas especialidades que no sean Medicina o Enfermería son más desconocidas para la generalidad. «Es cierto, los PIR estamos un poco olvidados aunque nos pasamos más años estudiando para poder conseguir plaza porque hay pocas y muchos aspirantes».