La región atesora 12 Fiestas de Interés Turístico Nacional y 2 Internacional

El calendario de Fiestas de Interés Turístico crece cada año en alguna de sus categorías: regional, nacional e internacional. Cuando no hay la incorporación de una nueva fiesta al elenco regional, alguna de ellas asciende a un reconocimiento mayor. Extremadura cuenta en la actualidad con un total de 58 Fiestas de Interés Turístico. La pandemia ha obligado a suspender todos los actos multitudinarios. Sin embargo, todos los municipios han recordado de una manera u otra su celebración.

Es momento, pues, de hacer balance y de valorar el número de festejos que cuentan con algún reconocimiento oficial en sus distintas categorías. Extremadura cuenta con 12 Fiestas de Interés Turístico Nacional, 56 de Interés Regional y otras dos de Interés Turístico Internacional, curiosamente las Semanas Santas de Cáceres y Mérida. Repasemos, al menos, las Nacionales e Internacionales.

La primera celebración del año que tiene este rango es el Jarramplas que se celebra en Piornal. Los días 19 y 20 de enero un penitente que responde al nombre de Jarramplas se viste de un traje de múltiples colores y reforzado con fibra de vidrio recibe una lluvia de nabos que han sido recolectados por los vecinos en días anteriores. Todo es por una promesa a san Sebastián y existe una lista de espera enorme para participar. Al mediodía en la víspera de san Sebastián es la primera salida tocando el tambor a la vez que recibe miles de impactos de este tubérculo. No puede describirse con palabras, hay que verlo. Es todo un honor ser Jarramplas y la lista de espera tiene décadas.

La siguiente de las fiestas con rango de Interés Nacional es Las Carantoñas, de Acehúche. También en honor a san Sebastián y envuelta igualmente en el misterio. Este ha sido el primer año que se ha celebrado con este reconocimiento, por lo que ha sido más especial que nunca. El santo sale de la iglesia en medio de salvas y vítores, mientras que unos extraños personales, vestidos con pieles, una rama de acebuche y que emiten un extraño grito gutural, rinden honores al patrón, quedando extáticos ante su presencia y realizando unas extrañas reverencias. En cada esquina por la que pasa el patrón se lanzan salvas. Se cree que es una rememoración del martirio de san Sebastián cuando fue abandonado en el bosque y las fieras no se lo comieron. Además hay muchos personajes en esta liturgia como los regaores y las tiraoras.

El Carnaval de Badajoz es una de las fiestas de rango Nacional que se encuentran perfectamente situadas para conseguir el Internacional. No le faltan méritos. Considerado como el tercer carnaval del país, tras Tenerife y Cádiz, el pacense es uno de los más participativos –aunque decirlo sea un tópico- de todo el país. La ciudad vive prácticamente todo el año preparándose para esos días en los que la máscara se apodera de los vecinos y visitantes. Como hitos que merece la pena destacar se encuentra un concurso de murgas que se desarrolla en el López de Ayala y que es un derroche de ingenio. Las entradas se agotan y son muchos los que contemplan el acontecimiento en pantallas gigantes instaladas en puntos del centro de Badajoz. Otro acontecimiento es el desfile de comparsas y artefactos, en el que participan más de 5.000 personas, que desarrollan coreografías vestidas con unos trajes que llevan preparando durante todo el año. Lo mejor es visitar el museo del Carnaval de Badajoz si se visita la ciudad y no es época de carnestolendas.

Ligada a un acontecimiento natural como es la floración del cerezo, la Fiesta del Cerezo en Flor, también cuenta con un reconocimiento a nivel nacional, y no es para menos, porque son miles los turistas que acuden al Valle del Jerte para contemplar este fenómeno que tiñe de blanco durante varios días esta comarca. Es el momento perfecto para practicar el senderismo y conocer los productos y la gastronomía del norte de la provincia de Cáceres. La programación de actividades es inmensa y está dividida en tres partes: Despertar del Valle, Cerezo en Flor y Lluvia de Pétalos. Miles de acontecimientos culturales, deportivos, gastronómicos, propuestas de turismo activo y festividades sumergen al viajero en la forma de sentir y vivir el valle de la primavera. Muy recomendable.

Jerez de los Caballeros, la ciudad templaria, cuenta con una Semana Santa afamada en todo el país, tanto por la calidad de las tallas que procesionan como por el entorno monumental en el que lo hacen. Calles angostas, recoletas, son un laberinto barroco que une imaginería y una devoción únicas. Todo en esos días es emocionante, desde la salida de La Borriquita acompañada de La Legión, pasando por la procesión de Los Empalaos. Jueves Santo, Madrugada, Viernes Santo, Sábado Santo y el Santo Encuentro el Domingo de Resurrección son los momentos de mayor intensidad en la profunda devoción jerezana.

La Semana Santa en Cáceres tiene el rango de Interés Internacional. Y no faltan motivos para este reconocimiento. Pocas manifestaciones de este tipo se desarrollan en un entorno considerado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La antigüedad de la Semana Santa cacereña está más que contrastada, puesto que los primeros documentos datan del siglo XVI, con lo que el regusto medieval está presente en muchas de sus citas. Precisamente heredera de ese momento es la archiconocida procesión del Cristo Negro, que realiza su recorrido por las calles del recinto histórico en medio de un silencio estremecedor durante la noche del Miércoles Santo. Si el viajero viene en otra época del año puede visitar el centro de interpretación que se encuentra en la iglesia de la Preciosa Sangre, que aúna tradición y nuevas tecnologías.

Otra Semana Santa con proyección internacional es la de Mérida, que también desarrolla sus acontecimientos penitenciales en un entorno considerado Patrimonio de la Humanidad. Ver a las diferentes hermandades desfilando ante el Templo de Diana, el Arco de Trajano o el Puente Romano es todo un espectáculo sobrecogedor. Aunque entre todas hay que destacar el Via Crucis con el Santísimo Cristo de la O por el interior del anfiteatro romano la madrugada del Viernes al Sábado Santo. También la llegada de los distintos pasos a la plaza de España (más de 30) así como la salida y entrada en los templos son momentos de máxima emoción para quienes visitan esta maravilla y tienen la oportunidad de conocerla en profundidad.

El principal núcleo urbano de Extremadura, Badajoz, cuenta también con una Semana Santa con rango de Interés Nacional, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. La calidad de las tallas es indiscutible y su paso por la catedral siempre se corresponde con el recogimiento y la emoción de quienes los contemplan. A destacar el Jueves Santo y el paso de la patrona, la Virgen de la Soledad, por la plaza homónima. Las oficinas de turismo y los monumentos de Badajoz atendieron a 9.594 visitantes durante última Semana Santa, unas cifras que demuestran «que cada año acuden a la ciudad más personas» durante esta festividad, según ha destacado el consistorio.

También ligada a la semana más fervorosa del año es la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera, una puesta en escena por parte de todo el municipio (400 participantes) de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. La representación comienza el Jueves Santo con la última cena que tiene lugar a las puertas de la iglesia de San Juan Evangelista. La plaza de España se convierte en un Huerto de los Olivos, en el que se prende a Jesucristo, quien se lleva al Sanedrín, que se ubica en la plaza del Ayuntamiento. El Viernes Santo tiene lugar la presentación a Pilatos. Jesús recorrerá las calles de Oliva de la Frontera junto a Simón de Cirene. La representación finaliza en el atrio del santuario con la crucifixión de Jesús para ser conducido posteriormente al sepulcro, situado en la iglesia de San Marcos Evangelista.

Ya en otro registro, dentro de las Fiestas de Interés Nacional, se encuentra el Festival Internacional de la Sierra, que se desarrolla en Fregenal y que es todo un acontecimiento para los amantes de la cultura popular, el canto y baile tradicional. A lo largo de siete días formaciones folclóricas de todo el mundo desfilan por la localidad mostrando lo mejor de sus producciones. Actuaciones nocturnas, un mercado inspirado en el siglo XVIII, las noches flamencas del convento de San Francisco, son otros atractivos de un evento de gran protección en todo el país.

El Alcalde de Zalamea es otra de las representaciones populares que gozan de reconocimiento nacional. Gira en torno a la obra homónima y clave para comprender el siglo de oro español. La plaza de la Constitución de Zalamea de la Serena es el escenario donde se pone en escena ese texto. La obra, que el año pasado alcanzó su vigesimosexta edición, será en 2020 el segundo que se represente como Interés Nacional. El montaje es un «viaje en el tiempo que muestra la identidad y carácter de un pueblo rememorados en forma de teatro», y en el que intervienen más de medio millar vecinos de esta localidad, que recrean el drama de Pedro Calderón de la Barca acontecido hace siglos por la familia del entonces alcalde, Pedro Crespo. Además de la propia representación, se desarrollarán en toda la localidad siete puntos escénicos que recrearán diversos aspectos de la época.

Finalmente, el Otoño Mágico del Valle del Ambroz es todo un acontecimiento que puede disfrutarse en múltiples manifestaciones. El programa Otoño Mágico en el Valle del Ambroz, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, cuenta cada año con más de 75 actividades, en un total de ocho fines de semana en los que se desarrollarán actividades de todo tipo como rutas senderistas, «viaje a las estrellas», gastronomía, rutas BTT, asado de calvotes y música de diversos estilos, repartidas en los municipios de la comarca.