Jornada importante para el campo extremeño. La patronal y los sindicatos volverán a sentarse mañana para negociar un nuevo convenio del campo que rija la relación laboral de más de 65.000 contratos del sector agroganadero de la región, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) declarase nulo el convenio de 2020 tras la impugnación presentada por la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), que ahora sí contará con representación en la mesa negociadora. Una vez resuelta la representatividad de la patronal, Apag Extremadura Asaja y Asaja Extremdura coparán el 60% de la representatividad en la mesa y el 40% se lo repartirán UPA-UCE (25%) y Afruex (15%). Los sindicatos UGT y CCOO siguen ostentando el 50% respectivamente del peso de la negociación.

La sede del sindicato UGT en Mérida acogerá mañana la primera reunión de la mesa negociadora para tratar de sacar adelante un nuevo convenio que regule las relaciones laborales y económicas entre la empresa y los trabajadores en las campañas agrarias. Todas las partes implicadas se muestran dialogantes y con ganas de alcanzar acuerdos que permitan mejorar las condiciones laborales en el campo extremeño.

Por su parte, los sindicatos coinciden en la conveniencia de que se pueda aplicar una subida salarial a los trabajadores. «Nuestra prioridad es que se mantenga la base del convenio colectivo que teníamos firmado en 2020 y que seamos capaces de hablar de algún tipo de subida salarial», sostiene el secretario general de CCOO de Industria de Extremadura, Saturnino Lagar. Asimismo, espera que las buenas expectativas que ha dicho tener Afruex de cara a la campaña de la fruta, se traduzcan en mejores salarios y condiciones de trabajo.

El secretario general de UGT-FICA Extremadura, Ricardo Salaya, se muestra confiado en que «con buena intención por ambas partes, se pueda cerrar un acuerdo lo antes posible». «Queremos una mejora salarial, adaptaciones para el cambio legislativo y en materia de igualdad o de riesgos laborales. La idea es dignificar el trabajo en el campo», subraya.

La patronal coincide en que hay que acordar un nuevo convenio más acorde a los tiempos que corren, al considerar que el de 2020 no da respuesta a la realidad del sector. «Hay que empezar a hacer un convenio moderno y eficiente», afirma el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García, quien solicita a los sindicatos que «no sean muy duros» en la cuestión salarial, ya que «los precios de los productos agrarios no son los que tienen que ser». A su juicio, no habrá acuerdo hasta el otoño, ya que cree que la reforma laboral del Gobierno central se planteará a partir del verano y hay que tenerla en cuenta. «Carece de sentido ponernos a negociar sobre figuras que pueden desaparecer, porque para el campo es fundamental el contrato eventual», subraya.

El director gerente de Afruex, Miguel Ángel Gómez, señala que su objetivo es que el trabajador «esté a gusto con nosotros, gane dinero y no tenga que emigrar a otra zona». «El sector de la fruta es el principal fijador de mano de obra en muchísimos de los pueblos de la región y lo que queremos es que la gente se mantenga», afirma. En su opinión, hay que «construir un nuevo convenio moderno y negociarlo desde cero». 

«El convenio es un instrumento muy importante de cara a garantizar la estabilidad, paz social y tratar de favorecer que exista mano de obra disponible en el campo», manifiesta el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas. «Nos parece positivo todo lo que sea favorecer el que haya un buen clima entre agricultores, ganadores y trabajadores», puntualiza.