Uno de cada cuatro accidentes mortales ocurridos en España tienen un compañero de viaje en común: el exceso de velocidad. Está detrás de las más de 300 personas que se dejaron la vida en la carretera durante el 2019 (último año con datos consolidados). Por eso, la velocidad sigue siendo uno de los enemigos a batir y una de las principales obsesiones de quienes velan por la seguridad en la carretera, que repiten en cada campaña un mismo mensaje: «los límites de siempre se deben respetar». 

Las razones son claras. «Llevar una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en siniestros viales», señala la Dirección General de Tráfico (DGT) mientras advierte de que a 80 kilómetros por hora es «prácticamente imposible» que un peatón se salve en un atropello. «Si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h el riesgo de muerte del peatón es de un 10% y si la velocidad es a 50 km/h ese riesgo de fallecimiento se eleva al 90%». A 120 km/h se necesita para detenerse una distancia superior a un campo de fútbol, advierte. Además de este, en su última campaña, la DGT tira de otros símiles para concienciar sobre los límites de velocidad en carretera comparando los choques con caídas desde edificios. 

Todo el mundo sabe que no es lo mismo tener una colisión si vas a 50 km/h que a 120, pero ¿sabes cómo te la estas jugando de verdad? Si tu vehículo se choca a 50 kilómetros por hora es como si te cayeras con tu coche desde la muralla de Ávila. Si ocurre la colisión a 70 km/h es como si te precipitaras desde la Puerta de Alcalá de Madrid, a 120 km/h desde la Torre de Hércules de A Coruña, a 139 km/h de la Torre del Agua de Zaragoza... Y siguen las comparaciones. A 162 km/h es igual que lanzarse al vacío desde el punto más alto de la Giralda de Sevilla, a 191 km/h de la Torre Agbar de Barcelona o a 217 km/h del hotel Bali de Benidorm, un edificio de casi 200 metros. Resulta difícil pensar en salir intactos.

Coches más seguros 

Además de concienciar a los conductores, los organismos internacionales aconsejan que los límites de velocidad se establezcan considerando las fuerzas que el cuerpo humano puede tolerar y «en el caso del ámbito urbano no debería ser superior a los 30 kilómetros por hora al convivir en el mismo espacio usuarios vulnerables con vehículos motorizados», apunta la DGT que, por esta razón, ha reducido los límites en las ciudades en las vías de un único carril. 

También desde la Unión Europea se están dando pasos, dentro del marco de las políticas europeas en seguridad vial para el periodo 2021-2030, y se va a obligar a que todos los vehículos nuevos homologados en Europa a partir del 2022, así como todos los vehículos nuevos vendidos a partir de 2024, incorporen entre otros sistemas de ayuda a la conducción, el asistente inteligente de velocidad ISA que funciona conectado al GPS y dotado de una cámara que lee las señales viales y advierte al conductor cuando éste supera los límites legales, explica la DGT.