«Esto no es sequía, es negocio», repiten los lugareños. El embalse de Valdecañas está a un 21% de su capacidad y hace más de cinco décadas que no se llegaba a unos niveles tan extremos. Cierto que el mes de julio ha sido seco, con apenas lluvias, pero quienes habitan en los pueblos del entorno tienen claro que el problema no es la falta de precipitaciones, sino la explotación que se hace de este recurso: se está desembalsando agua justo ahora para generar electricidad «barata» mientras que a los municipios rurales de la zona les escasea el agua para sus actividades agrícolas y ganaderas del día a día. ¿Por qué barata? Porque «es precisamente ahora cuando el precio de la luz está alcanzado sus cifras máximas».

La prueba de cómo se está llevando a Valdecañas a su límite está en que el siguiente pantano en la cuenca del Tajo, el de Torrejón, se encuentra al 91% de su capacidad. 

«Nunca ha estado así»

Quien le pone voz a esta denuncia es el alcalde de Belvís de Monroy, Marcos Pascasio Granado (de la formación Extremeños). Su municipio, Almaraz, Saucedilla o Peraleda de la Mata son algunos de los que se ven afectados por esta «falsa sequía». «Nunca hemos visto el pantano tan vacío», asegura.

«Sin ningún tipo de aviso previo --explica-- empezaron a desembalsar. Menos mal que tenemos depósitos y gracias a eso no se tuvo que cortar el agua a la población, pero no podemos decir que sea agua de gran calidad. Además, evidentemente la escasez que hay afecta al regadío, a quienes se dedican a la ganadería...».

«Se supone que generan electricidad gracias a la energía limpia pero resulta que están dejando sin agua a los pueblos», se lamenta Pascasio Granado. Y añade: «La realidad es que el entorno rural no existe para nadie».

A la crítica de este alcalde se suma también la de Ángel Castaño, portavoz de la asociación Raíces de Peraleda, una entidad cuyo objetivo es recuperar y poner en valor la historia y el patrimonio monumental de la comarca de Campo Arañuelo, donde se ubica el embalse de Valdecañas. «Cuantas más centrales nucleares se cierren, más van a exprimir los pantanos, porque se va a perder energía nuclear y se va a intentar compensar todo lo que se pueda», subraya Castaño. «De hecho --añade-- una de las cosas que ha influido para esta bajada es la parada de Almaraz, no sabemos qué pasará cuando se cierre la central... (lo previsto es que la unidad 1 cese su actividad en 2027 y la 2, en 2028)».

Incide Castaño es que Valdecañas es solo un ejemplo más de lo que ocurre con muchos embalses en otras zonas de España.

La respuesta

En este caso, quien explota este pantano es Iberdrola. Desde la compañía responden así: «En España, como en Europa, el mercado (la energía que el sistema eléctrico demanda) es el que determina la producción proveniente de distintas fuentes. En el caso de la generación hidroeléctrica, los gestores la ponen a disposición del mercado y se utiliza cuando más aporta al sistema y se necesita, bien porque no hay disposición suficiente de otras fuentes o porque sustituye a otras más caras y siempre atendiendo a su carácter limitado».

Agregan: «En los últimos meses se están sucediendo precios altos asociados al gas, determinado por los mercados internacionales. En esta coyuntura, el sistema español ha podido contar con la producción hidroeléctrica para satisfacer la demanda a un precio inferior que si se hubiese cubierto con centrales de mayor coste».

Y apostillan: «Esta producción hidroeléctrica, que limita la escalada de precios de la electricidad asociada al incremento del coste del gas, se ha realizado en un contexto de escasas aportaciones hidráulicas, de modo que se están usando reservas de los embalses, los cuales se recuperan en época de lluvias. Esta situación es habitual en esta época del año, porque el sistema en verano suele demandar producción hidroeléctrica a pesar de no haber aportaciones en los embalses».

Asimismo, aseguran desde la compañía que la explotación de los embalses «se realiza siguiendo todos los condicionantes medioambientales establecidos y en contacto y coordinación con las autoridades competentes y con todas aquellas concesiones de usos del agua concedidas y conocidas».

Al otro lado de esta realidad, pueblos como Belvís de Monroy, Almaraz, Saucedilla o Peraleda de la Mata, que han sufrido la escasez de agua y temen que el problema vaya a más cada verano.

...y afloran una casa señorial y una barca de Talaverilla

La ausencia de agua saca a la luz un antiguo convento de frailes y otros tesoros históricos

La cara y la cruz. Si por un lado la bajada del agua en Valdecañas pone en peligro el abastecimiento de los pueblos vecinos, por otro, ha sacado a la luz tesoros ocultos. Este año, por primera vez, se han visto al completo las ruinas de la Casa Grande de Alarza, una antigua casa solariega que antes de la desamortización de Mendizábal fue el convento de frailes de Santa Cruz de Alarza.

También ha aflorado la barca de Talavera la Vieja que se usaba para pasar personas, mercancías y animales a la otra orilla. Precisamente este pueblo, conocido como Talaverilla, quedó sumergido tras la construcción del pantano. 

Casa Grande de Alarza. Pablo Alfonso Recuero

Parte del convento en ruinas. Pablo Alfonso Recuero