El 79% de las pescaderías extremeñas incumplen la normativa sobre etiquetado del pescado, según un estudio de la Unión de Consumidores (UCE), que ha instado a las administraciones a controlar esta situación a través de la inspección. En una nota, recuerda que el etiquetado de los productos de pesca y acuicultura que vayan a comercializarse dentro de la Unión Europea deben indicar su denominación comercial y científica, método de producción, zona de captura o producción, descongelación del pescado, fecha de caducidad, modo de presentación y precio.

Sin embargo, tras visitar 34 pescaderías, ubicadas en Badajoz, Cáceres, Don Benito, Villanueva de la Serena, Mérida y Plasencia, ha comprobado que el grado de cumplimiento de esta normativa es realmente baja, ya que ni tan siquiera llega al 21%.

Según explica, las visitas han consistido en observar directamente en los establecimientos detallistas de productos pesqueros frescos y descongelados, tanto en tiendas tradicionales como en tiendas ubicadas en supermercados e hipermercados, el cumplimiento obligatorio del etiquetado del pescado en los productos expuestos. Señala que este mismo informe lo realizó en 2001, ya que en 1999 entró en vigor el nuevo etiquetado, y en aquel momento el grado de cumplimiento no superaba el 28 %. Años después, concretamente en diciembre de 2009, la situación había empeorado y este porcentaje se redujo al 13%.

«Hoy, doce años después, la situación sigue siendo lamentable», afirma la UCE, ya que el incumplimiento en el etiquetado el pescado es superior al 79%, independientemente del tipo de establecimiento, ya sea pescadería tradicional o supermercado.

Respecto a los datos entre las distintas localidades estudiadas, apunta que las mayores vulneraciones, superando el 83%, se encuentran en las ciudades de Badajoz, Cáceres y Don Benito-Villanueva. Ante esta situación, volvió a subrayar que «de nada sirve contar con una legislación amplia y muy protectora con los derechos de los consumidores, si quienes tienen que cumplirla no lo hacen y quienes tiene que controlar su cumplimiento tampoco».

En este sentido, subrayó que el vendedor es el responsable directo del cumplimiento de la normativa y debe ser consciente de su importancia, «no solo porque pueden ser sancionadas por ello, sino porque el etiquetado es una garantía para sus clientes de que el producto que venden es de calidad», cumpliéndose con ello la información sobre la trazabilidad del alimento.

Por su parte, añade, «la administración debe controlar que la normativa se cumple a través de la inspección».