Extremadura puede seguir respirando un poco tranquila. La calidad del aire de la región, en general, suele estar catalogada como «buena» o «razonablemente buena» habitualmente. Y eso supone que en algunos contaminantes no se superan los niveles legales establecidos ni tampoco los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que acaba de endurecer los indicadores de calidad del aire de los principales contaminantes atmosféricos. 

Ha fijado, en concreto, unos umbrales de seguridad más estrictos para cuatro sustancias nocivas que están vinculadas mayoritariamente con la combustión de carbón y petróleo y otros combustibles fósiles. Entre ellos, el contaminante que más reduce es el dióxido de nitrógeno (NO2), ya que tiene una incidencia directa en la salud: pueden provocar o agravar las enfermedades respiratorias. 

Hasta el momento, la OMS consideraba que el umbral de seguridad de exposición anual al NO2 era de 40 microgramos por metro cúbico (y así lo fijó la directiva europea en vigor), pero este pasado septiembre lo ha rebajado tres cuartas partes, a solo 10 microgramos. Y en este nuevo escenario solo siete de las mayores ciudades del país no rebasarían el nuevo límite, entre ellas Cáceres y Badajoz. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la capital pacense registró una media anual de 8 microgramos por metro cúbico de NO2 y la cacereña, de 6, ambos por debajo de los 10 recomendados ahora. Son datos de un informe de 2019, ya que la información del 2020 (la última anual disponible) está condicionada por el confinamiento y las restricciones de movilidad motivadas por la pandemia. 

«Para este contaminante también se ha establecido una media de 24 horas, que antes no existía, y se ha fijado en 25 microgramos por metro cúbico. Son valores que no se superan en Extremadura y dudo de que se alcancen. Ahora estamos haciendo mediciones cada diez minutos y puede que haya una subida puntual en una hora, pero como media 25 es muchísimo. Aunque también depende de dónde se ubiquen las estaciones de medida, que aquí las tenemos en zonas mayormente suburbanas. Es cierto que si mides en un momento de alta concentración de tráfico a lo mejor puedes ver datos diferentes, pero como está ahora mismo la red no se van a superar esos niveles recomendados por la OMS», explica Eduardo Pinilla, docente e investigador del departamento de Química Analítica de la Universidad de Extremadura.

De todas formas, explica, lo que hace ahora la OMS es recomendar una bajada de los niveles a unos umbrales que entiende que son razonables para la protección de la salud, pero no son vinculantes para los países por ahora. «La UE tiene previsto revisar la directiva europea actual, que es del 2008, y posiblemente baje algunos de los límites legales alineándose con las nuevas recomendaciones. Digamos que en la legislación ambiental es la OMS la que suele tirar del carro e indicar el camino, desde el punto de vista científico, a seguir al resto de organismos que son decisorios en esta materia, como es el caso de la Agencia Europea de Medioambiente».

El investigador destaca que esta nueva actualización de los niveles está basada en evidencias científicas. «Responde a la aparición de nuevos estudios sobre el impacto de los contaminantes en la salud que se han ido publicando en los últimos años, ya que las anteriores guías son del 2005», cuenta. La última directiva europea (de obligado cumplimiento para los países) está basada en recomendaciones del 2015.

Datos de algunos de los principales contaminantes atmosféricos en Extremadura.

Datos de algunos de los principales contaminantes atmosféricos en Extremadura. J. L. B.

Otros contaminantes

Pero el dióxido de nitrógeno no es el único contaminante sobre el que ha puesto el foco ahora la OMS. También ha endurecido los límites de las partículas en suspensión menores tanto de 10 micras (PM10) como de 2,5 micras (PM2,5), cuyo umbral de seguridad la OMS reduce ahora a la mitad. En este último se pasa de 10 microgramos por metro cúbico al año a 5. «El PM2,5 es uno de los contaminantes más preocupantes para laOMS porque son partículas ultra finas respirables que entran directamente en los alveolos pulmonares de una persona; pueden llegar de ahí a la sangre y tienen efectos cardiovasculares bastante acusados», indica Pinilla. El límite anual del PM10 recomendado por laOMS pasa de 20 microgramos por metro cúbico a 15. Estas partículas también están relacionadas principalmente con el tráfico:«están condicionadas tanto por la emisión del tubo de escape de los vehículos, como por la fricción de los neumáticos y las pastillas de freno, que generan muchas partículas ultra finas que se dispersan en el aire y son respirables», explica el investigador. Aunque también hay otros factores ligados a la construcción, a operaciones agrícolas y a la situación meteorológica. «Es un cóctel de fuentes constantes».

Estas partículas menores de 10 o 2,5 micras son las que más condicionan la calidad del aire en entornos urbanos y por ahora tampoco se suelen superar en la región los valores máximos permitidos. Según los datos del 2019, en Cáceres se alcanzaron 3 microgramos por metro cúbico de media anual de PM2,5 y 14 de PM10, ambos por debajo de los nuevos umbrales; mientras en Badajoz se llegó también a los 14 microgramos por metro cúbico de PM10, pero se alcanzó los 7 de PM2,5, un valor que en este último caso sí rebasaría el nuevo límite (no el actual) de la OMS en este contaminante concreto. 

«A veces hay factores naturales como la intrusión de aire del Sáhara que elevan los niveles de partículas, pero eso no se puede detener y se tiene en cuenta en la UE para evitar posibles sanciones», explica el experto. Asegura que esta superación también se puede dar puntualmente con el ozono cuando las temperaturas son muy altas. «El ozono es un contaminante que seguimos aquí atentamente, sobre todo en verano y que proviene de la convención de otros contaminantes primarios mediante la radiación solar». En este caso la OMS no ha endurecido ahora el umbral para el ozono troposférico y lo mantiene en que no se deben superar los 100 microgramos por metro cúbico más de 25 días al año (en 120 lo estipula la directiva europea), pero durante el 2019 se superó el límite legal en varias estaciones extremeñas, entre ellas la de Cáceres, que alcanzó los 140 días de superación. 

No obstante, en general, Pinilla señala que Extremadura habitualmente está en niveles más bajos de los que marca ahora la OMS, aunque hay momentos puntuales de superación, pero no sistemáticos. «Según los informes que publica el ministerio, Extremadura siempre suele tener una calidad del aire catalogada como ‘buena’ o ‘razonablemente buena’, también podemos tener un ‘regular’ o incluso llegar a una situación ‘desfavorable’ en algún caso muy raro, pero solemos moverlos en los tres primeros niveles y eso es positivo».

 ¿Debemos conformarnos?

¿Con esta situación más favorable que otras zonas del país debe conformarse la región? «No. Las principales ciudades, como Badajoz y Cáceres, son las más contaminantes y ahí se puede actuar. De hecho hay planes para ir haciendo una transición a otros tipo de movilidad sostenible, que no utilicen combustibles fósiles y demás». Porque la OMS, de hecho, advierte de que el riesgo cero no existe y siempre hay margen de mejora. «El límite es el fondo natural, que lo marcó precisamente el confinamiento en 2020. Mientras estemos por encima de ese límite habrá una alteración y tendremos un problema que puede ser leve como en nuestro caso». Pinilla recuerda que cualquier ciudad ya es de por sí una anomalía en el ecosistema, por eso «la tendencia tiene que ser intentar vivir con un aire lo más próximo a lo natural y se pueden hacer muchas cosas en ese camino».

¿Pueden llegar emisiones del volcán?

El volcán de La Palma está provocando la emisión de cenizas y gases tóxicos como el dióxido de azufre, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, mercurio, bromo y arsénico, nocivos para la salud. Los afectados directos son la propia isla y los territorios más próximos a ella, pero estos gases tóxicos también se desplazan. ¿Pueden captarse estos contaminantes en las unidades que miden la calidad del aire en Extremadura? Podría ser, pero por ahora no se han detectado, señala el investigadora de laUEx, Eduardo Pinilla.

«Aquí los componentes básicos que pueden llegar del volcán serían las partículas o el dióxido de azufre, pero hasta ahora no hemos detectado nada porque son emisiones que una vez que se mezclan en altura es muy difícil que tengan un impacto en superficie», explica. Aún así, el experto señala que están siguiendo las imágenes de satélite del programa Copernicus para ver si esos niveles pudieran alterar algo en la comunidad, «pero hasta ahora no se ha visto nada y no se prevé». No obstante, no descarta que a largo o medio plazo pueda verse una precipitación de sulfato, «pero no será peligrosa, no va a causar lluvia ácida ni alteración de ph».

En todo caso esto sucedería si se dan condiciones muy concretas: «la dirección del viento y la dispersión en altura son determinantes. Así, si hubiera una dirección de viento muy focalizada y poca dispersión en altura podríamos llegar a detectar algo, pero no se espera». La detección de los contaminantes del aire es buena, pero no es tan extrema como en el caso de la radiación ambiental. «Cuando ocurrió el accidente de Chernóbil, por ejemplo, se detectó la contaminación radiactiva prácticamente en todas las unidades del mundo, pero porque ahí se miden valores ultra trazo ya que esta contaminación es muy agresiva incluso en niveles bajos».