Susana Díaz y Julio Carmona comparten pasión por la enseñanza. Ambos son docentes, no superan los 40 años de edad, defienden a ultranza el uso de las nuevas tecnologías en las aulas y son los dos únicos extremeños que se han colado entre los finalistas a convertirse en ‘Mejor Docente de España 2021’. La próxima semana se conocerán las puntuaciones finales de los Premios Educa Abanca, convocados anualmente, y a los que ya se les conoce coloquialmente como los Goya de la Educación. 

Pero aún pendiente del resultado final del certamen, Susana y Julio ya están entre los 60 mejores docentes de España porque han sido seleccionados entre los casi de 1.200 profesores del país nominados y propuestos este año. Hay diez finalistas en cada una de las seis categorías del certamen (una por cada etapa educativa) y todos ellos recibirán una estatuilla y un diploma acreditativo en la gala oficial que se celebrará el 26 de febrero en Santiago de Compostela. 

Lo mejor de este concurso, sin duda, es que no son los propios docentes los que se postulan, sino sus alumnos los que tienen que proponer a los maestros o profesores. «Al principio fue una sorpresa que me nominaran y ahora una satisfacción enorme ser finalista y un reconocimiento al trabajo diario», cuenta Susana Díaz. Ella tiene 38 años, es natural de Medellín, licenciada en Filología Hispánica y profesora de Lengua en el IES José Manzano de Don Benito, en comisión de servicio. Sus alumnos, de 1º y 2º de ESO, valoran de esta docente su innovación en el aula. «Utilizo metodología activa, actividades innovadoras porque creo que son una herramienta muy buena para enseñar y tener a los estudiantes motivados», cuenta. 

La nominación se refiere al curso anterior, al 2020-2021, y lo que Susana hizo diferente aquel año fue gamificar el aula durante todo el curso completo. «Utilizo una plataforma que permite que cada alumno sea un personaje ficticio, en aquel curso usé avatares del 'Fortnite' y de esa manera trabajamos todo el año como si fuera un juego: los alumnos ganan puntos, tienen recompensas o castigos y cada unidad se convierte en una auténtica misión», cuenta. Todo ello a través de My Class Game, una herramienta de software libre que se va enriqueciendo con los docentes que cada año trabajan con ella. «Todo el curso pasado trabajamos como si fuésemos personajes del 'Fornite', pero hicimos también más cosas, otras actividades innovadoras y también entrevistas a personas de la literatura para nuestra radio», cuenta Susana, que emplea solo libro digital «desde el covid» y tiene también su propio blog con teoría y actividades para sus alumnos. Lo suyo es vocación por la docencia desde que era bien pequeña. «Siempre he tenido claro que me gustaba dar clase y a partir de 3º de la ESO ya me decanté por Lengua». En 2018 obtuvo plaza fija en el sistema educativo tras opositar varios años en la región. 

Formación Profesional

Pasión es también lo que siente Julio Carmona por la enseñanza. Él estudio Enfermería en la UEx y pese a que siempre ha tenido muy presente la labor asistencial de su profesión, hace seis años decidió mezclarla con la docencia, una profesión que ha visto de cerca en su familia. Desde hace dos años imparte clases en varios ciclos de Formación Profesional de la rama sanitaria (como ‘Emergencias sanitarias’, ‘Técnico en cuidados auxiliares de enfermería’ o ‘Técnico en farmacia y parafarmacia’) en el centro privado Cesur de Cáceres. «Estoy muy feliz aquí. Me queda mucho por aprender y quiero seguir mejorando mi práctica docente», apunta Julio, que tiene 35 años y es de Don Benito. Bien lo debe de estar haciendo ya, cuando ha sido no solo uno de los 1.200 profesores españoles nominados por sus alumnos, sino además uno de los 60 finalistas. «Es una satisfacción enorme, sobre todo cuando me enteré de que son los alumnos los que te proponen, creo que eso le da mucho valor a este certamen». 

En su caso, cree que sus estudiantes le han nominado por sus clases activas e innovadoras. «Me gusta usar las TICs, metodología activa y hacer prácticas que simulan la realidad laboral con la que se van a encontrar los estudiantes. Todo eso lo combino de una manera trasversal con un plan de salud propio que he diseñado». Esta metodología ha revolucionado la forma en la que los alumnos se aproximan a la enseñanza y «les hace ser conscientes de la importancia de la salud propia y la de su entorno, al tiempo que les responsabiliza con el compromiso de cuidado medioambiental y de sostenibilidad al que apuntan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030», concluye.