«Mi interés por viajar y el estar estudiando Relaciones Internacionales hacían que para mí participar en el programa Erasmus fuera una experiencia indispensable como estudiante», asegura Julia Rodríguez Rayego. Con 24 años y natural de Navalmoral de la Mata, esta graduada en la doble titulación de Relaciones Internacionales y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, realizó su estancia en la ciudad alemana de Magdeburg en 2018. «Me decanté por este destino porque había estudiado algo de alemán previamente y traté de evitar escoger destinos más comunes para españoles con el fin de poder conocer gente de una esfera más internacional», sostiene.

A nivel educativo, subraya que la participación en este programa permite conocer de primera mano un sistema diferente al español. «En mi universidad de Alemania, el aprendizaje era mucho más práctico, con gran variedad de optativas y clases bastante más reducidas», explica. «Tanto en clase como el resto del tiempo estás en contacto directo con otra cultura y con gente de numerosas nacionalidades. Al final es inevitable que preguntes constantemente y quieras aprender más sobre el otro», agrega.

La aclimatación no resultó complicada. Entre otras cuestiones porque, arguye, uno de «los éxitos» de este programa es crear una red de estudiantes que garantice que todos los jóvenes que participan en ella «se sientan bienvenidos. Hay numerosos talleres informativos, actividades culturales y de ocio que facilitan la integración en el país de acogida». En su caso concreto, además, «Me pasó algo que sucede bastante a menudo en el Erasmus, y es que conocí allí a mi actual pareja, que es belga». De la misma forma, guarda también «muy buen recuerdo de todas las actividades grupales que hicimos, como viajes o cenas internacionales, que invitaban al intercambio cultural».

Gracias a la especialización en Asuntos Europeos que realizó a través del Erasmus, decidió enfocar su carrera profesional hacia este ámbito. «Tras terminar mis estudios en plena pandemia, me mudé a Bélgica para estar más cerca de las instituciones europeas. Aquí conocí a Finnova», una fundación hispano-belga sin ánimo de lucro especializada en la gestión y absorción de financiación europea. Tras una estancia formativa con una beca de movilidad PICE, continuó trabajando en esta entidad en la comunicación de proyectos europeos, como CircularInnoBooster, «por el que ayudamos a 30 pymes innovadoras del sector del textil sostenible a escalar sus propuestas».

Los fondos Next Generation EU son, a su juicio, «una oportunidad sin precedentes» para Extremadura a la hora de encabezar proyectos innovadores y sostenibles en áreas como el turismo, las energías renovables, la digitalización o la movilidad. «Para Finnova, Extremadura es una región clave por la riqueza de sus recursos y su capacidad de resiliencia. Por ello, impulsamos la iniciativa Nextremadurageneration EU, para acercar información relevante a jóvenes, emprendedores, profesionales de diversos sectores y administración pública sobre posibilidades de colaboración público-privada, ayudas, convocatorias y programas que contribuyan a impulsar nuestra comunidad», resalta.