Poco después de que Álvaro Reina Illanes naciese hace 28 años en un pueblo del sur de la provincia de Córdoba, sus padres se mudaron a Cáceres. «Me siento ‘cordomeño’, bromea. Estudió Ciencias Químicas en Badajoz e hizo posteriormente un máster de Ingeniería Energética en Valencia. Fue en el curso 2014-15 (el tercero para él) cuando participó en el programa. «Estaba en un momento de la vida en el que sentía que necesitaba salir de donde me encontraba para completarme. En la asignación de plazas, debido a las listas, tuve la opción de escoger la ciudad de Bolonia, en Italia, diría que fue amor a primera vista», rememora. «Me considero una persona a la que le gustan los cambios; te sacan fuera de tu zona de confort para ayudarte a ampliarla, haciéndola cada vez más grande. Al mes, me sorprendí a mí mismo saludando en italiano al pasar a los comerciantes ‘della Via’ donde vivía», añade.

¿Qué es lo que le aportó la experiencia? «Lo resumiría en amplitud de miras, bagaje lingüístico y visión de conjunto europeo. Tres pilares sin los que no sería la persona que soy ahora. Más que recomendable diría que debería ser obligatorio. El Erasmus forja versiones mejoradas de uno mismo», responde. Por encima del resto, la experiencia de la que guarda más recuerdo es la de «plenitud amarga al despedirme por última vez de la ciudad». A su vuelta a España, continuó vinculado al programa haciéndose voluntario de ESN UEx.

Actualmente trabaja como gestor de proyectos europeos de energía en Finnova, una fundación con sede en Bruselas, «que da apoyo integral y sólido a la financiación de proyectos innovadores en empresas, regiones y municipios», un empleo al que accedió gracias a otra beca de movilidad que «por desgracia todavía es desconocida para muchos jóvenes a los que les ayudaría, la beca PICE». A su juicio, «Europa, con sus grandes virtudes y defectos, es el recurso más valioso que tenemos los que hemos nacido en esta región del mundo para afrontar retos globales, cada vez más desafiantes y complejos, en un mundo cada vez más fragmentado. Considera que la trascendencia del proyecto europeo para Extremadura es «enorme». Una importancia que vincula especialmente a campos de actividad como el suyo: «Es la mayor región productora de energía fotovoltaica del país y cuenta con inestimables recursos hídricos, agrícolas y ganaderos. Si conseguimos desarrollar aquí el espíritu emprendedor, dotando a la región de políticas que favorezcan el emprendedurismo para crear industria entonces Extremadura tendrá un potencial enorme. Hoy en día muchos potenciales emprendedores españoles, que en USA o Alemania ya habrían generado negocios, buscan refugio en las oposiciones».