Una década después de que echara el cierre, la industria de granito de Burguillos del Cerro (Badajoz) ha vuelto a la actividad. La antigua Grabasa resucita gracias a la compra y la inversión que ha realizado un constructor alemán, Christoph Otto Uetz, que ha depositado su confianza en un antiguo empleado de la fábrica durante 26 años, el ingeniero Emilio Sosa (que fue director de Producción y Mantenimiento), para liderar el nuevo proyecto bajo el nombre de Piedra, Canteras y Producción. 

Desde el pasado agosto están extrayendo granito negro en una de las canteras más productivas y a mediados de diciembre comenzaron a trabajar en una segunda cantera de otro tipo de granito negro. Por ahora, son dos las canteras que se explotarán, aunque hay una tercera de otro material solicitado en investigación. «Hemos hecho estudios geológicos y en marzo haremos sondeos». Y paralelamente se lleva trabajando desde hace diez meses en la reforma y renovación de las instalaciones de la antigua factoría, que esta misma semana está realizando las pruebas de una máquina con nueva tecnología para el corte de bloques que acaban de adquirir. 

«Estamos iniciando la actividad, en marzo empezaremos a fabricar casi con normalidad y en el segundo semestre del año estaremos al 100%»

Emilio Sosa - Gerente de Piedra, Canteras y Producción.

«Estamos iniciando la actividad. Ahora mismo podemos llegar al 50% de capacidad y a partir de marzo estimamos empezar a fabricar ya casi con normalidad. El objetivo es poder alcanzar el 100% de productividad en el segundo semestre de este año», apunta Sosa. Por ahora tienen ocho empleados, todos experimentados y antiguos trabajadores de Grabasa, y esperan llegar a las 20 personas cuando canteras y fábrica estén a pleno rendimiento. 

Eso supondría alcanzar una producción total de 10.000 metros cuadrados al mes, que es relativamente pequeña respecto a otras industrias del sector y también a la que alcanzó la propia Grabasa en sus mejores años, pero «es una producción bastante interesante para nosotros. Lo importante era arrancar, hemos desarrollado un proyecto acorde con la financiación disponible que nos permite iniciar la actividad; pensamos que es mejor comenzar de forma gradual y si todo va bien seguiremos en aumento en los próximos años», indica. No obstante, reconoce que inicialmente había un proyecto más ambicioso, «pero luego la realidad nos llevó a encarar el actual, más factible».

Vista del exterior de las instalaciones de la factoría Piedra, Canteras y Producción, antigua Grabasa, tras la reforma y puesta en marcha. CEDIDA A EL PERIÓDICO

Fabricación de tableros, piezas de corte a medida y en bruto

La oferta comercial de la nueva industria se sustenta en la fabricación y venta de tableros, de piezas de corte a medida y de baldosas, pero también en la venta de bloques en bruto extraídos de las canteras. De hecho, ya se están comercializando. «En estos meses hemos estado vendiendo parte de las existencias que teníamos de la antigua Grabasa y ya tenemos clientes esperando las primeras transformaciones para empezar la comercialización», explica el gerente. 

Su objetivo es el mercado nacional, «porque al ser granito negro tiene bastante aceptación por ejemplo en el sector funerario, de las encimeras o la obra civil, pero también vamos a trabajar en mercados de centro Europa, como Alemania o Polonia, y queremos entrar en Estados Unidos, que es un mercado con un gran potencial de importación de piedra natural».

Escasez de materia prima y altos costes

¿Es un buen momento para el sector? «El hecho de tener canteras propias es una ventaja porque la materia prima está escaseando, como en muchos sectores, y la piedra natural no se escapa. Ahora mismo la producción real que hay en las canteras nacionales realmente no abastece la demanda que hay desde las empresas que se dedican a la transformación y tenemos bastante demanda de bloques en bruto para otras empresas transformadoras. Eso nos hace constatar la necesidad de materia prima que hay en el mercado», señala Sosa. 

Asimismo, indica, es un buen momento para el sector porque se ha reactivado la actividad en la obra pública y hay demanda, aunque por otro lado también es un «momento difícil» por el incremento de los costes de elaboración (encarecimiento de la energía) y el transporte. «Hay escasez de contenedores para el transporte a Sudamérica y Estados Unidos y los precios de los fletes se han incrementado mucho». 

Además de la factoría y las siete canteras, de las que se están explotando dos, la empresa también tiene 22 concesiones mineras en la zona y futuro en esta segunda vida. «Es una gran satisfacción haber vuelto a la actividad. Llevo desde 2014 luchando por esto, para encontrar un inversor que pudiera reactivarla», señala Sosa. Él dejó hace un año dejó su empleo en una industria de granito de Quintana de la Serena para volver a Grabasa, que fue su primer trabajo nada más salir de la universidad y duró 26 años, y trabajar a diario por su futuro. «Mi actual responsabilidad es un reto y voy a intentar hacer las cosas lo mejor posible».