«Que se dé a la madre que decida seguir con la gestación de su hija o su hijo un importe económico equivalente al que se da para la madre que decida abortar». Son las palabras del arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, para opinar sobre la nueva ley del aborto. Ese «importe económico» al que se refiere no es una cuantía en metálico que se ofrece a las mujeres en el hospital, sino que es el coste que tiene para la Sanidad llevar a cabo una interrupción voluntaria del embarazo. Un coste que existe en cualquier intervención o prueba que se haga a un paciente, sea del tipo que sea.

Tras preguntarse si dicha solicitud «será pedir demasiado», Celso Morga defiende igualmente que para los cristianos, «Dios es el Señor de la vida y ha confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida y de protegerla con máximo cuidado desde la concepción hasta su término natural». «Ello no quiere decir --apunta-- insensibilidad social ante el drama de mujeres, muchas de ellas jóvenes, que se encuentran en el dilema de abortar por las causas más diversas, algunas muy graves».

«Esta nueva ley se quiere imponer en un país que vive un auténtico invierno demográfico», dice

«Quienes tenemos fe en Dios sufrimos igual o más que todos los hombres y mujeres de bien por la madre que se encuentra en ese gravísimo dilema y por el hijo concebido y todavía no nacido», expresa. Todas estas reflexiones aparecen en un artículo de la revista diocesana Iglesia en camino, que recoge Europa Press.

Morga insiste en ese texto que, ante la nueva ley del aborto, que «al menos, que se dé a esas madres la posibilidad de elección verdaderamente libre, que se dé a la madre que decida seguir con la gestación de su hija o su hijo un importe económico equivalente al que se da para la madre que decida abortar. ¿Será pedir demasiado?».

«Esta nueva ley se quiere imponer en un país que vive un auténtico invierno demográfico, con la natalidad en mínimos históricos. Todos los ginecólogos conocen perfectamente esta realidad científica y muchísimos se acogen a la objeción de conciencia. En su lógica, la nueva ley del aborto también quiere regular este derecho, imponiendo un registro de objetores de conciencia con la obligación de inscribirse con antelación y por escrito», sentencia el arzobispo parafraseando a Manuel Martínez Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid.

El nuevo texto

Entre los cambios en la nueva ley del aborto, se recoge que la objeción de conciencia se garantizará como un derecho individual pero se regula del mismo modo que en la Ley de Eutanasia para garantizar que siempre habrá personal disponible para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Eso sí, quien se declare objetor será de aplicación tanto en la sanidad pública y privada.

El profesional que se declare objetor será de aplicación tanto en la sanidad pública y privada

Otra de las modificaciones es que las menores de entre 16 y 17 años podrán interrumpir voluntariamente su embarazo sin necesidad de ningún permiso familiar.

Esta nueva ley se asemeja a la que se aprobó en 2010, conocida como ley de plazos. Desde que entró en vigor, en Extremadura los abortos bajaron un 30%. Entre las causas, mayor acceso a los anticonceptivos y más educación sexual, aspectos que también recoge la nueva normativa.