José María Gallardo asumió la presidencia de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) en 2013 y desde entonces el colectivo ha experimentado una modernización sin precedentes. Entre los principales retos a los que se enfrentó está comunicar a la sociedad la contribución social, económica y medioambiental que realizan los cazadores. Desde entonces la percepción de la actividad ha variado sustancialmente y se han puesto en marcha numerosos proyectos de investigación, alentado a nuevas generaciones y se realizan estudios anuales sobre el sector. La Medalla de Extremadura recogida ayer es la que mayor respaldo social ha tenido en este año.

La Medalla de Extremadura ha sido posible, entre otras cosas, gracias al apoyo unánime de la Fempex, ayuntamientos y mancomunidades. ¿Qué se siente cuando hay tanto respaldo para un reconocimiento tan alto?

Lo que sentimos es mucho cariño y a la vez una gran responsabilidad a partes iguales. Creo que este reconocimiento avala la trayectoria de Fedexcaza y también los avances realizados en la defensa del medio rural, donde hemos profundizado en la investigación, la comunicación y este reconocimiento es un impulso a seguir esa línea de trabajo. También supone una tremenda responsabilidad para seguir en esta línea y no relajarse. Es un reconocimiento para todo el sector cinegético, muy importante para Extremadura, con cerca de 80.000 cazadores, que en las últimas décadas ha sido estigmatizado por el animalismo y el ecologismo, así como por una sociedad cada vez más urbanita y alejada del campo. Si se observa con objetivida, somos todo lo contrario a lo que esas masas radicales quieren vendernos. Hace poco la Fundación Artemisa encargó un estudio a DAS3 que arrojó que un 70% de los extremeños está a favor de la caza y comprendía esta actividad.

¿Puede explicar en breves palabras cómo se materializa la contribución social, económica y medioambiental al sostenimiento de las zonas rurales de la región por parte de la caza?

Son tres pilares básicos, aunque también hay otro, el cultural. En el aspecto económico, los estudios de Fedexcaza, de la Universidad de Extremadura y la consultora Deloitte, arrojan que son 400 millones de euros al año el movimiento económico que la caza tiene en la región. Es una actividad económica que aporta a España tanto como el subsector del vino. En Extremadura, la caza genera unos 90.000 jornales al año y de ella dependen unas 200 empresas. No podemos olvidar que en la región se encuentran dos de las tres mayores empresas de carne de caza de España (una al por mayor y otra transformadora). A eso se suma el turismo cinegético, que se realiza en temporada baja y del que muchos de nuestros pueblos viven. En lo que respecta a la actividad ambiental podíamos recordar, ahora que estamos en una temporada de riesgo alto de incendios y hemos visto que miles de hectáreas se calcinaban que la caza es el sector que más invierte en evitar de incendios a través de la realización de charcas, cortafuegos, mejora de caminos, vigilancia, conservación de montes… En las épocas de mayores necesidades para la fauna, el campo se llena de miles de bebederos que los cazadores conservan y reponen con millones de litros de agua para que toda la fauna beba. Un estudio del Instituto de Recursos Cinegéticos de la Universidad de Castilla la Mancha demuestra cómo los abrevaderos y comederos de los cazadores servían para especies no cinegéticas. Los cazadores también realizan siembras para los animales y contribuyen a la mejora de ecosistemas y hábitats a través de reforestaciones y lindazos. La gestión cinegética ayuda a la mejora ambiental. Extremadura es la región de Europa con una mayor biodiversidad, el 80 por ciento del territorio es coto de caza. El lince ha conseguido mantenerse gracias a los cotos de caza, donde se ha soltado como es la Campiña Sur y el valle de Matachel.

"La caza mueve en la región 400 millones de euros, según un estudio de la Uex y Deloitte"

En 2020 había 34.307 licencias expedidas y 421 sociedades de cazadores. ¿Cómo se encuentra la actividad en la comunidad autónoma? ¿Es la primera del país?

En porcentaje de licencias de caza/número de habitantes sin duda. Evidentemente, Andalucía, con 8 millones de habitantes tiene mucho más cazadores que nosotros. Como la licencia de caza se saca por varios años, el dato más relevante no es el número de licencias de caza expedidas en un año concreto, sino el número de licencias en vigor. Actualmente son 78.000 licencias.

Fedexcaza se ha convertido en una entidad de referencia en el panorama nacional y regional en materia de investigación, innovación o formación ¿Cuáles son los proyectos actualmente en marcha? ¿Existe en otras comunidades?

Fedexcaza se ha convertido en una entidad de referencia nacional y europeo en la actualidad. Tenemos numerosos conflictos con el ecologismo europeo y nacional, con el Ministerio de Transición Ecológica, etcétera. Proyectos como el Plan de Recuperación de la Tórtola Europea, en el que este año alguno cotos representativos empezarán a retomar las capturas, son proyectos pioneros. La caza de la tórtola se prohibió para todos los países de la ruta migratoria occidental y Extremadura va a ser la primera en realizar unas determinadas capturas para demostrar cómo la gestión cinegética contribuye a la recuperación de las especies y su conservación. Somos la primera región que puso en marcha el proyecto RUFA, una red de cotos unida para el fomento de las aves esteparias y pseudoesteparias, con especial atención a las cinegéticas, como la perdiz o codorniz. Además, somos la primera federación en pertenecer a la Agencia Europea de Innovación a través de la entrada en un grupo operativo junto con Asaja sobre la tuberculosis, para evitar el contacto entre caza y ganado, haciéndolo compatible con medidas de bioseguridad y gestión. Fedexcaza hace dos años decidió sacar una línea de ayudas a la investigación de 300.000 euros sobre caza menor. Se nos presentaron proyectos de toda España, de los que se aprobaron cuatro. Uno de ellos es la creación de una alimentación que refuerce las defensas de los animales de cara a las enfermedades que padecen. Otro es la creación de un majano innovador para recuperar el conejo, que sea antidepredador, de fácil instalación, antiparásitos externos. Otro proyecto estudia cómo afecta a conejos y liebres la aplicación de fitosanitarios. Finalmente, se ha investigado cómo el control de depredadores es necesario para la recuperación de la caza menor. Son proyectos a dos y tres años y nos diferencian de todas las organizaciones tradicionales de representación del sector. También realizamos investigación cultural y antropológica y eso nos llevó a trabajar para que en Extremadura la rehala y la montería fueran Bien de Interés Cultural. Gracias a los informes geográficos, históricos y antropológicos se logró. Llevamos varios años desarrollando un importante informe anual sobre el estado de la caza en la región, que no se realiza en ninguna comunidad. Este año se ha incorporado al desarrollo del informa la Universidad de Extremadura, con lo que tiene mayor solvencia. Todo eso es mucho trabajo de un gran equipo, muy comprometido.

También Fedexcaza realiza un gran esfuerzo por que las siguientes generaciones estén familiarizadas con la actividad y haya continuidad. ¿Cómo se materializa?

Es otro de los aspectos en los que somos pioneros en todo el país. Desde Fedexcaza creamos la asociación Jóvenes Cazadores Extremeños que cuenta con más de 1.000 jóvenes entre 14 y 30 años, que actúan de forma independiente para acercar la caza a los más jóvenes. Además gracias al programa Proadex conseguimos entrar en las escuelas. Es un programa de la Junta de Extremadura que acerca el deporte a los más jóvenes. En el caso de la federación de caza lo llevamos desarrollando desde hace seis años llegando a niños de quinto y sexto de primaria, unos 30 colegios por año. El programa ha recibido numerosas felicitaciones por parte de los centros escolares. En un principio en algunos centros se levantó polémica en el profesorado, pero la realidad es que una vez que vamos, esos profesores nos manifiestan su satisfacción por dar a conocer un deporte que se puede practicar en cualquier parte de Extremadura.

No hay que obviar que la caza también despierta muchos recelos entre los colectivos animalistas ¿Qué les diría? Piden parar la Ley Animalista

Es una ley ilógica, ligada al ámbito urbano, al mascotismo puro y duro. Pedimos que se nos excluya. Es una ley que atenta directamente contra la caza. Pedimos que se nos excluya, al igual que se ha hecho con la ganadería o los toros. La caza es una actividad reglada para llevarla a cabo bajo criterios de sostenibilidad y planificación, en la que el bienestar animal está garantizado. 

"Jóvenes Cazadores Extremeños cuenta con más de 1.000 jóvenes de entre 14 y 30 años, inscritos"

Esta ley trata de influir sobre los propietarios de los animales. Numerosas razas de perros de caza que se pueden criar entre particulares desaparecerían con ella. Eso no es velar por sus derechos. Pretende que todos los perros que se venden se hagan por profesionales. 

No entendemos cómo se puede limitar el usufructo de un bien tuyo. Es una locura, como cuando prohiben tener perros en patios o prohiben rodar documentales. Es la ley que más rechazo social ha levantado en la historia de la democracia e hizo que el 20 de marzo 800.000 personas se manifestaran en Madrid. Es una ley inconstitucional y con una gran carga ideológica.

La caza menor sigue siendo la menos abundante y con más problemas, a los que se une este año la escasez de agua. La superabundancia de la caza mayor es otra de las cuestiones de debate…

Creo que en caza mayor las cosas se están realizando muy bien. Si se observa la tendencia de capturas, con una tendencia al alza muy controlada, lo que no sucede en otras comunidades. Se han implementado modalidades nuevas como la caza del jabalí al salto. El problema principal es la caza menor, por la que no se hace nada en serio. No hay ningún proyecto para su recuperación. Por eso sacamos una línea de investigación con acciones concretas y prácticas para su recuperación. Hay que ser más ambiciosos y poner en marcha políticas que realmente solucionen el problema, que tiene su origen en el abandono del campo, el control de depredadores, el aumento de superficie de matorral y las enfermedades del conejo y la liebre, que han lastrado la recuperación de las especies.