Ucrania impide al periodista extremeño Ángel Sastre su entrada para cubrir la guerra

Ucrania niega la entrada en el país al periodista extremeño Ángel Sastre para cubrir la guerra. Al parecer, el comunicador cuenta con la acreditación del Ministerio de Defensa ucraniano, pero la semana pasada, sin darle explicaciones, le negaron la entrada.

Sastre denunció el pasado 28 de enero lo ocurrido y, según declaró a la agencia Efe, su único deseo es "hacer mi trabajo. Exijo una explicación. Quiero saber por qué me expulsan de nuevo. ¡A un periodista se le expulsa de un país que aspira a entrar en la Unión Europea (UE)".

Llegar a Odessa desde Moldavia

El periodista independiente, que quería llegar a Odessa desde Moldavia, fue parado en el puesto de control ucraniano junto a otros dos compañeros, que, al contrario que Sastre, sí recibieron permiso para entrar en Ucrania. Los guardias le entregaron un documento de expulsión, pero sin explicarle el motivo por el que le impedían cruzar a territorio ucraniano.

Según Sastre, que colabora con varios medios españoles y extranjeros, tenía todos los papeles en regla y la acreditación del Ministerio de Defensa necesaria para cubrir la guerra, pero aún así le dejaron "tirado en medio de la nieve y sin transporte" para regresar a Chisinau, la capital moldava.

Segunda expulsión

Es la segunda vez que Ucrania le expulsa desde 2017, cuando tuvo que abandonar el país a través del aeropuerto de Kiev.

El informador extremeño estuvo en una lista negra del Estado ucraniano tras haber estado entre diciembre de 2014 y enero de 2015 en el Donbás.

Muchos otros periodistas figuraban entonces en esa lista, pero pudieron salir de la misma tras pedir disculpas. Tras gestiones del Gobierno español, el veto a Sastre fue levantado, recordó.

El extremeño, que estuvo secuestrado por Al Qaeda en Siria durante 299 días entre 2015 y 2016, llamó tras no poder entrar en Ucrania a emergencias consulares de la Embajada española, pero no recibió la ayuda que esperaba "al no encontrarse aún en territorio ucraniano".

"Puede que todo sea un error, pero nadie mueve nada para subasanarlo", apostilla desde Chisinau.