nuevo plan de gestión del parque nacional

Los cazadores podrán abatir 644 ciervos y 419 jabalíes en Monfragüe

La actividad cinegética será el principal sistema empleado para reducir las poblaciones de ungulados el próximo año

Se estima necesario eliminar el 30% de los ciervos y al menos el 50% de los jabalíes en los terrenos del espacio protegido

Un ciervo en el Parque Nacional de Monfragüe.

Un ciervo en el Parque Nacional de Monfragüe. / Efe

La caza será el método por el que se eliminarán alrededor de un millar de ciervos y jabalíes hasta finales de año en los terrenos públicos del Parque Nacional de Monfragüe, según queda recogido en el programa de acción selectiva de las poblaciones de ungulados que se aprobó hace dos semanas y que este miércoles se publicó en el DOE.

En la resolución que da el visto bueno a ese documento ya se establece la caza como el sistema preferente para llevar a cabo el control poblacional y, en concreto, se recoge que se llevarán a cabo "batidas", esto es, la modalidad que se emplea tradicionalmente en las monterías, en el que un grupo de auxiliares van empujando a los animales hasta la zona en la que están situados los cazadores para que los maten. Eso es lo se hará ahora en Monfragüe, aunque no se usarán perros para hacer salir a los ciervos y jabalíes de las zonas en las que estén resguardados, según se precisa.

Tampoco se extenderán, de momento, a otros espacios que no sean los terrenos públicos. Hay que tener en cuenta que el Parque Nacional de Monfragüe tiene 18.000 hectáreas, pero alrededor del 45% son fincas privadas en las que no se contemplan este tipo de acciones de control cinegético.

El programa plantea retirar el 25% de las poblaciones de ciervos, lo que supone abatir 644 ejemplares de los 2.687 que se estiman que hay en el parque. En cuanto a los jabalíes, se requiere cazar el 50% de la población actual en el espacio protegido, 419 ejemplares de los 837 que hay; y se reclama en todo caso que no baje del 30% de la población existente, por los problemas sanitarios asociados a esta especie: la prevalencia de la tuberculosis es más elevada en los jabalíes y llega al 48%, lo que supone un problema para el control de la enfermedad en la cabaña ganadera de las zonas limítrofes.

El documento habla siempre de una "prelación" de los métodos de control que contempla el Plan de Acción. Van desde los jaulones que se han usado en los últimos años, a los recechos y ganchos (solo se va a por una pieza concreta) y las batidas, que es el sistema que sitúa como última opción porque es el menos selectivo, y es el que se ha habilitado porque se reconoce también que es el más "efectivo".

Densidades de ciervos insostenibles

La justificación que se da para adoptar esta medida es el incremento que se estima que se ha producido en las poblaciones de ciervos y jabalíes, según los registros que se han llevado a cabo en el último programa de acción selectiva. "Buena parte del Parque Nacional presenta densidades de cérvidos que ejercen una presión insostenible sobre la vegetación", se recoge. En cuanto a los jabalíes, se precisa que la superpoblación en el espacio protegido guarda relación con la elevada incidencia de la tuberculosis en la zona, puesto que es "el mayor vector propagador de la enfermedad".

El informe final del Programa de Acción Selectiva de las Poblaciones de Ungulados Silvestres 2022-2023, que se vio el pasado 5 de octubre en la reunión de Patronato de Monfragüe, detallaba que con las actividades de control puestas en marcha hasta entonces (jaulones y cercas) se habían capturado 261 ciervos y 524 jabalíes, lo que "está por debajo de las cifras esperadas", puesto que la población de jabalíes superaba al inicio de campaña los 1.000 ejemplares, según se precisaba.

Las acciones cinegéticas que se plantean ahora se llevarán a cabo, ente los meses de octubre y diciembre, y "en colaboración con la Federación Extremeña de Caza, mediante la participación de las sociedades locales de cazadores". También detallan que la incidencia de la tuberculosis es "elevada" y que se evaluará la incidencia de la enfermedad hemorrágica epizoótica en el caso de los ciervos, que actúan como reservorio del virus.

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