Aniversario de la norma fundamental. El análisis de dos exdiputados extremeños

Una Constitución «en plena forma» pero lista para «reformas»

La Carta Magna cumple hoy 45 años desde que fuera ratificada en referéndum por el 87,8% de los votantes

Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces diputado, analiza la evolución del texto y del país 

Sánchez de León, que fuera diputado por UCD, cree que la reforma es inevitable tras la quiebra que supone el pacto de investidura

El entonces presidente, Adolfo Suárez, vota a favor de la Constitución.

El entonces presidente, Adolfo Suárez, vota a favor de la Constitución. / EFE

M. E.

Una señora mayor vestida de negro, con un moño y un bolso bajo el brazo, agarrada del brazo por otro hombre también con el pelo canoso. Bajan las escaleras y estrechan la mano de otras personas. «Una era Dolores Ibárruri, la Pasionaria, presidenta del Partido Comunista de España, que había estado en el exilio 40 años, viviendo en Moscú, y el otro era Rafael Alberti, poeta gaditano reconocidísimo que también volvía del exilio. Iban a constituir la mesa de Edad juntos con los diputados más jóvenes. Cuando yo vi que se daban la mano en la mesa con gente que había ganado la Guerra Civil, ellos que la habían perdido, pensé para mis adentros ‘yo creo que aquí va a pasar algo importante’ y algo importante pasó». Era julio de 1977 y se acababan de constituir las Cortes y el que comparte este recuerdo es Juan Carlos Rodríguez Ibarra, expresidente de la Junta de Extremadura y, en sus palabras, «joven diputado por la provincia de Badajoz por el Partido Socialista Obrero Español» por aquel entonces. «El día 6 de diciembre de 1978 el pueblo español votó mayoritariamente a favor de la Constitución española, de la forma de Gobierno que esa Constitución establecía, que era la monarquía parlamentaria, y como anécdota diré que en Cataluña fue donde más se votó a favor. En España me parece que fue un 89% y en Cataluña fue el 92%», señala Ibarra. «Y, 45 años después, la Constitución, la segunda más larga de nuestra historia, está en plena vigencia, pero quizás, en mi opinión, sería necesario que los líderes políticos tuvieran la voluntad para ver qué reformas serían necesarias», añade.

La portada del 7 de diciembre de 1978

La portada del 7 de diciembre de 1978 / EL PERIÓDICO

Sobre esos «arreglos», el expresidente de la Junta cree que «algunos artículos han perdido su significado» y menciona como ejemplo los dos que recogen cómo las regiones acceden a sus autonomías. «Ha habido otros artículos que estaban mal redactados o mal interpretados y que sin embargo ahora, con el paso del tiempo, han adquirido mucha vigencia. Por ejemplo, la ley del aborto no está en la Constitución, se recoge algo pero no estaba bien interpretado, podría haber sido interpretado en sentido restrictivo por la derecha o por sentido amplio por la izquierda; el matrimonio entre personas del mismo sexo no está en la Constitución pero esta tampoco lo impide, etcétera», explica.

Por eso y por otros casos, Ibarra asegura que, con la jurisprudencia establecida a lo largo de este tiempo y marcada por el Tribunal Constitucional, «podemos decir que la Constitución hoy día tiene más contenido que cuando se aprobó, sin que haya habido necesidad de reformarla más que en dos ocasiones».

El histórico líder regional insiste en que la Carta Magna está presta a ser modificada pero incide en que es necesaria la voluntad de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, para acometer esas reformas.

Amnistía

Preguntado por la amnistía, Ibarra cree que supone un «cierto atentado contra el artículo 1 de la Constitución, que garantiza la igualdad entre los españoles» y critica el uso de «argumentos tremendamente peligrosos» como que la misma se hace para lograr la «paz en Cataluña»: «Se está diciendo que fueron condenados por un sistema ilegal y eso no es asumible bajo ningún concepto porque pone en riesgo la credibilidad de la Constitución», afirma. Rodríguez Ibarra pone el foco también en el precedente que podría suponer para otras regiones: «Nos está diciendo a otras comunidades autónomas ‘si usted quiere tener un AVE, haga el favor de incendiar la comunidad que ya vendrá el Gobierno a arreglar esos problemas. Me parece peligrosísimo ese tipo de argumentación», a la vez que reclama que, para aprobar una medida de tal calado, sería necesario el visto bueno del Congreso de los Diputados: «Para hacer una cosa tan importante y tan desigual entre los españoles haría falta que hubiera sido por una mayoría cualificada», opina. 

Juan Carlos Rodríguez Ibarra

Juan Carlos Rodríguez Ibarra / EL PERIÓDICO

«(La amnistía) no es asumible porque pone en riesgo la credibilidad de la Constitución»

Juan Carlos Rodríguez Ibarra

— Diputado constituyente

A pesar de estas tensiones territoriales, Rodríguez Ibarra es defensor de la transferencia de competencias a las CCAA: «Yo soy enemigo de aquellos que dicen que hay que devolver la educación al Estado. Cuando yo entré en la Presidencia de la Junta de Extremadura había 68 institutos en la región, me marché con 223», dice. «Gracias a las autonomía hemos sido capaces de hacer las políticas no solo en educación, sino en sanidad, en tercera edad, en asistencia por discapacidad, de hacer políticas que nunca jamás se habían hecho en Extremadura», subraya. Eso sí, distingue entre lo que considera la parte positiva y otros traspasos que, a su parecer, «rompen la cohesión nacional y habría que intentar no ir más lejos»: «Por ejemplo, es imposible que el Gobierno ceda todos los impuestos a la Comunidad Autónoma de Cataluña porque eso sería saltarse la Constitución e irse al cupo vasco, una excepcionalidad que no es el régimen general. Si eso se consiguiera, se hace un agujero tremendo a la Constitución, a la convivencia y a la igualdad entre los españoles», avisa. 

Rodríguez Ibarra habla sobre asuntos regionales

  • Sobre las primarias del PSOE extremeño: «Yo soy enemigo de las primarias y lo he sido siempre porque yo creo que crean división en el partido. Habría que buscar un candidato que tenga el máximo nivel de aceptación»
  • Sobre sus años en la Junta: «Todo lo que hice fue pensando en el interés común. He tenido algunas victorias y algunas derrotas, la más sonada que no pudo hacerse una refinería como consecuencia de la oposición que hubo por parte del ecologismo. Aquí en Extremadura es difícil hacer cosas. Tampoco querían por ejemplo que una isla como Valdecañas se convierta en un complejo turístico absolutamente moderno y contemporáneo»

«Lección de patriotismo», 45 años después

Para Enrique Sánchez de León, diputado por Badajoz de UCD durante la legislación constituyente y ministro de Sanidad con Adolfo Suárez, cree que la Constitución tendría vigencia, tal y como está, durante más años «si no se hubiera quebrado» de facto con el pacto entre PSOE y nacionalistas para investir a Pedro Sánchez. «Ahora tenemos una Constitución que existe más en el plano teórico que en el real». 

Admite, por tanto, la necesidad de acometer la reforma que circunscribe, sobre todo, a dos de los puntos: Unidad Territorial y los capítulos correspondientes a Igualdad y Libertad. Apuesta por aplicar el máximo pragmatismo para alcanzar esas reformas, renunciando a un consenso más amplio: «Es responsabilidad del bipartidismo», explicita, señalando directamente a los dos grupos mayoritarios, PP y PSOE, y relegando a un segundo plano el acuerdo o no de la minoría parlamentaria. 

Enrique Sánchez de León

Enrique Sánchez de León / EL PERIÓDICO

«Los cambios deben realizarse por las dos fuerzas mayoritarias del Parlamento»

Enrique Sánchez de León

— Diputado constituyente

Para Sánchez de León existe una clara diferencia con respecto a hace 45 años: «La Constitución fue posible porque los jóvenes de dentro (del régimen franquista) y los viejos de fuera nunca abordamos una contraposición de intereses. 

Por el contrario, recuerdo con emoción cuando los diputados comunistas aparecieron en la Cámara y nos dimos la mano. Fue una lección de patriotismo, que es un patrimonio de todos».

En Ordenación Territorial «de lo que se trata es de la confluencia de la indiscutible unidad de España con las peculiaridades de cada comunidad, exageradas en el caso de los nacionalistas y separatistas», explica, al tiempo que rechaza el apoyo sobre el soberanismo independentista de un Gobierno central. Y de ese auge independentista culpa directamente «a la izquierda. La Constitución se construyó sobre criterios de solidaridad. Ahora, por la aplicación desigual de la ley se benefician unos territorios y se perjudican a otros», subrayando como ejemplo de discriminación la situación de Extremadura. Sin embargo, en el capítulo de la justicia social señala «a la derecha, que no se ha ocupado de hacer una distribución justa de la renta». 

El exparlamentario se muestra absolutamente crítico con la dirección del PSOE actual, a la que acusa de anteponer los «intereses del partido» al «bien común», en lo que califica como «una perversión intolerable», en el que han conculcado principios elementales y «se entabla una lucha entre los poderes del Estado con la pretensión de dominio del poder legislativo sobre el judicial, eso es muy grave».

Sánchez de León fue procurador de las cortes franquistas entre 1971 y 1977, para recalar después en la formación liderada por Suárez. Dice hablar desde una perspectiva «desideologizada, aunque me he considerado siempre centrista», pero apunta grandes diferencias sobre la Transición, a su juicio hoy, minusvalorada, por desconocimiento y desprecio a una etapa histórica que abrió la era más estable y próspera para el país: «Se ha olvidado y se ha tergiversado el relato. Los jóvenes no conocen lo que se hizo en aquella época porque tampoco nadie lo explica. Y lo que es peor, algunos tratan de explicarnos a los que estábamos allí lo que hicimos. Deberían consultarnos, aunque solo fuera por la experiencia».

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