venta DEL PATRIMONIO AGRARIO NACIONAL

Los silos sin dueño en Extremadura

El Ministerio de Agricultura no ha logrado vender las unidades de almacenamiento de trigo ubicadas en Azuaga y Llerena, tras quedar desiertas las subastas, y no prevé nuevos procedimientos

El silo de Azuaga, ubicado en la avenida de la Estación.

El silo de Azuaga, ubicado en la avenida de la Estación. / EL PERIÓDICO

El 12 de julio de 1946, en pleno franquismo, se promulgó un decreto por el que se autorizaba al Servicio Nacional del Trigo para construir y explotar la Red Nacional de Silos, que tenía como objetivo garantizar la alimentación y estabilizar los precios del trigo. Se levantaron unos 900 silos en todo el país, en su mayoría en zonas rurales, pero también en capitales de provincia, de los que más de una veintena se ubicaron en Extremadura. El inicio de la transición y la entrada de España en la Unión Europea frenó la actividad de estos edificios, pues perdieron su sentido. Sin rentabilidad para el Estado, su mantenimiento se convirtió en un problema, por lo que el Ministerio de Agricultura decidió en 1996 ceder las infraestructuras a las comunidades, salvo algunas construcciones estratégicas que conservó.

Finalmente, y para desprenderse de este patrimonio, el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega) inició en 2015 la subasta de más de una veintena de silos en todo el territorio nacional, de los que nueve se encontraban en Extremadura: Montijo, dos en Don Benito, Azuaga, Llerena, Villafranca de los Barros, Mérida, Abertura y Trujillo. Su valor total superaba los siete millones de euros, sin embargo, en la mayoría de los casos las sucesivas subastas convocadas fueron quedando desiertas y cayó el precio. Hasta la fecha, el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha conseguido deshacerse de siete de estos silos, tres de ellos por adjudicación directa, y por un importe total de 2,6 millones de euros. 

Los únicos silos que no han conseguido comprador son los de Azuaga y Llerena, pues nadie se interesó por ellos en la última subasta del Fega que se celebró el 3 de noviembre de 2022, y no se prevén nuevos procedimientos. El de Azuaga, ubicado en la avenida de la Estación, salió a subasta por 221.424,30 euros. Cuenta con una superficie de 8.651 metros cuadrados sobre la que están edificados un silo-nave, un edificio para vivienda con un centro de transformación, una caseta para la oficina de la báscula, además de un edificio de aseos. El de Llerena, en la calle Miguel Sánchez, tuvo un precio de salida de 188.365,37 euros. La finca tiene una superficie de 3.341,50 metros cuadrados y presenta una unidad de almacenamiento tipo E con unas naves adosadas, un edificio para vestuarios y una caseta para los aseos. 

¿Qué pasó con el resto?

En esa misma subasta, el silo de Don Benito, ubicado en la avenida de la Constitución, se vendió a Ana Montero Sánchez-Porro por 198.367 euros. Los de Villafranca y Montijo fueron adquiridos por empresas agrícolas, por lo que en cierto modo conservarán su función original. En concreto, el de Tierra de Barros, valorado en 315.524 euros, se adjudicó a Casfer Explotaciones Agrarias 1984 con una rebaja del 27% (249.256 euros); y el de Montijo, que salió a subasta por primera vez en 2015 por 2,62 millones, lo adquirió Mercoguadiana por 982.001 euros (una rebaja del 62% sobre el valor de tasación) a principios del año 2019. 

Por su parte, el silo de Mérida lo adquirió en 2017 por adjudicación directa la empresa Gameroil, dedicada a la fabricación de lubricantes de automóvil, por algo más de 700.000 euros, pero la compra no se formalizó hasta 2020. A día de hoy, la compañía aún no se ha pronunciado sobre el destino que tendrá el edificio. Tras conocerse la salida a subasta, la Secretaría General de Cultura de la Junta inició el expediente para declarar el edificio Bien de Interés Cultural a petición del ayuntamiento. Posteriormente, la propia Consejería dejó sin efecto el acuerdo de incoación como BIC, y el consistorio acató la decisión.

El silo de Don Benito, ubicado en la avenida de Badajoz, se adjudicó en 2021 a José María Álvarez Lebrijo por un importe de 161.837 euros. En cuanto al almacén de cereal de Tujillo, indicar que ese mismo año cayó en manos de la Junta de Extremadura por adjudicación directa, tras quedar desiertas las anteriores subastas. En este caso, el precio por el que se adquirió ascendió a 269.985 euros. Por último, indicar que el Fega también se desprendió por una venta directa del silo de Abertura, que lo adquirió Nueve Spirits Singular S.L., por 78.117 euros.

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