Las principales hipótesis a la voracidad de las llamas

El gran incendio de Valencia, lejos de darse en Extremadura

Los expertos coinciden en que Extremadura no tiene edificios con características similares a las del residencial valenciano devastado por el fuego, que ya deja al menos 9 fallecidos

Estado de la fachada del edificio de Valencia calcinado por el devastador incendio.

Estado de la fachada del edificio de Valencia calcinado por el devastador incendio. / F. CALABUIG

En la avenida del Maestro Rodrigo, en el barrio de Campanar en Valencia, un devastador incendio devoró en la tarde de ayer dos torres con 138 viviendas en menos de una hora. Al menos 9 personas han perdido la vida como consecuencia de las llamas. Este trágico suceso ha llamado la atención por la gran velocidad con la que se propagó el fuego por todo el complejo residencial de 14 plantas. A la espera de conocer el resultado de las investigaciones oficiales, los arquitectos coinciden en que el viento, la combustibilidad del material y la falta de barreras contra incendio en la cámara de la fachada, que no eran obligatorias en la época en la que se licitó el proyecto de este edificio, son las causas principales de lo ocurrido. 

La ingeniera Esther Puchades, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia (Cogitival), realizó el peritaje del inmueble. En las primeras horas tras el suceso, explicó que aunque lo que se ve en el exterior del edificio es una chapa de aluminio, sobre el muro de ladrillo había un revestimiento de poliuretano, un tipo de material plástico altamente inflamable. Por el contrario, este viernes, el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de Valencia ha asegurado que, según el certificado final del proyecto de la obra del que disponía, lo que se usó fue lana de roca.

El edificio, cuya construcción finalizó en el año 2008, tenía una fachada ventilada, que se compone del muro, una capa aislante y un material de revestimiento que se fija al edificio con otra estructura exterior. Cabe destacar que en un vídeo publicitario de hace 17 años, Fbex, la promotora de los edificios calcinados, que quebró en 2010, presentaba las viviendas como un complejo «vanguardista y singular», con «fachadas revestidas con un innovador material de aluminio tipo Alucobond», que es la marca comercial del revestimiento. 

En concreto, se trata de un panel composite formado por dos láminas de cubierta de aluminio y un núcleo relleno de agregado mineral, que suele ser lana de roca o lana de vidrio, pero aún se desconoce si se añadió algún otro material termoplástico que causó la rápida propagación del fuego. Su papel en el edificio sería de capa exterior entre el ladrillo y el revestimiento, y la entrada de aire en ese espacio podría ser la causa del efecto chimenea, clave en la extensión de las llamas. 

«Con la normativa actual ya no se puede producir este tipo de efecto chimenea, que realmente es lo que se ha producido en el interior de esa cámara ventilada, porque se tienen que establecer barreras ignífugas que eviten la conexión de todas las partes de la fachada por su interior», explica el decano del Colegio de Arquitectos de Extremadura, Juan Antonio Ortiz. «Tiene que haber unos cortes horizontales en el interior de la cámara, que son más exigentes según la altura del edificio, y que evitarían el que se produzca el efecto chimenea», subraya. En esta línea, Ortiz sostiene que los materiales que se utilicen en la capa exterior y en la interior tienen que cumplir «una serie de determinaciones muy estrictas en cuanto a su comportamiento al fuego, no solo a arder, sino también en el goteo y en la producción de otros efectos perjudiciales para otro incendio». 

«Desgraciadamente cuando se construyó este edificio no existía esta normativa y no había limitación a los materiales de acabado en el exterior de los edificios», destaca el decano, quien asegura que «ahora las exigencias son enormes y no habría posibilidad de que se produjera un siniestro de estas características si se cumple adecuadamente». «No es nada habitual que en Extremadura se hayan construido edificios residenciales con fachadas ventiladas, las pocas que hay están en edificios dotacionales o de equipamiento», afirma. «Los revestimientos habituales en ese tipo de cámaras ventiladas en nuestro territorio suelen ser de piedra, no el composite de aluminio, cuyo uso es más habitual en las grandes ciudades», añade Ortiz. 

Por su parte, la presidenta del Comité Organizador de la Feria de la Construcción de Extremadura (FICON), Carmen Cortés, señala que el sistema de panelado Alucobond «cumple perfectamente la normativa», al tiempo que coincide con Ortiz en que construcciones residenciales como la valenciana no proliferan en la comunidad. «Es una desgracia muy grande, pero el 99,9% de los edificios están protegidos contra incendios, por los menos se cumple con la normativa, aunque cuando más invertimos y más resistencia al fuego tenga el material, más protegidos estamos», apostilla. «Lanzo un mensaje a la población y a los colegas de profesión de que no tenemos que tener miedo porque hoy en día se utilizan sistemas más innovadores que tradicionales y estamos avalados por numerosos profesionales que revisan los proyectos, apunta.

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