Entrevista | Cristina Domingo Jiménez Vocal de la junta directiva de Jóvenes Nucleares y portavoz de 'Salvemos Almaraz'

«Si se cierra Almaraz, vamos a tener que quemar mucho más gas»

Esta ingeniera y analista de riesgo es vocal de Jóvenes Nucleares, desde donde ha partido la iniciativa 'Salvemos Almaraz', que reivindica la continuidad de la planta cacereña

Cristina Domingo, junto al simulador de la sala de control de una central nuclear.

Cristina Domingo, junto al simulador de la sala de control de una central nuclear. / El Periódico

Cristina Domingo (25 años, Madrid) es ingeniera nuclear y trabaja desde hace dos años como analista del riesgo en Westinghouse, la multinacional que, por ejemplo, suministró hace más de cuatro décadas los dos reactores con los que funciona la Central de Almaraz. También es vocal de la junta directiva de Jóvenes Nucleares, una comisión dentro de la Sociedad Nuclear Española, la entidad que agrupa a los profesionales e instituciones de este sector. 

Del seno de Jóvenes Nucleares, que integra a alrededor de 1.500 miembros, ha partido la idea de poner en marcha la campaña ‘Salvemos Almaraz’, que defiende la aportación al sistema eléctrico que realiza el parque nuclear español y, en concreto, la planta cacereña, para la que se reivindica la necesidad de que siga funcionando más allá de 2028. Entre las iniciativas que está llevando a cabo esta plataforma estuvo recientemente la organización en la Escuela de Ingenierías Industriales de Badajoz de un curso básico de ciencia y tecnología nuclear, al que asistieron unos setenta alumnos. Pero su labor de divulgación abarca también talleres Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para niños de primaria o charlas a estudiantes de Bachillerato.

«Las renovables necesitan un respaldo sí o sí. Y puede venir por el gas y el carbón o por la nuclear. En el primer caso se emite CO2, mientras que la nuclear es limpia»

¿Qué es ‘Salvemos Almaraz’ y por qué se pone en marcha?

La iniciativa nace con un objetivo muy claro: queremos concienciar a toda la población española de que necesitamos prolongar la vida de las centrales nucleares, empezando por las unidades I y II de Almaraz, para las que con el plan de cierre que existe en la actualidad está establecido que las clausuras sean en 2027 y 2028, respectivamente. ¿Y qué es lo que ocurre este año? Pues que la energía nuclear, debido a sus altos estándares de seguridad, requiere trabajar con tiempo y previsión y 2024 es un año clave porque es el último que nos queda para poder revertir esta decisión de cierre.

¿Qué acciones se están desarrollando dentro de esta iniciativa?

Lo que queremos es divulgar sobre la ciencia y tecnología nucleares derribando todos los mitos que, por desgracia, las rodean desde hace muchos años. Y hacerlo exclusivamente desde nuestra evidencia científica y con todos los conocimientos que hemos ido adquiriendo los que trabajamos en este sector. Sin estar influenciados por ningún interés político o ideológico. Estamos organizando diferentes actividades, pero no solo en Extremadura, porque esto es un problema a nivel nacional. Que cierre Almaraz no solo va a suponer un impacto muy grande para la región extremeña, va a afectar a cualquier persona que viva en otras comunidades. Todas las actividades que estamos haciendo durante este año irán con el logo de ‘Salvemos Almaraz’ y en ellas habrá un espacio para hablar de su situación.

El director de la central, Rafael Campos, situó el punto de no retorno en el primer trimestre de 2025. Sin embargo, José Bogas, el CEO de Endesa, una de las propietarias de la planta, dijo hace unos días que ya no hay tiempo para evitar el cierre. En su opinión, ¿hay margen aún?

Considero que por supuesto que hay tiempo, pero estamos muy justos y hay que tomar una decisión pronto. En cualquier caso, la realidad es que la central lleva años trabajando en ambas situaciones: tanto la extensión de su actividad como el desmantelamiento. Ocurra lo que ocurra, ya existe un plan y se está trabajando en él.

Y si se llegan a parar los reactores, ¿ve probable, que tras un periodo si generar electricidad, puedan volver a funcionar?

El funcionamiento de una central nuclear no es algo tan sencillo como que hoy la apago y mañana la enciendo, como sucede con otro tipo de tecnologías. En el caso de que la central parase y estuviese detenida un tiempo, posteriormente habría que evaluar en qué situación se encuentra, cuál es el mantenimiento que se ha seguido, en qué estado tenemos los sistemas y los componentes, … Todo eso requiere de tiempo. En este sector no se toman decisiones a la ligera, la cultura de seguridad se lleva a rajatabla. Y sobre todo haría falta el ‘ok’ del consejo de seguridad nuclear como organismo regulador.

Tradicionalmente la imagen de la energía nuclear ha estado muy lastrada por el temor a los accidentes y a la radiación, ¿cree que está cambiando la percepción social que se tiene de ella?

Es verdad que la energía nuclear lleva muchos años trabajando en ‘silencio’. No se ha comunicado bien, y quizás ahí está el origen de muchos de esos temores. Pero a día de hoy contamos con herramientas tan potentes como internet y las redes sociales, que permiten que jóvenes como nosotros podamos llegar más a la población. El Real Instituto Elcano realizó hace no mucho una encuesta que revela cómo ha cambiado la percepción. Casi la mitad de los españoles, un 43 %, está de acuerdo o muy de acuerdo en prolongar la vida útil de las centrales nucleares, un porcentaje que en 2019 era solo del 24%. Si solo en cuatro años hemos conseguido llegar a esta situación y seguimos por el mismo camino, enseñando ciencia y tecnología nucleares, podemos avanzar en ese cambio.

¿Cuánto tiempo más cree que podría seguir funcionando Almaraz?

Todo el tiempo que se considere y que autorice el regulador mientras se siga operando tan excelentemente como lo ha hecho hasta ahora. WANO [La Asociación Mundial de Operadores Nucleares], que revisa todos los años cientos de centrales alrededor del mundo, ha seleccionado Almaraz como una de las mejores por sus estándares de seguridad y de fiabilidad. Mientras todo continúe así, podrá seguir operando perfectamente. Hay otros países en los que, con una tecnología parecida a la de Almaraz, están operando ya a sesenta años, y Almaraz solo lo ha hecho algo más de cuarenta. Incluso se están ampliando hasta los 80 años. Si se está haciendo en otros países, ¿por qué no va a hacerlo Almaraz?

«Hay otros países en los que, con una tecnología parecida a la de Almaraz, están operando ya a sesenta años»

En un escenario en el que la aportación de las renovables al sistema no para de incrementarse, ¿por qué cree que la tecnología nuclear sigue siendo necesaria?

Lo óptimo es la combinación de la nuclear y la renovable. ‘Grosso modo’ tenemos tres tipos de tecnologías: el gas-carbón, la nuclear y las renovables. Está claro que las renovables son variables: ahora tenemos sol o viento, pero puede que más adelante no. Necesitan un respaldo sí o sí. Y ese respaldo puede venir por el gas y el carbón o por la nuclear. En el primer caso se emite CO2, mientras que la nuclear es limpia. 

Sin embargo, recientemente uno de los reactores de Almaraz paró varias semanas para no producir a pérdidas y no ha habido problemas de suministro, ¿no puede estar cerca el momento en el que este escenario sea habitual?

No lo creo. Otros países como Francia tienen la capacidad de regular de forma ágil la aportación de la nuclear. Si cuentan con mucha producción de renovables, lo que hacen es bajar el suministro de las centrales de forma que se adapte a la demanda de energía que existe en cada momento. En España, si siguiéramos los pasos de Francia e hiciéramos las modificaciones que se requieren, también podríamos hacer esa regulación. Además, el exceso de energía que se genere en la nuclear podríamos utilizarlo para producir hidrógeno, o como ocurre ya ahora, emplearlo para el bombeo de las hidráulicas.

¿El cierre del parque nuclear español retrasará el proceso de descarbonización?

Por supuesto. A día de hoy no existe una potencia instalada para eliminar completamente otro tipo de tecnologías que son sean renovables. Estamos siguiendo los pasos de Alemania, en la que todo lo que se había quitado de nuclear se ha revertido en gas y en carbón. Se tendría que instalar mucha más potencia y no lo estamos haciendo. Con lo cual, si se cierra Almaraz, vamos a tener que quemar mucho más gas.

Las empresas se quejan de la excesiva carga impositiva que soporta esta tecnología, ¿piensa que sería inviable su continuidad si no hay cambios en el actual marco fiscal?

Esto un hecho. A la energía nuclear se la está ahogando a través de los impuestos que tienen, que son altísimos.