ENTREVISTA | José Alberto Hidalgo Piñero

«Los valores masónicos de paz y respeto son ahora más necesarios que nunca»

José Alberto Hidalgo Piñero, presidente de la Federación Española de la Orden masónica Mixta Internacional El Derecho Humano.

José Alberto Hidalgo Piñero, presidente de la Federación Española de la Orden masónica Mixta Internacional El Derecho Humano. / EL PERIÓDICO

Juan José Ventura

Juan José Ventura

El pacense José Alberto Hidalgo Piñero ha sido elegido en Oviedo esta semana nuevo presidente de la Federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano. Este maestro masón centrará sus esfuerzos en que la masonería en España ocupe el lugar que le corresponde. De origen francés, esta orden fue creada en 1892 en París y es la primera mixta del mundo, con implantación en los cinco continentes.

 ¿Qué significa para usted este cargo y qué es una orden masónica mixta?

Sobre todo mucha responsabilidad y trabajo. La masonería es una organización iniciática donde se trabaja mucho a nivel intelectual en el perfeccionamiento individual. Su objetivo es que seamos mejores personas. Desde que me inicié en la masonería pertenezco a una organización mixta llamada El Derecho Humano, creada en 1892 en París por dos masones, María Deraismes y Georges Martin. Es la primera organización masónica del mundo en la que participa la mujer en igualdad de condiciones con el hombre, la primera presente en los cinco continentes y una de las primeras en declararse adogmáticas y laicas. Respeta la conciencia y las creencias individuales.

Existe la idea extendida de que la masonería es una especie de grupo de poder en la sombra ¿es eso así? 

Sobre la masonería existen muchos mitos. Es verdad que a ella se adhieren y acercan personas con un cierto nivel cultural y formativo. No porque se rechace a nadie, sino porque es una organización en la que fundamentalmente hay que trabajar, escribir, reflexionar… Eso permite que muchos masones tengan cargos relevantes en la sociedad y la política. Por eso se la califica en ocasiones de organización con mucho poder e influencia. Una de sus características fundamentales es que no se permite en las tenidas (reuniones) hablar de religión o de política, porque eso es lo que divide a las personas. Eso es lo que permite que tenga en muchos países una gran importancia, pues nos apartamos de las luchas políticas o partidistas.

En su discurso de toma de posesión menciona que la masonería es más necesaria que nunca en los tiempos actuales. ¿Podría profundizar en qué aspectos específicos de la sociedad actual necesitan la influencia y los valores de la masonería?

En mi discurso recordé que Antonio Machado, que era masón, dijo esta frase: «España es un país en el que de cada diez cabezas ocho embisten y dos piensan». Está más de actualidad que nunca, en estos tiempos de nuevas tecnologías y redes sociales. Estamos en una situación en la que las ‘ocho cabezas que embisten’ tienen mucha influencia. Las ‘dos cabezas que piensan’ y que deberían ser referentes para la sociedad se están sintiendo acobardadas. A veces cuando alguien dice algo coherente y basado en la evidencia científica miles de personas se le echan encima. Por eso la masonería es una organización muy necesaria en la sociedad. Los valores que hoy defiende la masonería son tan actuales como nunca. Hay que seguir defendiendo la democracia, la paz, el diálogo entre los pueblos para la solución de los conflictos. Defendemos el humanismo, que nos podamos entender, independientemente de que cada uno tenga su forma de ver la vida.

¿Qué papel juega la masonería en Extremadura? ¿Tiene influencia? 

En Extremadura hay masones. En El Derecho Humano somos varios extremeños y estamos dando los pasos para crear la logia La Paz Augusta en Badajoz. En Badajoz a finales del siglo XIX hubo una de las logias más importantes de España, que se llamaba La Paz Augusta, al igual que en Mérida estaba la Emerita Augusta. Ambas hicieron mucho por las ciudades. El camino es largo, pero creo que poco a poco se va normalizando su presencia. España ha sido un país en el que la masonería ha estado estigmatizada. Franco la persiguió hasta la muerte. En otros países la masonería se ve como una organización muy respetable y su actuación como algo normal en la sociedad. Trabajaré para que la masonería se conciba como una organización más y no se vea como una rareza.

Habla de la importancia de la libertad, la igualdad y la fraternidad en la convivencia humana. ¿Cómo cree que la masonería puede promover estos valores en una sociedad tan diversa y a veces dividida como la nuestra?

Somos precursores de la Revolución Francesa. Esos tres principios masones están escritos en los principales edificios de Francia. No solo la masonería debería defenderlos, sino cualquier institución u organización política que persiga una sociedad fraternal. Ahí estamos obligados a trabajar, porque no es normal lo que estamos viviendo últimamente. Me parece imposible que estemos dando credibilidad a la mentira, por ejemplo a los ‘terraplanistas’ o a organizaciones que defienden lo indefendible.  

Uno de sus principales objetivos es dar a la masonería mixta, liberal y adogmática el lugar que le corresponde en España. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta para lograr este objetivo y cómo planea superarlos?

Tenemos que llegar a ser un país en el que esos principios se respeten. En una sociedad avanzada no nos podemos enfrentar porque alguien sea cristiano, musulmán o agnóstico, por ejemplo. Tenemos que interiorizar el respeto, porque es la base de la convivencia. Los conflictos humanos se resuelven negociando, hablando y entendiéndose.

La Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano tiene una larga historia, desde su creación en París en 1892 hasta su implantación en España durante la Segunda República. ¿Qué lecciones del pasado de la orden cree que son más relevantes para su liderazgo actual?

Cuando se creó fue un revulsivo en la sociedad francesa. Por entonces la mujer no tenía los derechos actuales. Estaba supeditada a su padre o a su marido. Esa es nuestra principal característica. En este convento (asamblea anual) celebrado en Oviedo hemos designado un consejo paritario, porque es algo que va en nuestros genes. Todavía hay que avanzar mucho porque eso no es así en todo el mundo, donde hay mucho machismo y discriminación a la mujer. En España parece que los derechos sociales se han conseguido para siempre, pero no es así. Un ejemplo son las elecciones europeas. Tenemos que ser conscientes de lo que ha significado Europa para la paz y defendiendo esos valores nacidos tras la segunda guerra mundial.

En el contexto actual, con el auge de las tecnologías y las redes sociales, ¿cómo ve el papel de la masonería en la era digital y qué estrategias tiene para adaptarse a estos cambios?

Se está produciendo una reflexión importante. Las nuevas tecnologías están ahí y tenemos que ser conscientes de que hay que utilizar las redes sociales, porque sería absurdo obviarlas. La masonería no es proselitista ni mayoritaria, pero los ciudadanos nos tienen que conocer. Cuando un masón sale del armario tiene además que dar ejemplo convirtiéndose en referente de cómo debe funcionar la sociedad.

La masonería tradicionalmente ha sido vista con cierta desconfianza en algunos sectores de la sociedad, especialmente por la liturgia. ¿Qué pasos piensa tomar para mejorar la percepción pública y fomentar una mayor comprensión y aceptación de la masonería mixta en España?

La masonería tiene unos rituales que son criticados por algunos sectores de la sociedad. Eso no es la realidad. Es verdad que somos ritualistas. Las ceremonias van dirigidas a ‘pulir la piedra bruta’ a lograr una reflexión personal. A veces a la masonería se la ha considerado como un chivo expiatorio, pero es consecuencia de que no se nos conoce.