Juan Pablo II dicta normas para los políticos católicos

En medio de una gran expectación, el Vaticano desveló ayer el contenido del vademécum que debe guiar a los políticos católicos, a los que prohíbe expresamente apoyar con sus votos el aborto, la eutanasia y los matrimonios entre homosexuales. Estas instrucciones están contenidas en una "nota doctrinal sobre ciertas cuestiones relativas a la participación de los católicos en la vida política", un documento de 18 páginas muy esperado, sobre todo en Italia, donde los posicionamientos del Vaticano tienen gran peso en la vida política.

PENSAMIENTOS DEL PAPA

El documento ha sido elaborado por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, de la Congregación para la Doctrina de la fe, uno de los clérigos más conservadores de la Santa Sede, y recoge los pensamientos del papa Juan Pablo II. El texto está dirigido a los políticos católicos "para recordar algunos principios de la conciencia cristiana" ya que en los últimos tiempos "han aparecido orientaciones ambiguas y posiciones discutibles, que hacen oportuna una clarificación".

El texto denuncia que "por desgracia", se asiste actualmente a intentos legislativos que se proponen "destruir el principio de la vida humana". Y afirma: "Ante esta grave circunstancia, los católicos tienen el derecho y el deber de intervenir y, los que están comprometidos directamente en la política tienen la precisa obligación de oponerse a toda ley que atente contra la vida humana. Por ello, no pueden participar en campañas de opinión a favor de esas leyes y menos apoyarlas con sus votos".

El Vaticano advierte de que está en juego el orden moral y que por ello el católico no puede apoyar leyes favorables al aborto y la eutanasia. En una alusión a la clonación, la Iglesia pide respeto "hacia los derechos del embrión humano" y advierte contra la adopción de leyes potenciales "que no presten atención a las consecuencias para la existencia y el futuro de los seres humanos y ataquen la inviolabilidad de la vida humana".

PROTECCION DE LA FAMILIA

Las directivas incluyen el deber de "salvaguardar la protección de la familia fundada sobre el matrimonio monógamo entre personas de sexos opuestos". Juan Pablo II reitera una vez más su oposición a las parejas de hecho y rechaza que sean equiparadas al matrimonio. "Otras formas de convivencia no pueden ser igualadas jurídicamente y de ni ninguna manera, ni recibir reconocimiento legal", afirma el texto.

Sin hacer ninguna referencia concreta, el vademécum denuncia que asociaciones y partidos de inspiración católica han apoyado en ocasiones posiciones contrarias a la enseñanza de la Iglesia y que publicaciones católicas también han orientado a los lectores de manera ambigua e incoherente, "induciendo a errores".

El Vaticano insiste en que los católicos tienen que presentar el fruto de su herencia espiritual, pero para ello es necesario evitar la diáspora cultural en que viven muchos de ellos.