Tormenta política en la sesión del Congreso

El Congreso de los Diputados vivió ayer una de las sesiones más tormentosas que se recuerdan a cuenta de la crisis de Irak. Todos los grupos, excepto el PP, atacaron con una dureza inusual al Gobierno por su apoyo a EEUU y acusaron a José María Aznar de dinamitar con la carta que suscribió con otros líderes europeos en defensa de las tesis de Bush la incipiente política exterior de la UE y de ignorar que Washington dio su apoyo al franquismo.

El enfrentamiento tuvo lugar durante la comparecencia de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, en la comisión correspondiente de la Cámara baja. Los dos socios del Gobierno --CiU y CC-- abandonaron a su suerte al Ejecutivo. El portavoz canario, José Carlos Mauricio, advirtió de que su partido romperá el pacto de investidura si Aznar no rectifica.

PRUEBAS "IRREFUTABLES"

El debate, que se prolongó tres horas y media, da una idea de lo que será la comparecencia de Aznar ante el pleno del Congreso el miércoles. Los portavoces emplazaron al presidente a acudir con pruebas "irrefutables" y no simples "dictados de Bush". La ministra Palacio perdió varias veces los nervios y acusó a los portavoces de dirigirle "ataques personales".

La carta de apoyo a Bush provocó las críticas más encendidas. En especial, el párrafo que exalta el apoyo de EEUU a las libertades en Europa. Manuel Marín (PSOE) acusó a Aznar de "retorcer" la historia y recordó que "el principal soporte exterior" que tuvo la dictadura de Franco fue EEUU.

La ministra, muy alterada, replicó que "como europeísta" suscribía la carta, a pesar de la "historia poco brillante" del franquismo. Marín acusó al Gobierno de convertir la dictadura "en anécdota". Otro momento tenso lo provocó la afirmación de Palacio de que, tras el informe de los inspectores, el Gobierno ve la situación "mucho peor que antes". La oposición le recriminó que entresacara sólo los párrafos sobre la poca cooperación de Irak.