Un excolaborador de la CIA será el primer ministro iraquí
Alaui encabezará el Ejecutivo interino que gobernará tras el 30 de junio&
Iyad Alaui, antiguo miembro del partido Baaz que huyó de Irak en 1976 y colaboró con la CIA para derrocar a Sadam Husein, fue propuesto ayer por unanimidad en el Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) como nuevo primer ministro del Ejecutivo interino que asumirá la soberanía tras el 30 de junio. La decisión recibió el apoyo del enviado especial de Naciones Unidas, el argelino Lajdar Brahimi, aunque sus portavoces no aclararon hasta qué punto la organización había influido en el CGI.
"Se ha celebrado una reunión en el Consejo de Gobierno y el doctor Alaui fue elegido unánimemente", declaró a Reuter Hanis Adris, ayudante de Alaui. Según fuentes del CGI, se han inclinado por Alaui porque se le percibe como la persona con mayor capacidad para hacer frente a la inseguridad que vive el país. La nominación también recibió el apoyo de Paul Bremer.
FRIALDAD EN NUEVA YORK En la sede de la ONU en Nueva York, la decisión fue acogida con frialdad. Fred Eckhard, el portavoz del secretario general de la ONU, reconoció que la elección del futuro primer ministro iraquí "no se ha producido como esperábamos". Inicialmente, estaba previsto que fuera Brahimi quien, tras mantener consultas con las fuerzas políticas iraquís, las autoridades ocupantes y el CGI, diera a conocer los componentes del nuevo Ejecutivo. El diplomático argelino se reunirá pronto con Alaui para hablar de las personalidades que ocuparán los restantes puestos.
Alaui, considerado rival político del favorito del Pentágono, Ahmed Chalabi --ahora caído en desgracia-- a la hora de buscar influencias en Washington y Londres, deberá dirigir a Irak a las primeras elecciones libres, previstas para el próximo año. En 1990 fundó el partido Acuerdo Nacional Iraquí, apoyado desde la CIA y el espionaje británico y formado por baazistas reconvertidos en opositores al régimen de Sadam Husein. Sobrevivió a un intento de asesinato organizado en 1978 por la policía secreta del depuesto régimen.
En la calle, los iraquís acogieron con escepticismo el nombramiento de un desconocido para muchos. "¿Cuál es su experiencia política?; no sé nada de él. Vivió en el exilio; necesitamos a alguien que viviera aquí y que pueda sacar a Irak de la crisis", declaró un hotelero que no quiso dar su nombre. "¿Dónde estaba cuando sufríamos bajo el régimen de Sadam?", dijo Hasan Alí, un agente de policía.
Mientras tanto, se repitieron los episodios de violencia. En Kufa, vecina de Nayaf, prosiguieron los enfrentamientos entre estadounidenses y milicianos de Moktada al Sadr, a pesar de la tregua. Dos periodistas japoneses murieron en el sur de Bagdad.
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