El jefe de Scotland Yard espió al fiscal general

Ian Blair, en otro tiempo el policía favorito del Nuevo Laborismo, puede tener los días contados, después de saberse que grabó una conversación confidencial con el fiscal general del Estado, Peter Goldesmith. El jefe de Scotland Yard pidió disculpas a Goldesmith, miembro del Gabinete, asesor legal del Gobierno y amigo de Tony Blair, que nada sabía de la grabación hasta que el pasado fin de semana fue alertado por la propia policía y el Ministerio de Interior.

Ian Blair, que actualmente es investigado por su actuación en el caso de la muerte de Jean-Charles de Menezes, acribillado por la policía, grabó otras tres conversaciones con miembros de la Comisión Independiente de Quejas de la policía que han indagado las circunstancias en que murió el brasileño.

"Debe plantearse su situación. La reputación de la policía metropolitana debe ser impecable", declaró Richard Barnes, miembro de la Metropolitan Police Authority, que tiene el poder de pedir el cese de Blair. Grabar una conversación para uso propio no es ilegal, pero en el caso de Blair es un gesto que erosiona su relación con el Gobierno.