Escocia se vuelca con Brown y solo da un escaño a los ´tories´

David Mundell es un tipo con retranca, acostumbrado a defenderse de los dardos de laboristas y nacionalistas con cierta solvencia. Más le vale. Mundell cabalga como un auténtico llanero solitario por Escocia. Es el único candidato conservador que ha conseguido un escaño más arriba de la frontera. Ya pasó en el 2005 y ha vuelto a suceder ahora. El fenómeno tory no ha cruzado la aduana escocesa. Gordon Brown es compatriota y los laboristas se han volcado con él y los suyos. Para ellos, 41 asientos; los segundos, los liberaldemócratas con 11. Una diferencia abismal. El SNP del premier independentista Alex Salmond conserva los seis de los comicios anteriores.

Los laboristas escoceses sacaron pecho y valoraron el resultado como "espectacular". Pero quien parecía también muy contento era Salmond, pese a que al inicio de la campaña había llegado a vaticinar 20 parlamentarios para su formación. Ayer se sentía como el hombre de las llaves. En su discurso habló en nombre suyo y de los nacionalistas galeses del Plaid Cymru (tres escaños en su casillero) y aseguró que está dispuesto a negociar con los laboristas para tratar de tejer un Gobierno.

Los dos partidos tienden a unir fuerzas en Westminster. El bloque celta, se les llama. "Los intereses de Escocia y Gales serán primordiales", dijo sobre las negociaciones. "Desplegaremos la fuerza de nuestro voto para proteger a Escocia y Gales de las imposiciones de Londres. Es fantástica e insólita la situación en que queda el Parlamento de Westminster".

Salmond, por supuesto, descartó cualquier tipo de alianza con los tories. Como mucho en asuntos concretos, concedió. En Escocia aún escuecen los duros años de Margaret Thatcher.

En Gales también han triunfado los laboristas, con 26 parlamentarios. Los conservadores han logrado ocho asientos, cinco más que en el 2005.