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RESACA DE LAS ELECCIONES EN RENANIA DEL NORTE-WESTFALIA.

Merkel aparca la rebaja fiscal tras el descalabro en las urnas

La cancillera entona el mea culpa y promete "una política decidida".

La debacle electoral de los conservadores alemanes en Renania del Norte- Westfalia tuvo ayer sus primeras consecuencias. Para empezar, la cancillera, Angela Merkel, dio carpetazo a la rebaja fiscal prometida por sus socios liberales y que ha sido la principal causa de desavenencias dentro de su Gobierno.

"La prioridad ahora es consolidar nuestros presupuestos nacionales", afirmó Merkel, que dio por aplazada la discusión al menos por "otros dos años". Su vicecanciller liberal y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, acepta la idea, sobre todo porque, una vez perdida la mayoría en el Bundesrat (Cámara alta), parece improbable que pudiera aprobarse el proyecto.

"DISCUSIONES INNECESARIAS" Sin la disputa de los impuestos de por medio, Merkel espera poder empezar a elaborar "una política decidida" desde Berlín y desprenderse de la imagen de inoperancia que ha impregnado a la coalición desde su formación y que ha llevado a los votantes a penalizar a su partido en las elecciones regionales celebradas el pasado fin de semana. "Ha habido demasiadas discusiones innecesarias", aseguraba ayer la cancillera alemana, que reconocía que todo esto había "lastrado" a la CDU de Renania del Norte-Westfalia.

"Se ha dado demasiada importancia a la bajada de impuestos. El resultado ha sido contraproducente para el Gobierno regional y solo queda hacerlo mejor en el futuro, a lo que yo espero contribuir de manera decidida", decía una Merkel con gesto cansado. Después de entonar su parte del mea culpa y asegurar que ha aprendido la lección, Merkel quiso defender a su Gobierno y aseguró que no habrá más cambios "ni en el programa ni en el Gabinete".

LA DIFERENCIA DE GOLES Junto a la cancillera comparecía el candidato conservador y hasta ahora primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, quien tras reconocer precipitadamente su derrota el domingo, ayer reclamaba la mínima ventaja (34,6% frente al 34,5%) obtenida finalmente en el escrutinio sobre los socialdemócratas. "Tenemos los mismos escaños pero somos la fuerza más votada. En fútbol, si dos equipos empatan a puntos gana el que más goles ha marcado", aseguraba Rüttgers defendiendo los 6.000 votos de ventaja que ha sacado al SPD, incluso habiendo caído más de 10 puntos en comparación con los últimos comicios celebrados en el 2005.

Los conservadores quieren mantener el Gobierno regional con una gran coalición con los socialdemócratas en la que sean el partido dominante. Pero en el SPD siguen viéndose ganadores y solo ven un gobierno dirigido por Hannelore Kraft, ya sea con la CDU o en un tripartito junto a Los Verdes y La Izquierda.

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