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Cumbre en Nueva York.

La ONU pide que la crisis económica no aparque los Objetivos del Milenio

Los dirigentes mundiales abordan la falta de progresos palpables en un clima de pesimismo.Ban Ki-moon confía en que la meta es alcanzable pero faltan por recaudar 92.000 millones de euros.

La ONU pide que la crisis económica no aparque los Objetivos del Milenio

En los discursos, optimismo y promesas; en los análisis, escepticismo y realidad. Así comenzó ayer en Nueva York la cumbre de tres días para renovar los Objetivos del Milenio, señalados hace una década por Naciones Unidas y ratificados entonces por 189 países. Metas diversas para luchar contra el hambre, la pobreza, las enfermedades, la mortalidad materna e infantil y el cambio climático y promover la educación y la igualdad que, según defendió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, "se pueden alcanzar" para la fecha marcada del 2015.

Fue la intervención de Ban una de las más enfocadas en ahuyentar el pesimismo. Insistió en la necesidad de que los países cumplan sus compromisos eco- nómicos incluso cuando la crisis global haya dificultado esas aportaciones. "No debemos equilibrar presupuestos a expensas de los pobres", argumentó el secretario general.

La realidad, no obstante, golpea duro, e incluso la ONU asume, según se demuestra en documentos de trabajo preparados para la sesión, que "los avances son frágiles y desiguales", no solo entre distintas naciones sino incluso dentro de países.

INQUIETUD La ONU tiene que usar demasiado a menudo la expresión "estamos profundamente preocupados". Lo hace para hablar de los más de 1.000 millones de personas que viven en extrema pobreza. La usa también para denunciar "los alarmantes niveles globales de mortalidad materna e infantil". Y la emplea para reconocer que en los últimos años el hambre y la malnutrición han aumentado en lugar de retroceder.

De los ocho objetivos marcados hace una década, quizá solo puedan cumplirse en el plazo previsto dos: el de reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable y el de recortar también el 50% de población que vive con menos de un euro al día, incluso cuando el Banco Mundial ha calculado que la crisis sumará 53 millones de personas a las estadísticas de pobreza extrema en cinco años.

Cada vez, no obstante, se reconocen como más difíciles otras de las metas, como la reducción en dos tercios de la mortalidad de menores de cinco años o el asegurar que la educación primaria es universal. Y aumentan las voces que piden un plan de acción concreto, del que la ONU actualmente carece. "Queremos una verdadera agenda de acción para cada uno de los próximos cinco años, no un montón de palabras sobre grandes sumas de dinero", declaró Andrew Mitchell, el secretario de Desarrollo Internacional del Reino Unido.

También Jeffrey Sachs, el economista de la Universidad de Columbia y asesor especial de Ban para los Objetivos del Milenio, criticó que "no hay un plan de acción para complementar lo que se pacte". Uno de los mayores ataques de Sachs fue dirigido al Gobierno de EEUU. "Gastar 100.000 millones de dólares en Afganistán este año y 10.000 para 800 millones de personas en Africa es un grave error de política exterior", criticó Sachs en The New York Times.

Mientras, surgen también propuestas a la ONU de cambiar sus métodos. Una de las últimas procede de Rudolf Knippenberg, asesor de sanidad en Unicef, que se ha sumado a otros expertos para pedir al organismo que empiece a centrarse en los más necesitados en vez de apostar, como hasta ahora, por llevar la ayuda a la gente a la que es más fácil acceder. "La mejor forma de lograr los objetivos es empezar con la gente a la que es más difícil llegar".

Para la ONU, de momento, lo importante es lograr la renovación de compromisos, tanto morales como económicos. De momento, ayer en Nueva York se escuchó la promesa de Francia de elevar en los próximos tres años un 20%, o 180 millones de euros, su aportación al fondo global para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. También el Banco Mundial anunciaba que destinará 575 millones de euros para educación y la UE sumaba 766 millones a la lucha por los Objetivos del Milenio. Todo es bienvenido, sobre todo porque para que cuadren las cuentas ideadas por la ONU falta recaudar 92.000 millones de euros.

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