Un total de 26 tramos en Extremadura con riesgo de accidentes y el más peligroso resulta que está prácticamente en desuso. El consorcio EuroRAP --integrado por la Comisión Europea, la Federación Internacional de Automovilismo y distintas asociaciones del sector del automóvil y las infraestructuras viarias-- ha vuelto a rastrear la red de carreteras de España y ha localizado en la comunidad autónoma dos docenas de puntos críticos para los conductores.

Sin embargo, lo que destaca es que el trazado identificado como de mayor riesgo se corresponde con los 13 kilómetros de la N-630 entre el cruce de Coria y el de Garrovillas (puntos kilométricos 515 y 529), también conocido como las curvas del Tajo . Este punto está comprendido entre los 91 más peligrosos del país a pesar de que el tránsito de vehículos por esa vía se ha reducido considerablemente desde que en el 2006 entró en funcionamiento la A-66.

Los otros 25 tramos señalados en las carreteras de la comunidad autónoma presentan un riesgo medio o bajo y se concentran en las carreteras nacionales N-430, N-432, N-435 y N-630.

Pero el EuroRAP no sólo hace balance de aspectos negativos. También reconoce la labor de las Administraciones para reducir el riesgo de los tramos más peligrosos. En Extremadura hay dos casos que aparecen entre los que han logrado reducir su peligrosidad al mínimo. Concretamente se trata de los 20 kilómetros existentes en la N-435 entre Jerez de los Caballeros y Fregenal, y de los once de la N-630 entre Torremejía y Almendralejo. Según el consorcio europeo, este logro ha sido posible gracias a la instalación de barreras de seguridad y mejoras en el trazado (con una inversión de 1,7 millones de euros) así como por la apertura de la autovía A-66.