El litio es un metal estratégico por su papel esencial para el desarrollo de las nuevas energías sostenibles y Extremadura tiene algunos de los yacimientos más importantes de la península ibérica, lo que ha provocado que la industria minera ponga sus ojos en la región y más concretamente, de momento, en el subsuelo cacereño, en busca de lo que muchos expertos califican ya como ‘el petroleo del siglo XXI’ por el papel esencial que tendrá en el desarrollo de los vehículos eléctricos.

Por el momento hay dos proyectos de investigación minera en marcha vinculados a la extracción de litio: el de Valdeflores de Infinity Lithium y Valoriza Minería en Cáceres y el de La Nava que ha activado ahora Jesampa en Cañaveral, este último, en una fase aún muy inicial en la que únicamente se han llevado a cabo por el momento las primeras catas en la zona.

¿POR QUÉ LITIO?/ El litio se ha convertido en los últimos años, en uno de los principales metales, con una importancia creciente en el mundo porque más allá de sus usos tradicionales vinculados a la fabricación de grasas lubricantes, vidrios, cerámicas, o a la industria farmacéutica, está considerado esencial en el desarrollo de las energías sostenibles. El litio se utiliza para el almacenamiento de energía en baterías eléctricas y acumuladores termosolares, por lo que el crecimiento de un nuevo modelo energético sostenible está estrechamente ligado a su aprovechamiento y eso ha incrementado la demanda de este recurso minero a nivel internacional y ha multiplicado el precio de este recurso.

«Es una materia prima fundamental que se considera ya el ‘petroleo del siglo XXI’ porque tanto en la automoción como en la acumulación de las nuevas energías sostenibles interviene el litio», apunta Rafael Cuenca, vicepresidente del clúster de la Movilidad Eléctrica de Extremadura, que considera que la región se encuentra ante «una oportunidad», siempre que las iniciativas fructifiquen y en torno a la extracción se generen otros proyectos industriales ligados a la transformación del litio.

¿Por qué en Extremadura?/ En el subsuelo extremeño están algunos de los principales yacimientos de litio de la península. «Geológicamente, las principales mineralizaciones de litio en Extremadura, están asociadas al magmatismo ácido de la zona Centro-Ibérica del Macizo Hespérico y a la evolución mineralógica y geoquímica de los granitos precursores, que ha permitido un enriquecimiento de otros elementos como el rubidio, galio, cesio, estaño niobio tantalio», según la información de la Asociación Geológica de Extremadura (Agex). Los principales yacimientos de litio en la región son los de Tres Arroyos (Albuquerque), Las Navas (Cañaveral) y Valdeflores y el Trasquilón (ambos en Cáceres). Los yacimientos de litio se encuentran en materiales pizarrosos y cuarcíticos del Paleozoico, principalmente como filones de cuarzo (mineralización en stockwork) o en cuerpos masivos.

Valdeflores y Cañaveral/ Por el momento ya hay dos proyectos en marcha para investigar la extracción de litio en esos yacimientos, en ambos casos en la provincia de Cáceres. El de Valdeflores está en trámites desde 2016, con varios permisos que afectan en esencia a la misma zona y que están en trámites aún (en algunos casos porque fueron anulados tras concederse inicialmente) aunque la pretensión de la empresa es iniciar en 2023 la explotación. Tras el proyecto, que afecta a unas 45 cuadrículas mineras, están Infinity Lithium y Valoriza Minería, que plantean una mina a cielo abierto en la Sierra de la Mosca de Cáceres. El permiso está en trámites, aunque esta mina cuenta con la oposición de la mayoría de la corporación municipal (no lo apoyan PSOE, PP y Unidas Podemos y sí Ciudadanos, que tiene 5 de los 25 concejales) y parte de la ciudadanía, por la proximidad al casco urbano del proyecto y el simbolismo que la zona tiene para la ciudad.

Hace una semana salía a la luz un segundo proyecto ligado la extracción de litio en Cañaveral. Lo promueve la empresa Jesampa, una firma con capital español e inversores extremeños, que inició el pasado verano las primeras prospecciones en el antiguo yacimiento de Las Navas, situado en la dehesa boyal de la localidad, a más de 10 kilómetros. El ayuntamiento y la empresa apelan a la cautela aunque la iniciativa ha levantado expectación en la zona porque la empresa pretende además ligar la actividad extractiva a un proyecto industrial, según confirmaron a este diario fuentes de la empresa. De momento, el material extraído en las primeras catas se está analizando ahora en el laboratorio y la idea es iniciar en las próximas semanas una segunda fase de catas para obtener más información del yacimiento y determinar si es técnicamente viable y económicamente rentable afrontar la explotación del litio allí. «Los análisis que están llevando a cabo permitirán determinar si hay mineral, cómo está el litio adherido a la roca, si sería más o menos costoso desprenderlo de ella y si hay litio en cantidad suficiente para que la inversión sea rentable», avanzan las mismas fuentes.

Las actuaciones se están llevado a cabo a través de dos permisos (Retamar y Ampliación Retamar) que se ampliaron en octubre del 2018 y que les permiten actuar por dos años en las 264 cuadrículas mineras (unas 8.000 hectáreas), aunque de iniciarse la explotación, solo se intervendría sobre 10 cuadrículas, y aún no está decidido si se haría con una explotación a cielo abierto o en galería.

Los promotores prevén disponer a mediados del 2020 de datos suficientes para decidir si siguen o no adelante con el proyecto. Con todo eso, en el escenario más optimista, los trámites necesarios para poder iniciar la explotación de Litio en el yacimiento de Cañaveral no se completarían hasta finales de 2021, así que queda mina para largo.