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El encanto de las espinacas en aceite

Gracias a Juan Copete por la bienvenida. Y su recomendación la seguiré mientras pueda y tomaré espinacas en aceite y jilimoje con poca sal.

Antes, el aceite de oliva y los pescados azules, como las sardinas, eran prohibitivos; ahora resulta que no y recomiendan que se coman porque son buenos para el colesterol y los trigliceridos.

A los enfermos de corazón le recomendaban reposo. Ahora, lo mínimo que te dicen es que hay que pasear cada día un poco más. Hasta cansarse. Y es bueno; antes era malo. Los descubrimientos de la ciencia, Copete, nos vuelven locos y hay que estar al tanto de los planes. Cada médico te da unas recomendaciones diferentes.

Estuve de presidente en la IV edición de la Fiesta de la Chanfaina en Fuentes de Cantos y tomé, hasta no poder más, las pruebas de las treinta y tantas chanfainas que se presentaron, enjuagandote la boca con un poco de vino. Treinta y tantos enjuagues. Hay que reconocer que ahora, lo que te prohíben, está riquísimo, como un buen plato de chanfaina o una caldereta de cordero, pero eso, por el momento, está prohibido. Como dice mi hermano José María, para estar sano hay que vivir como un enfermo.

Reconozco que soy carnívoro, de ahí mi jamacuco, pero llevando las cosas con cierta normalidad te puedes dar un buen banquete un día. Los expertos te recomiendan después un paseo de tres o cuatro kilómetros para bajar la glucosa y el colesterol. Y, eso Copete, ya es otra cosa, entre plato y plato un paseo, sin dejar el hechizo de las espinacas, del tomate, de la escarola, de la lechuga y de la pescada con un poco de limón. Y para quitar el ansia de carne te recomiendan pollo sin piel, pavo o conejo. Vamos, lo justo para dejar la barriga y ponerte a pasear y saludar a los glucosados y colesteroles que te vas encontrando entre puente y puente como si fuera el juego de la oca.

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