Mira que había sitios en el remozado cementerio de Mérida para enterrar, hoy hace un mes, a don Guillermo Soto Burgos. Pues bien, me le fueron a poner, nicho por nicho, al lado de uno con el escudo del Barça. ¡A él que era tan del Real Madrid! Tan, tan, tan galáctico que decía que en el cielo, donde ahora milita, todos eran merengues pues allí predomina el blanco. 

Este dato no está teológicamente refrendado pues convencido estoy que allá en el otro y eterno mundo abunda también el azul celeste (como el de las Concepcionistas franciscanas) y, como no, el rojo (vino burdeos) de la Sagrada Cena. Lo del vino lo cuento otro día. Pero esta columnita no va de colores sino de amores, de esos a fuego lento, con alma y con calma decía Guillermo, porque sin calma no hay claridad mental ni bondad y sin bondad no hay felicidad ni salud. 

Hoy hace un mes que se nos fue alguien para quien la bondad consistía en querer lo mejor para los otros, estrategia que siguió tras los pasos de su Maestro (a esta alturas me temo que lo haya hecho del Real Madrid, de lo contrario no se entiende lo del PSG) ensanchando el corazón en los momentos duros y compartiendo, a manos llenas mochuelos, esfuerzos y agradecimientos. No en vano sus últimas palabras inteligibles fueron para dar las gracias a quienes estábamos rezando por él. 

Y es que al final vives como meditas, en un camino en el que primero descubres los secretos de la vida y después algunos, pocos, empiezan a realizarlos. Está demostrado que un rato de oración al día es arma muy poderosa. 

Equivocados están quienes piensan que Guillermo se nos fue con 90 años porque él procuraba nacer todos los días, de ahí esa juvenil tenacidad, que resultaba enternecedora, con la que pedía por Navidad alimento (económico y material) para todas las Cáritas y parroquias de la ciudad, sin venirse abajo y pensando que hay cosas que podían salir mal pero que él podía superarlas, que hay que ocuparse pero no preocuparse de las cosas. Tan convencido estoy que don Guillermo sigue viviendo esto desde arriba y con más intensidad, que me sorprendo con ganas de hacerme del Real Madrid. Amén.