El Consorcio de la Ciudad Monumental vuelve a abrir las puertas del yacimiento emeritense para recuperar los cursos de verano presenciales después de dos años de formación on line debido a la pandemia de covid 19. Este año se han ofertado un total de 10 plazas, de las que se han cubierto siete por alumnas y antiguas alumnas de diferentes universidades de la península, como la Universidad de Granada, la Universidad de Sevilla, la Universidad de Valencia y las escuelas politécnicas de León y de Valladolid.
El director del organismo, Félix Palma exclamaba: «No hemos llegado al tope, pero creo que tenemos una buena participación teniendo en cuenta las fechas y la disciplina que es, por lo que nos sentimos sumamente satisfechos». «Esperemos recuperar los índices de presencialidad que teníamos en estos últimos años», añadía. La XXV edición de estos cursos de verano arrancaron el 4 de julio en la Casa del Anfiteatro, donde se ofrecen tres especialidades diferentes: arqueología, conservación y restauración, y museografía.
«Para el Consorcio, estos cursos de verano son uno de nuestros emblemas; forma parte de nuestra responsabilidad ayudar a estos futuros profesionales tanto del mundo de la arqueología, de la restauración o de la museografía a adquirir esas experiencias de trabajar en un yacimiento tan impresionante como es el emeritense, para que les venga bien en un futuro y en su trayectoria profesional», destacaba Félix Palma. «Esperamos de esta nueva edición que los alumnos aprendan y disfruten de la extraordinaria experiencia que supone trabajar directamente sobre los mosaicos que pavimentan la Casa del Anfiteatro», sostiene Palma, quien espera que los participantes vivan de primera mano la «increíble experiencia» que ofrece Mérida desde cualquier punto de vista, no solo el monumental.
Los cursos se desarrollan en diferentes periodos del 4 al 22 de julio, donde los alumnos estarán trabajando directamente con las restauradoras Maripaz y Lourdes. A pesar de tener una finalidad práctica, tienen componentes teóricos que se dan mediante charlas normativas impartidas por especialistas, como la restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPC), Yolanda Ruiz de Torre. Cabe destacar que los alumnos, además de participar en los cursos, tienen la oportunidad de conocer el conjunto monumental y visitar otros enclaves de la región como el yacimiento de Medellín, al tiempo que también pueden acudir al festival de teatro clásico.
Conservación de mosaicos
Estas sesiones formativas siempre han estado focalizadas en la arqueología, en la restauración y en la difusión y por lo que este año respecta, se centrará principalmente en la conservación de mosaicos. «Pretendemos que con estas prácticas la gente pueda tener el privilegio de trabajar sobre los mosaicos», exclamaba Palma.
Maripaz, una de las restauradoras del consorcio, explica en qué consiste el trabajo diario que hacen los alumnos del curso estival durante sus dos semanas de duración. «Es un aprendizaje desde cero, tratamos de abordar todo lo que se trata sobre el trabajo de limpieza y consolidación y reintegración en los propios mosaicos», detalla. «Ahora estamos limpiando las costras que se crean después de la excavación. Es un trabajo muy minucioso, al no conocer el dibujo tenemos que ir poco a poco: hacemos una limpieza gradual, primero limpiamos en seco y finalmente procedemos a una limpieza», subraya.
Estos cursos son una gran oportunidad que el consorcio de Mérida ofrece a los futuros profesionales del sector, en este caso, para el gremio de la conservación y restauración, para que puedan participar en el yacimiento arqueológico emeritense. Como dice Palma, «nuestro objetivo es que aprendan y colaboren para ayudar a mantener el patrimonio».
Arelisa, antigua estudiante de conservación y restauración de bienes culturales en la Universidad de Sevilla, afirmaba que este era su segundo año de participación en estos cursos: «Tanto la primera vez como esta, han sido oportunidades incleíbles para mí». Cuenta que en las diferentes sesiones que hacen cada día le ayudan a comprobar como será el mundo laboral en un futuro, ya que en la universidad «no te metes de lleno» en una intervención real. «Es una experiencia súper chula», exclama. «Me he dado cuenta de que este es mi trabajo soñado, a lo que me quiero dedicar, para mí fue como el inicio de mi camino profesional», concluye.
