Tarde de altos vuelos e ilusionante con Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey

El coso de San Albín se acicala y mostrará su mejor cara en el regreso de los toros a Mérida

El personal de la plaza trabaja desde hace unas semanas para dejar como los chorros del oro todas las instalaciones del histórico ruedo

Un trabajador riega el albero del coso de San Albín.

Un trabajador riega el albero del coso de San Albín. / Ayuntamiento de Mérida

El coso de San Albín de Mérida se encuentra en pleno proceso de acicalado para mostrar su mejor versión de cara al festejo taurino del próximo 27 de abril. El duende de Morante de la Puebla será la viga principal que abrillantará una tarde de altos vuelos con el regreso de las corridas a la capital extremeña. También habrá un torero con mucha personalidad, como Talavante y un espada que revoluciona a las masas, como Roca Rey, que plantarán cara a uno de los hierros más influyentes de la tauromaquia: El Pilar (reses charras).

Según ha podido conocer El Periódico Extremadura, el personal de la plaza trabaja desde hace unas semanas para quedar como los chorros del oro todas las instalaciones y los rincones del edificio que gestiona el empresario andaluz José Luis Pereda. En esta misma línea, los trabajadores se encuentran realizando una limpieza en profundidad del albero y los tendidos del ruedo emeritense. Tanto las gradas como la arena han quedado despejadas de la suciedad y pequeñas plantas acumuladas por los efectos de las condiciones climatológicas . «Queremos darle un lavado de cara y que la plaza esté impoluta de cara a un festejo que se prevé multitudinario», explica el taquillero del ruedo, Antonio Rodríguez. 

Labores de limpieza en los tendidos de la plaza de toros emeritense.

Labores de limpieza en los tendidos de la plaza de toros emeritense. / Cedida a El Periódico Extremadura

La plaza es uno de los lugares más distintivos de Mérida, que trasciende lo meramente taurino. Sin lugar a dudas, su arquitectura llama poderosamente la atención de los aficionados. El coso de San Albín, enclavado desde otro tiempo pasado en la ciudad, mira a la Casa del Mitreo, una de las primeras cosas que ven los toreros que tienen la fortuna de salir a hombros por su puerta grande.

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