Referentes de la capital extremeña

Hablan los guardianes del Complejo Polideportivo Diocles de Mérida

El conserje Vicente Olivera se jubilará en los próximos meses, después de 33 años en las instalaciones emeritenses y destaca el buen ambiente que reina en su lugar de trabajo. Su legado lo continuará su amigo y compañero Joaquín Barrio. «No hacemos nada fuera de lo normal, tratamos a la gente como nos gustaría que nos tratasen a nosotros o a nuestra familia», señalan. Los usuarios lo agradecen

Ellos tienen siempre una sonrisa en el rostro y las instalaciones deportivas son como su segunda casa.

Ellos tienen siempre una sonrisa en el rostro y las instalaciones deportivas son como su segunda casa. / JORGE ARMESTAR

Ellos siempre tienen una sonrisa en el rostro. El Complejo Polideportivo Diocles de Mérida no se puede entender sin las figuras de Vicente Olivera y Joaquín Barrio, del mismo modo que estos dos conserjes municipales no entienden sus vidas sin el pabellón, tal y como lo denominan muchos de los usuarios, niños, jóvenes y mayores, que a diario pasan por las instalaciones. «Ésta es como nuestra segunda casa», explican. Y no exageran. Olivera empezó a trabajar de conserje en el polideportivo desde la construcción del mismo, en 1991 y se jubilará en los próximos meses. «He visto entrenar a grandes deportistas (Pablo Villalobos, Marta Calamonte y Francisco Rivero) y acontecimientos históricos como los conciertos de Estopa y Los Rodríguez. Estoy contento por jubilarme, pero también me voy con pena, porque aquí conoces a mucha gente y le coges cariño», rememora con un suspiro.

Son los sheriffs del Complejo Polideportivo Diocles.

Son los sheriffs del Complejo Polideportivo Diocles. / JORGE ARMESTAR

En cambio, Barrio ejerció de empleado de mantenimiento en el ayuntamiento hasta que unos problemas de salud le impidieron continuar con la actividad profesional. Desde hace más de una década desempeña también el oficio de conserje. Son los sheriffs del Diocles. No llevan sombrero ni placa. Y tampoco pistola ni esposas. No les hace falta. «No hacemos nada fuera de lo normal, tratamos a las personas como nos gustaría que nos tratasen a nosotros o a nuestra familia», señalan. Y los usuarios lo agradecen.

Estos dos personajes entrañables de la capital extremeña se han ganado el cariño de los emeritenses. Vicente y Joaquín te regalan su amabilidad sin pedir nada a cambio, te tratan como si fueses su amigo de toda la vida, a los dos les apasiona su trabajo como conserjes del centro deportivo y no saben poner mala cara.

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