El vehículo compartido es un elemento fundamental de la nueva movilidad. Una forma más sostenible y respetuosa de moverse por la ciudad, que por desgracia está tardando más en evolucionar de lo esperado.

La flota global en alquiler de vehículos compartidos se incrementó en 3.800 unidades desde febrero de 2020, cuando se registraban 60.700 unidades en el mercado, hasta marzo de 2022, cuando se contabilizaron 64.500 unidades, según el Observatorio Sectorial DBK Informa. Esta evolución, aunque positiva, se ha visto frenada en los dos últimos años por la pandemia de COVID, limitando la fuerte tendencia de crecimiento de movilidad urbana alternativa al transporte tradicional. De los 64.500 vehículos, más del 50% son bicicletas (35.239 unidades), aproximadamente un 23% corresponde a motocicletas (15.805 unidades), y el resto se reparte entre patinetes (8.806 unidades) y automóviles (4.650 unidades). Además, el 69% de la flota de bicicletas compartidas corresponde a los sistemas públicos de alquiler municipales.

Cataluña concentra una porción mayoritaria de la flota de motocicletas compartidas, con un 40% del total nacional. Esta Comunidad también reúne la mayor parte de la flota total de bicicletas compartidas (30%), mientras que las principales comunidades en los segmentos de patinetes y automóviles son Andalucía (40%) y Madrid (70%), respectivamente.

Respecto a la facturación del sector, se estima que las empresas de movilidad urbana compartida generaron en 2021 unos ingresos agregados de alrededor de 125 millones de euros. En marzo de 2022 operaban en España unas cien empresas de movilidad urbana compartida, dedicadas al alquiler de bicicletas (49), motocicletas (16), patinetes (14) y automóviles (22). Algunas de ellas explotaban más de una modalidad de transporte. En relación al grado de concentración de la oferta, las cinco primeras empresas en el segmento de patinetes reúnen más del 79% de la flota total nacional. Por su parte, los cinco primeros operadores del mercado de motocicletas concentran de forma conjunta el 75% de la flota total, descendiendo este porcentaje al 71% y 59% en los segmentos de automóviles y bicicletas, respectivamente.

El sector espera una progresiva aceleración del despliegue de servicios de movilidad urbana, con nuevas adjudicaciones en los principales ayuntamientos del país.