MUJERES QUE HACEN EXTREMADURA | MUJERES RURALES | Mariángeles Corbacho Nieto Técnico Agrícola y Comercial

«Con mucho esfuerzo me he ganado la confianza de los agricultores»

«Con mucho esfuerzo me he ganado la confianza de los agricultores».

«Con mucho esfuerzo me he ganado la confianza de los agricultores». / CEDIDA

Mariángeles Corbacho Nieto (Villalba de los Barros, 1995) se crió rodeada de agricultura y desde 2016 se dedica profesionalmente a ella. Hoy trabaja de lo que es su pasión como Técnico Agrícola y Comercial en Fitoservicios Extremeños S.L. Fiserex. «Me apasiona el trato con la naturaleza y con los agricultores, socializar», explica. Se dedica al asesoramiento de clientes y a la comercialización de productos fitosanitarios y se abre paso en un sector en el que la mujer poco a poco va ganando su espacio.

¿Cómo es su día a día?

Nunca hay un día igual que otro, algunos son más tranquilos y otros son estresantes. Hay días donde visito las explotaciones y asesoro en base a lo visto, después suministramos los productos para solucionar problemas de plagas, enfermedades, malas hierbas en los cultivos… De la misma forma, atiendo a proveedores y organizo repartos de mercancía.

¿Tuvo algún referente femenino?

Sí, siempre ha sido mi madre que desde muy pequeña ha trabajado en el campo haciendo lo que hiciera falta. De ella he aprendido todo en lo relacionado con la agricultura, desde pequeña es el único y claro ejemplo que he tenido. Si no, no me hubiera gustado la agricultura de la manera que me gusta y me apasiona. 

¿Cómo ha evolucionado la presencia de mujeres en su sector?

Cada vez son más las mujeres que estamos en este mundo. Cuando empecé hace 8 años sí que era más difícil ver a una chica en el sector de la agricultura. La mentalidad y los recursos que había en ese momento hicieron que la mujer no tuviera espacio en este sector. Pero esto es algo que está cambiando totalmente hoy en día. Sobre todo, destaco el mundo del asesoramiento que es en el que yo estoy. En mi caso, me he abierto camino poco a poco con mucho trabajo, esfuerzo y constancia. Así, me he ganado la confianza de los agricultores. 

¿A qué se puede deber?

Ahora ven que las mujeres podemos hacerlo igual de bien que ellos y nos toman mucho más en cuenta que antes. Cada vez hay más mujeres y eso me encanta. A muchas les apasiona la agricultura, pero no se atrevían. Ahora, como cada vez hay más mujeres en el campo, cada vez hay más ganas. Y habiendo ganas, todo se puede.

¿Alguna vez la trataron diferente por ser mujer?

Siempre me he sentido muy bien acogida. En mi caso hay mucho compañerismo en mi empresa. Somos un grupo de personas jóvenes con muchas ganas de trabajar y al final es como otra familia. Paso más tiempo con ellos que con mi familia de sangre. Es espectacular. 

¿Por qué ha estado invisibilizada la mujer?

Nunca han tenido los medios para dar a conocer el esfuerzo y trabajo que han tenido que realizar para salir adelante. Siempre han estado muy infravaloradas. Solo veíamos el concepto de la mujer rural como el de criar a los hijos y llevar la casa. Una tarea que tiene muchísimo mérito y está muy poco valorada. Ese era el concepto que antes teníamos. Hoy hemos tenido la oportunidad de formarnos y así poder alcanzar los sueños y objetivos que teníamos. Es importante la labor de asociaciones de mujeres rurales. Hemos estado muy invisibilizadas y tenemos que aparecer. Hay que ir a por todas porque podemos hacerlo, para no retroceder y seguir hacia delante.