La crisis del covid-19 y el confinamiento han disparado el consumo en alimentación de los hogares extremeños en torno a un 30%. Es el auge que se promedia en las semanas que van del 9 de marzo al 26 de abril respecto al mismo periodo del 2019, según los datos elaborados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La primera de esas semanas, la previa a la entrada en vigor del estado de alarma, la compra de víveres por parte de las familias ascendió un 63,5% en comparación a los mismos siete días del ejercicio anterior. En ninguna otra comunidad autónoma el acopio ante la incertidumbre de la situación que se vivía elevó tanto el consumo de estos artículos de primera necesidad, que de media a nivel nacional creció menos de la mitad, un 29,8%. Este almacenamiento previo fue posiblemente el que hizo que a continuación, en lo que restó de mes, las compras se estabilizaran en Extremadura, con poca variación respecto a los datos del 2019 (auges apenas del 1% y el 0,8%, de los más bajas del país). La fiebre por llenar la despensa se retomó en abril, que arrancó con un alza de más del 50%.

«Yo hablaría de tres fases. Una inicial de ‘comprar, comprar y comprar’ para tener mucho, con una demanda muy importante de producto; luego un parón, que ha sido la siguiente semana o semana y media; y por último una estabilización», sostiene Ramón Muñoz, director de Mercabadajoz, un mercado central de abastecimiento que surte a supermercados, mercados municipales y comercio de proximidad en un radio de entre 50 y 60 kilómetros alrededor de la capital pacense. «El abastecimiento siempre ha estado garantizado y no ha habido ningún tipo de problemas en cuanto a volúmenes ni a necesidades», asegura, y solo puntualmente en «ciertos productos, sobre todo en alimentación seca, para los que ha habido una demanda descomunal, los operadores han tenido que poner unas limitaciones a la venta, como ha sido la lejía o la harina». Muñoz destaca igualmente el trasvase que se ha producido entre canales, del de hostelería y restauración al de los supermercados, o desde los mercadillos a las tiendas de conveniencia y las fruterías.

En sus instalaciones trabajan tres operadores de fruta, uno de pescado, seis de carne y dos cash&carry, que además tienen también en este espacio sus plataformas de distribución.

En producto fresco, el cierre del sector hostelero se ha dejado sentir en la comercialización de productos cárnicos. Los 82.268 kilogramos de carne vendidos en abril son un 17,6% menos que en el mismo periodo del 2019, aunque el principal «damnificado» por el cierre de bares y restaurantes es el pescado, que se ha desplomado un 64%.

El tráfico de vehículos durante el mes pasado en Mercabadajoz ha sido de 6.803 (unos 270 por día), 4.378 de ellos camiones de más de una tonelada que llevan la mercancía a supermercados de diferentes localidades. «Aquí en Extremadura se hace mucha venta de camión, tenemos operadores que se dedican más a distribuir que clientes que vengan aquí a comprar y ahora, con las particularidades del estado de alarma, es algo que se ha pronunciado todavía más», aclara.

PRODUCTOS FRESCOS

En la última semana analizada por el Ministerio de Agricultura, la del 20 al 26 de abril, el consumo en alimentación se ha incrementado de media un 24,3% en España y un 18,5% en Extremadura, si bien respecto a los siete días precedentes se contabilizan pequeños descensos, del 2,8% y del 2,1%, respectivamente. «A la vista de estos datos, se puede establecer que los hogares españoles han estabilizado sus compras y están gestionando el almacenado de productos adquiridos durante las primeras semanas de confinamiento por la crisis de la covid-19», se arguye desde el ministerio. Son significativos los crecimientos interanuales por encima de la media de las carnes frescas. Es el caso de la de cerdo (43,1 %), ovino (35,6 %) y pollo (30,6 %). También superan el promedio frutas (27,3%), hortalizas frescas (32,1 %), y legumbres (31,8%). Las categorías de arroz y pasta también experimentan alzas, del 14,3% y 4%, respectivamente, pero nada que ver con las de semanas anteriores, que llegaron a ser de tres dígitos justo antes del confinamiento. Aumentos que siguen manteniéndose en el caso de las harinas y las sémolas, con un 140,5%.

Igualmente, también son considerables los avances tanto en pescados congelados (25,8%) como frescos (21,4 %) que, por segunda semana consecutiva, obtienen mejoras de consumo superiores al 20%.

Por otro lado, la permanencia en el hogar hace que vaya a más la compra de productos que habitualmente se consumen en bares y restaurantes, como bebidas espirituosas, cervezas, bebidas refrescantes o vinos, «aunque su consumo actual no compensa el volumen que se deja de adquirir fuera de casa», se recuerda.

Suben las ventas en tiendas tradicionales y por internet

Todos los canales de venta de alimentos crecen con el confinamiento, pero en distinto grado. Así, las tiendas tradicionales están siendo de las que mejor evolución presentan, con alzas que han ido a más conforme avanzaba la cuarentena (del 64,1% y el 42,1% interanual en las dos últimas semanas, hasta el 26 de abril). Por contra, los hipermercados han pasado de un 41,6% en la semana previa a un 8,5%. Sin embargo, aunque las ventas físicas crezcan a menor ritmo, las efectuadas por internet se disparan en las tres últimas semanas, con alzas del 101,3%, del 236,7% y del 181,2%.

ÁLVARO DERECHO - Administrador de Frutas Derecho

«La primera semana parecía el fin del mundo, luego se estabilizó»

Entre sus almacenes de Cáceres y Plasencia, pocos son los pueblos de la provincia cacereña a los que no llega la mercancía de Frutas Derecho. Sumando tiendas y establecimientos de hostelería cuenta con unos 3.500 clientes. «Un porcentaje altísimo de nuestras ventas son a hostelería, y aunque es verdad que el comercio ha subido mucho en los pueblos porque la gente se ha desplazado menos a comprar a las grandes superficies, no nos a compensado», asegura Álvaro Derecho, administrador de esta empresa. Durante el primer mes y medio de confinamiento lo que más se ha notado es el aumento del consumo de fruta de temporada, «naranjas, peras, manzanas, plátanos...», por encima del de verdura, que «encima ha estado muy cara». «La primera semana la gente se volvió loca, parecía que se acababa el mundo, y luego se ha vendido bien, pero desde el veintitantos de marzo hasta final de abril la tendencia ha sido bastante uniforme», sostiene. En todo este tiempo ha podido seguir distribuyendo producto fresco con normalidad. Gran parte de él lo adquiere directamente en origen. «todo lo que es verdura vamos a Almería, las manzanas a Lérida o a El Bierzo... Luego, los artículos más específicos, muchos de importación, los traemos de Mercamadrid», aclara.

PESCADERÍA FELIPE SALGADO

«El 80% de las ventas las hemos hecho con reparto a domicilio»

«Nos hemos adaptado a las nuevas circunstancias», resumen en Pescadería Felipe Salgado. Este establecimiento, con más de medio siglo de trayectoria, ha permanecido abierto en la plaza de San Juan de Cáceres a lo largo de todo el estado de alarma con su horario habitual, de nueve de la mañana a dos de la tarde. No obstante, la mayor parte de sus ventas, alrededor de «un 80%», las ha estado haciendo estas semanas a través del reparto a domicilio, que ha efectuado en toda la capital cacereña, mientras que hasta la tienda han seguido acercándose sobre todo quienes viven en las zonas más cercanas a ella. Merluza, lubina, dorada, salmón o pez gallo han sido los pescados que más se han demandado en los hogares cacereños durante el confinamiento. Un periodo en el que, se asegura, los precios del pescado «en general han ido a la baja, solo ciertos mariscos sí que han subido».

Las venta a domicilio ha permitido que este mes y medio suban las ventas a particulares de la pescadería, si bien no lo suficiente para equilibrar la pérdida de la comercialización que este negocio realiza a locales de hostelería, «que directamente ha bajado a cero» a causa del cierre de estos establecimientos.

JOSÉ ANTONIO BERNAL Gerente de Carnicerías Bernal

«La gente ha vuelto al puchero, a preparar comida en casa»

José Antonio Bernal, gerente de Carnicerías Bernal, puso en marcha Telecarne en Plasencia hace siete años. El objetivo entonces era hacer más cómoda la compra de productos frescos o de charcutería a sus clientes. Ahora, con el confinamiento, contar ya con este servicio ha sido una ventaja «importantísima» para poder llegar a los domicilios de los placentinos más fácilmente. El reparto no supone coste añadido, pero durante la cuarentena los clientes están «tan agradecidos del servicio que les estamos dando, de que aunque ellos no puedan salir de casa, sí sigan teniendo estos productos en sus cocinas, que muchos incluso quieren darte hasta propina. Y eso es reconfortante», detalla el responsable de esta firma, que cuenta con cuatro establecimientos para la venta directa en la ciudad.

Estas semanas ha aumentado la comercialización de carnes frescas como las de cerdo o pollo, mientras que las piezas nobles como chuletones o entrecots sí que han perdido cuota de mercado. En cualquier caso, lo que más destaca Bernal es que la gente «ha vuelto otra vez al puchero, a preparar comida en casas», lo que ha disparado la venta de carne picada o para cocido, detalla.